miércoles, 5 de abril de 2023

El deterioro del SNS y de la Atención Primaria sigue gota a gota. Es urgente reaccionar.

 El pasado 25 de enero publiqué en EL PAÍS un artículo titulado “El Sistema Nacional de Salud necesita refundarse” (1). Señalaba que, desde la crisis financiera de 2008-2009 y las políticas de recorte de servicios públicos llevadas a cabo en aquellos años, la sanidad pública había comenzado un proceso de deterioro que todavía no se ha revertido. Además de la insuficiencia financiera advertía de los problemas de coordinación y cohesión del sistema, así como la necesidad de reforzar la Atención Primaria, la Salud Pública, la Salud Mental, impulsar una nueva política farmacéutica y revertir las privatizaciones de la gestión sanitaria.

 El Barómetro Sanitario de marzo 2023 vuelve a mostrar ese proceso de deterioro. Si en 2010 las personas que pensaban que la sanidad pública funcionaba bien o muy bien eran un 73,9%, ahora son apenas el 52,6%, y bajando. Son cifras similares a las que se obtenían en 1984, antes de la Reforma de la Atención Primaria, y de la Ley General de Sanidad. Antes de la Reforma, ya había una buena atención hospitalaria, pero la Atención Primaria era muy deficiente (medicina de “cupo”). La puesta en marcha de los Equipos de Atención Primaria y la Medicina Familiar y Comunitaria, supuso un cambio significativo que impulsó la calidad del servicio sanitario y la mejora de los indicadores de salud.

 

La Atención Primaria supone una respuesta ágil, en 24-48 horas, para la demanda no urgente. El Barómetro Sanitario de marzo 2023 muestra que solamente se atendió en el día a un 9,2% de la demanda, y la demora en el resto de pacientes había ido aumentando hasta 9,29 días. En 2010 se atendió en el día de la demanda a un 41,6%, y para el resto de pacientes la espera media fue de 3,58 días. Este aumento en la demora pone de manifiesto la falta de recursos y la sobrecarga en la atención. 

 




La espera para atención especializada también ha aumentado. Según el Barómetro Sanitario las personas que esperan más de tres meses para una consulta de especialista pasaron de un 23,1% en 2020 a un 38,9% en 2023.

 

Estas demoras provocan que muchos pacientes acudan a Urgencias hospitalarias. Se rompe la continuidad asistencial y se pierde la confianza en el SNS. El deterioro de la sanidad pública se traduce también en un aumento de las pólizas sanitarias privadas. Por otro lado, muchos profesionales muestran su descontento y otros muchos abandonan la Atención Primaria desilusionados por la falta de apoyo, de estabilidad, de consideración, de medios...

 

Es urgente la refundación del sistema. Y es importante comenzar por un impulso decidido a la Atención Primaria. El Ministerio de Sanidad ha publicado los datos de Gasto Sanitario Público. En Atención Primaria destinó 12.720 millones de euros, un 14,5% del total. El objetivo es que la Atención Primaria disponga de un 25% de los recursos del sistema, lo que supondría 9.265 millones de euros más. Al mismo tiempo, el gasto farmacéutico en 2022, según el Ministerio de Hacienda, sumó 22.026 millones de euros, y sigue creciendo. La mitad de ese gasto es excesivo por sobre-precios y sobre-medicación. Solo el aumento de gasto farmacéutico de este año, 1.029,9 millones, sería suficiente para crear 10.000 puestos de trabajo en Atención Primaria. Es preciso que el Gobierno de España y las CCAA aborden en profundidad esta cuestión. Es necesario un cambio de rumbo.


(1).https://elpais.com/opinion/2023-01-25/el-sistema-nacional-de-salud-necesita-una-refundacion.html


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