lunes, 9 de diciembre de 2019

Los investigadores del nuevo medicamento “tafamidis” señalan que el precio es 13 veces mayor de lo que sería razonable.


Según cuenta Emma Court en un artículo publicado por Bloomberg el pasado 19 de noviembre (1), el Dr Mathew Maurer, cardiólogo y profesor de la Universidad de Columbia, colaboró como investigador principal en el estudio pivotal de “tafamidis”, que estaría indicado en cardiomiopatía amiloide por transtiretina, y cuyos resultados se publicaron en el New England Journal of Medicine (2). Cuando el Dr Maurer conoció el precio al que lo iba a comercializar Pfizer (225.000 dólares al año, 651 dólares al día), manifestó su desacuerdo, porque le parecía demasiado caro. Lo que cuesta el tratamiento al día, señaló, “es el presupuesto mensual para comida de mis pacientes”, y añadió “los medicamentos no funcionan si la gente no puede pagar su precio”.

Maurer y sus colaboradores han calculado que el precio del tratamiento anual no debería superar los 16.563$, un 7,36% de lo que pide el laboratorio. El precio fijado es 13 veces mayor de lo que sería razonable, según Maurer. Es muy importante que los investigadores se pregunten por el precio justo para un medicamento.

Otra de las investigadoras, la Dra Marth Grogan, cardióloga en la Clínica Mayo, confesó: “hay pacientes que nos han dicho que no pueden pagarla, o que no quieren sacrificar la educación de sus nietos”. “Conocemos a un paciente que vendió su casa para pagar la medicina y se tuvo que ir a la casa de sus hijos”.

En los sistemas públicos de salud las medicinas se financian en buena medida por el presupuesto público, las pagamos entre todos para que las pueda tomar quien las necesita. Pero el presupuesto tiene un límite, y los países están teniendo problemas para financiar los medicamentos a precios abusivos. Este gasto excesivo se saca de otras partidas, como gastos en personal o en equipamiento, con deterioro del servicio sanitario y aumento de listas de espera.

Los precios de los medicamentos tienen que ser suficientes para recuperar lo que cuesta la fabricación y lo que costó la investigación a la empresa (descontando ayudas públicas, etc.). Pero el precio no puede ser especulativo. La sociedad y los gobiernos tienen que exigir un precio razonable, no abusivo, fijado según lo que cuesta realmente la fabricación y la investigación. Para ello debe haber transparencia en estos costes, debidamente auditados, así como en las negociaciones sobre precios, como pide la Iniciativa Legislativa Popular “medicamentos a un precio justo” (3)

(1)
Emma Court. Doctors who helped develop hearth drug now balk at $225,000-a-Year Price. Bloomberg, 19 de noviembre 2019.
(2)

Mauer M et al. Tafamidis Treatment for Patients with Transthyretin Amyloid Cardiomyopathy. N Engl J Med 2018; 379:1007-1016

(3)
ILP Medicamentos a un precio justo

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