sábado, 27 de octubre de 2012

CREAR ALIANZAS ENTRE SALUD Y SERVICIOS SOCIALES ES UNA BUENA OPORTUNIDAD



Esta semana se ha celebrado en San Sebastián el XV Congreso de la Sociedad Española de Directores de Atención Primaria. Los debates en el Congreso animaron a buscar y gestionar alianzas para afrontar los nuevos retos de la atención sanitaria.

Una alianza consiste en buscar un objetivo común, sumando las fuerzas de varias personas o entidades, que sean complementarias, y respetando la identidad de cada uno (porque si no se trataría de una absorción y no de una alianza).

Me pareció importante subrayar en ese foro el enorme potencial de la cooperación/integración entre los servicios de salud y los servicios sociales. En España tenemos grandes posibilidades para desarrollar estas alianzas con el objetivo de mejorar la salud, la autonomía y la inclusión social de todas las personas. En momentos de crisis económica como el que estamos viviendo hay una oportunidad de aprovechar las sinergias y las fortalezas de diferentes agentes e instituciones. La alianza entre los servicios sanitarios y los servicios sociales puede permitirnos avanzar, sumando fuerzas de dos estructuras y dos culturas que son complementarias, respetando la identidad de cada una, y con el objetivo común del bienestar y la felicidad de las personas.

Es evidente que la sociedad española del Siglo XXI tiene nuevas necesidades de atención sanitaria relacionadas con cambios epidemiológicos, demográficos, sociológicos, y cambios económicos derivados de una crisis de gran magnitud… Esos cambios requieren nuevos enfoques del Sistema Sanitario. Recuerdo que Ernest Lluch decía que el paradigma de curar, que dominó los enfoques de atención sanitaria en el siglo XX, se iba a sustituir en el siglo XXI por el paradigma de cuidar. Pero hoy yo veo que, además, aparece otra realidad, otro paradigma, el de “autocuidar”. La autogestión de la salud y la enfermedad. Y pienso que no son enfoques que se sustituyen, sino que se complementan: curar, cuidar, autocuidar.

Hace poco el Observatorio Europeo de sistemas de Salud presentaba un informe sobre cooperación intersectorial muy interesante, mostrando diferentes herramientas para contribuir a impulsar La Salud en Todas las Políticas. En él se subraya que es preciso, y es  posible, construir alianzas entre diferentes actores de diferentes ámbitos (atención sanitaria primaria y especializada, atención social, educación, etc.) para aumentar los impactos positivos sobre la salud de las personas y la población, y minimizar los riesgos, mejorando al  mismo tiempo la eficiencia y la sostenibilidad de la atención.

Hay muchas experiencias de coordinación y de acciones intersectoriales en diversos países, y también en España.

En los debates del Congreso recordábamos que la Atención Primaria ha tenido siempre en su concepción la visión de conjunto: continuidad de la atención, atención integral, promoción de la salud, cooperación con otras personas y estructuras (escuelas, asociaciones, trabajadores sociales, empresas, parroquias, etc.). Treinta años después los principios y los valores siguen siendo válidos, pero ahora son más realizables, precisamente por los cambios tecnológicos y de mentalidad.

En efecto, la evolución cultural, tecnológica, social, permite llevar a cabo experiencias de cambios organizativos que potencien la coordinación socio sanitaria y la autogestión de manera más eficaz. En este nuevo enfoque la capacidad y la responsabilidad de cada persona en el cuidado de su propia salud y la prevención de enfermedad, discapacidad o fragilidad (obesidad, tabaquismo, sedentarismo…), y la gestión de los procesos de enfermedad (sobretodo los procesos crónicos como la diabetes, los trastornos psicóticos, los trastornos neuromusculares, etc.).

Podemos generar alianzas que potencien

- La corresponsabilidad en el autocuidado y en la utilización de los servicios, en el que el paciente/ciudadano tiene que ser un miembro activo del equipo de atención; las escuelas de salud y cuidados son un complemento muy útil. Formación y reflexión ética; cuidados de salud en el final de la vida.
- La continuidad de cuidados sanitarios y sociales, con el fortalecimiento de la atención primaria; atención domiciliaria o en el lugar más apropiado, con uso apropiado de las TIC (telefonía, Internet…). Nuevos roles, nuevas profesiones sanitarias; el papel de “entrenador”. Elaboración de protocolos comunes (envejecimiento activo; atención temprana; rehabilitación de procesos mentales; ayuda a domicilio; teleasistencia, etc.) y mecanismos de seguimiento; gestores de procesos. Sistemas de información comunes y evaluación por resultados.
- La participación social deliberativa, de la ciudadanía y las asociaciones en el diseño, gestión y evaluación de servicios; elaboración e implantación de las estrategias de salud y servicios sociales.
-La participación ejecutiva de los profesionales en la dirección del sistema y la evaluación de la buena práctica; aplicación de formas de gestión más autónoma; incentivos ligados al desempeño. Deontología, eficacia y eficiencia. Formación en nuevos roles y nuevas competencias. Liderazgo.

En este sentido, es interesante el documento del King´s Fund  y su reflexión sobre el nuevo enfoque que es preciso y que es posible llevar a cabo en los servicios sanitarios y sociales. Este cambio de enfoque requerirá también la formación de los directivos y de los profesionales. http://www.kingsfund.org.uk/sites/files/kf/field/field_publication_file/transforming-the-delivery-of-health-and-social-care-the-kings-fund-sep-2012.pdf



Referencias:
David V Mc Queen, et al, editors. Intersectoral Governance for Health in All Policies. Structures, actions and experiences. European Observatory on Health Systems and Policies. WHO Europe. 2012.
Ham C, Dixon A, Brooke B, Transforming the delivery of health and social care. The case for fundamental change. The King´s Fund. London, 2012


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