Cuando me enteré del asesinato de Ernest, hace hoy 12 años, sentí un mazazo en el alma. Entonces escribí este poema.
¡viva la libertad!
Con tu maleta
de vendedor ambulante de sueños
has recorrido España
abriendo caminos
a la libertad y la justicia.
Pero de pronto esta noche
te han partido la cabeza con dos
balas.
Y yo no quiero creerlo
aferrándome al eco de tu voz
mientras los puños apretados
encierran toda mi amargura.
Ya lo sabe Cataluña,
ya el País Vasco y toda España
han despertado
y salen a la calle llorando tu
memoria
buscando su memoria en la tuya.
Y entonces tú te yergues y dices
que hay que seguir creyendo en
la concordia,
y nosotros no queremos oír
porque la rabia tapona todos los
sentidos.
Pero tú avanzas con paso firme
y dices más fuerte todavía:
Hemos de abrir espacios a un
futuro
donde las fronteras que matan y
dividen
nada más sean un vestigio triste
del pasado.
Dicen que te han matado Ernest
pero yo veo
que tu palabra se ensancha
por todo el horizonte
pidiendo que sigamos trabajando
duro
para hacer un mundo más libre,
más humano.
A través de la pena
resurge tu sonrisa,
tu eterna sonrisa irreverente,
y entonces tu flequillo
se transforma en bandera
que el viento acaricia y
enarbola
gritando contigo,
gritando con todos nosotros
¡Viva la Libertad!
Fernando Lamata. Noviembre 2000
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