viernes, 11 de mayo de 2012

VENTURAS Y DESVENTURAS DEL FAMOSO SISTEMA NACIONAL DE SALUD


(manuscrito reencontrado en la feria del libro antiguo,  a mayo de 2012).

Habiéndoseme encomendado dar noticia destos sucesos vine a tomar ejemplo del ilustre Cervantes cuando escribió: "En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían tres partes de su hacienda". Y más adelante añadía: "Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años, era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza". Parece imposible que en tan pocos trazos se retrate la figura del más famoso caballero de la Historia. Pero es cosa de maestro, que aunque falto de una mano era sobrado de inteligencia.

Pues bien, ¿qué trazos usaré para describir cómo era nuestro Sistema Nacional de Salud y en qué peligros lo vemos zozobrar en estos días? Podría comenzar diciendo: en un lugar del Planeta que algunos llaman Spain y otros España o Espanya, no ha mucho tiempo que sus gentes decían poseer un sistema sanitario Universal, pues a buscar su socorro y cuidados tenían derecho todos los españoles por la sola circunstancia de haber nacido en esta tierra, no haciéndose diferencia entre clérigos, campesinos, nobles y plebeyos o aún gente sin oficio ni beneficio y, aunque resulte difícil de creer que así ocurriera, el que esto afirma no escribe de oídas ni de testimonio ajeno, sino que ha podido ver estas cosas tan ciertamente como cuando Tomás metió la mano en el costado de Nuestro Señor Jesucristo.

Item más, decían deste Sistema que era Solidario, pues de cada cien euros que se consumían en galenos y practicantes, setenta y cuatro dellos procedían de las arcas públicas, a donde, aunque parezca cosa de asombro, debían poner más los de mayor hacienda y menos aquéllos sin posibles, no faltando alguno que por querer escapar destas obligaciones hacía necesario el uso de alguaciles y sentencias.

En lo que concierne al gobierno destos asuntos, casas de salud, hospitales y otros servicios concernientes, hállabanse en su mayor parte en manos de los gobiernos elegidos por democrático sufragio en las diez y siete Tierras que conforman esta España, llamándose a esto modelo Descentralizado o Autonómico, porque autónomos son estos gobiernos para hacer lo que les dicte su buen sentido, y modelo  Participativo, porque en la elección de estos gobiernos el voto del hombre vale tanto como el de la mujer y el de los unos tanto como el de los otros.

Dícese además que era un sistema de gestión directa o Integrada, siendo así que setenta entre cada cien casas, enseres, artilugios y personas dedicadas al arte de curar los eran de Instituciones Públicas, de pública propiedad y gobierno, lo cual no quiere decir sino que pertenecen al común y no a particulares.

Añaden los que desto entienden que era un sistema Completo o Integral, puesto que en él tanto se aplican vacunas como se dan consejos a las recién paridas, se entablillan huesos o se combaten calenturas y se curan malas digestiones. Puedo asegurar también a quienes esto leyeran, aunque parezca cosa de encantamiento, y con licencia de mi confesor, que es posible tomar el corazón de una persona tristemente fallecida para que puesto en otra persona moribunda, mediante artes y ciencias dé movimiento a su sangre y con ella vida a su cuerpo que de otra manera hubiera fenecido. Sirva este ejemplo como muestra de las maravillas que me ha sido dado contemplar y que en boca del hidalgo Don Quijote no hubieran hecho sino aumentar su fama de hombre dado a las fantasías, ya que no se conocen hechos tan notables en tiempo alguno, si no es aquél trasplante de pierna que lograron los Santos Cosme y Damián en un desgraciado, pero entonces medió milagro.

En llegados a este punto no es descabellado razonar que debido al esfuerzo deste ingenioso sistema sanitario, y al mejor comer del pueblo, que es cosa necesaria sin la cual, por mucho galeno de fama que se aplique pierde el pobre su salud, la vida de las gentes estaba más libre de males y se había alargado de tal manera que tomando en promedio los nacidos y los difuntos en un año según sus edades resultaba una probabilidad de vivir, habiendo nacido hoy, de más de 84,9 años para las mujeres, y algo menos para los hombres, por ser ellas de mejor encarnadura y más sensatas. Admirábanse ansí los extraños por lo Eficaz deste modelo,  que solo en las lejanas tierras de Japón tenía rival.

