jueves, 18 de diciembre de 2014

Nos están robando


Cuando a una persona
que ha ganado cuatro millones de euros en un año
le sale a devolver en su declaración de hacienda
quiere decir que nos están robando.

A los trabajadores que les han bajado el sueldo,
a los que han despedido,
a las clases medias,
a la gente normal,
a quienes levantamos este país con nuestro esfuerzo,
nos están robando.

Al empresario decente que arriesgó sus ahorros,
que creaba empleos
y producía bienes y servicios
hasta que ha tenido que cerrar
por que no pudo devolver el crédito en la crisis,
le están robando.

A los enfermos que no pueden pagar las medicinas
por los copagos y los repagos de una ley injusta,
les están robando.

A las personas dependientes
que han visto como se les quitan las prestaciones
a las que tenían derecho
les están robando.

A los jóvenes que compraron su piso con una hipoteca
por el valor tasado desde el propio Banco
y a los que ahora, al no poder pagar las cuotas
porque perdieron su puesto de trabajo,
les quitan el piso desvalorizado,
les desahucian
y les obligan a seguir pagando el préstamo
por otra ley injusta.
A estos jóvenes que son nuestro futuro,
les roban la esperanza.

Al inmigrante, que cuidaba
personas mayores en sus casas,
y recogía las cosechas en los campos,
al que han quitado el derecho que tenía
a la atención sanitaria,
por una ley que maltrata al más débil,
le están robando la salud.

A la madre cuya hija
se suicidó mientras estaba
en lista de espera para ser atendida
en la unidad de psiquiatría,
porque no había plaza para ingresarla,
le han robado la vida.

No es que no haya,
es que se lo quedan los más ricos,
los que más tienen y más quieren tener,
los que no pagan los impuestos que debieran,
y esconden sus cuentas en Suiza, en Andorra 
o en un paraíso fiscal a buen recaudo,
y además reciben el apoyo
de gobiernos cómplices
que imponen políticas injustas.

Es una lucha de clases,
sorda, brutal,
despiadada,
en la que la mayoría hemos perdido salarios,
empleos, derechos sociales,
becas de estudio,
y fondos para investigación,
mientras los más ricos,
las grandes corporaciones,
los altos ejecutivos,
han duplicado o triplicado
su enorme riqueza.

Es una lucha sin cuartel,
y la estamos perdiendo.

Esta lucha no es de otros.
Esta lucha es nuestra.
O la hacemos nosotros
o no la hará nadie por nosotros.

Es preciso que nos unamos todos.
es preciso que tengamos claro
lo que es nuestro
y lo defendamos,
que defendamos el futuro de nuestros hijos
que luchemos por nuestra dignidad.
Y no vale decir que da lo mismo un gobierno que otro.
Y no vale abstenerse, ni el sálvese quien pueda,
o agachar la cabeza pensando
que no se fijarán en ti.
  
Para volver a recuperar un trabajo digno
y los derechos sociales que eran nuestros
es preciso estar todos unidos
es preciso ser más fuertes
más rápidos, más precisos.

Es preciso crear una marea
con una estructura organizada
capaz de llevarse por delante los abusos,
los desprecios, los insultos y el miedo,
y crear los nuevos fundamentos
de un país libre y solidario
donde impere la justicia
y sea posible día a día
la verdadera igualdad.


 Fernando Lamata

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