sábado, 29 de junio de 2013

GASTO SANITARIO Y ATENCIÓN PRIMARIA



Comentaba acertadamente Javier Padilla en Diario.es los datos de la Estadística de Gasto Sanitario Público (2002-2013), publicados recientemente por el Ministerio de Sanidad, llamando la atención sobre la disminución del peso relativo de la Atención Primaria en el conjunto del Gasto Sanitario durante los últimos años, y sobre sus consecuencias en el diseño del modelo sanitario.

Complementando ese análisis me he fijado en el componente principal del gasto sanitario que es el gasto en personal. ¿Por qué? Porque si bien se puede argumentar que en los hospitales hay más gastos de capítulo II (hostelería, medicación, consumibles, prótesis, etc.) que van a depender de la mayor o menor actividad, etc., en cambio, la dotación de personal es la capacidad, el principal recurso, que nos va a permitir realizar mejor o peor la actividad asignada a cada ámbito asistencial.

Pues bien, confirmando el análisis de Padilla, en el periodo 2009 a 2011 el gasto en Personal de los Hospitales gestionados por las CCAA disminuyó un -2,03%, mientras en Atención Primaria disminuyó un -5,29%, una proporción mucho mayor.

Si ampliamos el periodo de observación, entre 2002 y 2009 (antes de que disminuyeran drásticamente los ingresos públicos como consecuencia de la crisis, del aumento del fraude fiscal y de las medidas de rescate a las instituciones financieras) vemos que el gasto en Personal de los Hospitales había aumentado un 101,02%, mientras que en Atención Primaria lo había hecho un 92,36%. También en época de bonanza se creció menos en Atención Primaria que en Atención Hospitalaria en el conjunto del SNS.

Pero, ¿puede haber diferentes políticas, diferentes formas de priorizar los gastos en los presupuestos?¿observamos la misma evolución en todos los Servicios Regionales de Salud? Podemos hacer este mismo análisis en las CCAA para ver si hay diferencias en las políticas o las prioridades. Por ejemplo, en Castilla-La Mancha.

Entre los años 2009-2011, en la crisis, vemos que hay un ajuste en gasto de personal en los Hospitales de un -1,79%, similar a la reducción en el ámbito nacional. Sin embargo, en Atención Primaria la reducción es menor que en los hospitales y mucho menor que en España, un -0,23% frente a un -5,29%. Es decir, se intentó mantener el esfuerzo en la Atención Primaria.

Podemos analizar a continuación qué políticas se impulsaron en la época de crecimiento económico. Vemos que desde el año 2002 hasta el año 2009 el gasto en Personal de Atención Primaria creció un 165,92%, frente al 92,36% de la media española. Si en 2002, el peso de la Atención Primaria en el gasto total de personal era de 28,6% en España y de 26,4% en Castilla-La Mancha (¡dos puntos menos, antes de las transferencias!), en 2011 el peso de la Atención Primaria en España había bajado a 27,1% mientras que en Castilla-La Mancha había crecido a un 28,6%, colocándose un punto y medio porcentual por encima de la media nacional.

El gasto sanitario por persona en Castilla-La Mancha era un 12,64% menor que la media nacional en 2002. Poco a poco se consiguió que el gasto sanitario por persona se equiparara a la media nacional (en 2011 dicho gasto fue un 2% superior a la media). Ese crecimiento del gasto se destinó a mejora de plantillas, mejoras salariales, más y mejor infraestructura, informatización, etc. 

Los números también muestran las políticas. En Castilla-La Mancha el gobierno apostó por un crecimiento del gasto sanitario proporcionado al nivel de renta de España y al crecimiento del gasto sanitario medio del país, con una apuesta diferenciada por la Atención Primaria. En la primera fase de la crisis, también se desarrolló una política centrada en mantener la capacidad de los recursos humanos, sobretodo, como muestran los números, en Atención Primaria.


jueves, 20 de junio de 2013

NO ERA EXCESO DE GASTO SANITARIO, ES EL AGUJERO FISCAL



Frente al argumento de que “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”, que es la coartada para recortar las prestaciones sociales, conviene insistir en que el Gasto Sanitario Público en España no era excesivo y estaba proporcionado a la capacidad económica del país. Por el contrario, las dificultades de la financiación sanitaria y de otros servicios públicos en estos años (pensiones, educación, servicios sociales) tienen que ver, sobretodo, con el enorme agujero fiscal de España en comparación con otros países de la UE. Todo ello, por supuesto, sin perjuicio de que se deba procurar un gasto eficiente y una utilización responsable de los recursos disponibles.

Eurostat ha publicado recientemente nuevos datos que se refieren a esta cuestión.
Por una parte, en “Statistics in focus. 9/2013”, muestra como el gasto sanitario público por habitante en España para 2011 era de 1.463€, por debajo de la media de la UE-27 que se situaba en 1.843€, y muy por debajo de países como Luxemburgo (3.910), Dinamarca (3.607), Holanda (3.053), Francia (2.530) o Reino Unido (2.233).




En relación con la capacidad económica del país, también España tenía un gasto perfectamente “sostenible”. Dedicó un 6,3% del PIB a sanidad pública, un punto por debajo de la media UE-27 que suponía un 7,3% del PIB, equivalente a unos 10.000 millones de euros anuales más. Muy por debajo del 8,5% de Holanda, o del 8,3% de Francia, del 8% de Reino Unido o del 7% de Alemania.