En lo concerniente a la bolsa, aunque esta fuera pública, como queda dicho, y aún más por eso, podríase pensar que no hay dinero bastante para sostener este impresionante edificio. Quizá responda a esta duda si digo que he comprobado, sumando y restando tantas veces como ha sido preciso, y aun a costa de perder algo de vista en mi ojo derecho, que no llegaban a siete euros de cada cien del Reino los que pagaban vendas y píldoras, ungüentos y salarios, y todo lo necesario para que se pudiera atender debidamente a los enfermos con público servicio. Llaman a esto los escribanos ocupados en la economía “eficiencia”, pues resultando cosa tan beneficiosa cuesta tan poco.

Basten hasta aquí estos pocos trazos para llevar a las mientes de vuesas mercedes lo que me ha sido dado a conocer desde sistema nacional de salud a lo largo de los años. Y siendo que parece cosa buena podría pensarse que sería menester mantenerlo en su actual estado.

Sin embargo, la oscuridad y la tormenta se ciernen hoy sobre esta hermosa creación del ingenio humano. Merkatos, el terrible Dragón de las siete cabezas invisibles, cada una de las cuales es más voraz que la del gigante Pantagruel, se ha desatado y quiere devorarlo todo. Sabíamos que en tiempos de nuestros padres, después de las terribles guerras, los pueblos europeos y sus gobernantes lograron sujetarle para que sometiera su energía al servicio de la sociedad. ¡Qué fatal error pensar que estaba dominado para siempre!. En el fondo de su gigantesco corazón anidaba la furia, y a través de los conjuros del Mago Milton desde su poderosa fortaleza de Chicago embrujó a la Dama de Hierro, señora de la isla de Britania, y al Caballero Rígan, el de los prósperos Estados del Norte. Ellos fueron desatando las regulaciones que constreñían a Merkatos y cuando tuvo fuerza suficiente se liberó por completo, conjurándose con otros gobernantes y atemorizando a los demás. Su primer gran asalto fue la crisis de las hipotecas basura que mientras le daba ingentes beneficios destruyó millones de empleos en el mundo. 

Pero Merkatos seguía hambriento y fijó su mirada en el sistema sanitario público. Olía presa. Los sistemas de protección social le escamoteaban bajo su tozudo manto protector a miles de aldeanos que podrían pagarle pólizas privadas si no tuvieran derechos. En ese momento se lanzó a la carga el Caballero Monetaryfund quien con su poderoso arco lanzó un “press release” envenenado: el aumento de la esperanza de vida de los aldeanos era un riesgo para ellos mismos y para sus naciones, porque aumentaba los costes. A buen entendedor pocas palabras. ¿Había creado un problema la sanidad pública al evitar la muerte prematura?. No exactamente, pero en todo caso, había que recortarla, y recortar también los derechos de jubilación.

Desde entonces Merkatos amenaza con la “prima de riesgo”, y una jerga cabalística que imprime el miedo en el alma de las gentes humildes y de los jubilados, sin que los gobiernos le puedan hacer frente. Ejércitos de sabios enviados por el Dragón insisten una y otra vez: la sanidad pública no se sostiene, la queremos privatizar por vuestro bien, Merkatos dará la solución. Es sabido, dicen, que muchos aldeanos toman las medicinas por capricho, pues que paguen por ello. Si los enfermos comen en los hospitales, que paguen por ello, y aún mejor, que cierren los hospitales para que Merkatos pueda abrir otros, donde el ánimo de acrecentar la bolsa hará que gaste menos dando mejor servicio. Unos proponen que no se admita a las personas en los hospitales más allá de los 75 años cumplidos, ni tampoco se les de tratamiento en las máquinas para fabricar orina, pues son de mucho gasto, que el enfermo gasta siempre mucho, y como ellos han vivido ya mucho tiempo no es menester que sigan sufriendo en este valle de lágrimas, pareciendo mejor que se usen esos dineros en personas más jóvenes y con más rentas, en donde el oficio de los médicos aprovechará más. Otros argumentan que no se apliquen remedios de ninguna clase al que usa de las hojas de tabaco de las indias, porque en su mal llevan su castigo y su penitencia. Argucias y confusión, comunicados y dossieres,  para que los humildes ciudadanos salgan desconcertados y ayunos de esperanza.

No dejan de llegarme tristes noticias desde todos los rincones del Reino dando testimonio de enfermos que temen empeorar su salud al demorarse los cuidados que precisan. El otrora famoso sistema nacional de salud, está herido y el descalabro será grande si no se pone freno al desatino. Pero desde este rincón de España siento que la voluntad insobornable del Quijote nos muestra un camino a la utopía.

1 comentario:

  1. ME ALEGRA ENCONTRARTE CONSTRUYENDO CON PALABRAS...MUCHO ÁNIMO AMIGO QUE ESTOS NUEVOS GIGANTES NO PODRÁN CON NOSOTROS.Luisa

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