 


El problema de la financiación sanitaria en España no era un exceso de gasto sanitario público, sino una financiación insuficiente. El problema es que los ingresos públicos están muy por debajo de la capacidad económica del país. Hasta 2007 la proporción de ingresos fiscales en relación con el PIB había ido subiendo en España para acercarse a la media de la UE. Pero a partir de ese año, los ingresos fiscales cayeron en picado. En el año 2011 suponían solamente un 31,4% en España frente a un 38,8% en la UE-27. Es decir, en comparación con media de la UE, España deja de recaudar el equivalente a más de 70.000 (Taxation Trends in the EU 2013, Eurostat). Si nos comparamos con Dinamarca (47,7%), Suecia (44,3%), Bélgica (44,1%) o Francia (43,9%), la diferencia es enorme.





Si se recaudara la misma proporción del PIB que en esos países España no tendría déficit, y tendría suficientes recursos para financiar la sanidad, las pensiones, la educación y los servicios sociales, además de poder hacer políticas activas de inversión pública y reactivación económica para crear empleo.

En los datos de Eurostat observamos como la caída de los ingresos fiscales en España entre 2007 y 2011  (-15,36%)  fue mucho mayor que los demás países de la UE (-1,5%). Conviene resaltar que en ese período la caída de ingresos por impuestos a la renta personal (-5,1%) o por cotizaciones de los trabajadores (-0,81%), ha sido menor que la caída de ingresos por impuestos indirectos (-14,28%) y sobretodo mucho menor que la de caída por impuestos de sociedades (-60,41%).

Las asociaciones de inspectores y técnicos de Hacienda han llamado repetidamente la atención sobre el enorme fraude fiscal en España, superior al gasto sanitario público total. Debemos construir un modelo fiscal más justo y equilibrado. Es preciso y urgente impulsar una nueva política económica y una nueva política fiscal para recuperar el empleo y nivelar los ingresos fiscales haciendo pagar lo que deben a aquellas personas y empresas que más beneficios obtienen. Pero es preciso también frenar y revertir los recortes sociales.

domingo, 9 de junio de 2013

HAMBRE AGUDA


Al leer los testimonios que recoge Ivanna Vallespín en El País del 6/6/2013 pensé: esto ya lo he leído antes, y sentí un escalofrío.

“A veces, te puede venir un niño con dolor de estómago por la mañana” (describe Núria García, directora de la escuela Sant Josep Oriol, Barcelona, 2013).*

“En los dos últimos años hemos tenidos casos graves, con algún desmayo de un niño”  (explica Francesc Freixanet, director de la escuela Antaviana, Barcelona, 2013).*

“El enfermo afecto de este mal siente,  a media mañana, cuando lleva algún  tiempo de camino por los senderos que le conducen al huerto, o de trabajo en éste, una sensación de agudo dolorimiento en el epigastrio, como un perro, como una garra, todo da vueltas en torno al enfermo y éste se ve obligado a sentarse, y aliviar la molestia apretándose el vientre con las manos. El brevísimo almuerzo del mediodía calma estos trastornos que reaparecen más tarde. El diagnóstico de esta afección es elemental: se trata de hambre aguda”. **

Este último párrafo está tomado del informe sobre la situación sanitaria de las Hurdes que presentaron los doctores Gregorio Marañón, Bardají y Goyanes, en 1922.

A lo largo de la segunda mitad del siglo XX la comarca de las Hurdes se transformó en una comarca productora, turística, con buenos servicios, con buenas escuelas y con una calidad de vida similar a la del resto de otras regiones europeas.Y lo mismo ocurrió en toda España. El relato de Marañón nos hablaba de un país muy distinto, atrasado, analfabeto, donde la inmensa mayoría sufría el abuso de unos pocos.

Y ahora esto. Esta vuelta al pasado, que es hoy. Relatos de hoy que parecen increíbles en la España del siglo XXI.

Cuando a mitad de la mañana el niño se queja de dolor en el  estómago, dice Núria García “si preguntas, a lo mejor descubres que lo último que ha comido es un bocadillo a las siete de la tarde”. Hambre aguda, según el diagnóstico de Marañón.

No podemos mirar para otro lado. No hay derecho a que con el nivel de renta del país haya niños en España que están pasando hambre mientras otras personas reciben pensiones de 88 millones de euros. No hay derecho a que se retiren prestaciones sociales y se bajen las pensiones de la mayoría mientras, al mismo tiempo, las personas con más riqueza acumulada la multiplican. No hay derecho a que estas personas evadan sus impuestos y dejen de ingresar cada año en la Hacienda Pública 80.000 millones de euros, dinero más que suficiente para evitar que nos impongan recortes en la ayuda social, la educación pública, la sanidad o las pensiones a los que sí pagamos los impuestos. No hay derecho a que, mientras se hacen esos recortes, en 2012 se hayan dado más de 30.000 millones de euros de ayudas a los bancos, con el dinero de todos y, además, los bancos nos hayan cobrado otros tantos millones de intereses. Se trata de un despropósito a gran escala que tenemos que frenar y revertir cuanto antes para no volver a un pasado de injusticia y hambre. Es preciso volver a construir un reparto más justo de las cargas y de los derechos. Todavía estamos a tiempo.

* http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/06/05/catalunya/1370463373_728987.html
**Marañón G. Viaje a las Hurdes. El País-Aguilar. Madrid, 1993.