X CONGRESO DE LA
FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DE ENFERMERÍA COMUNITARIA Y ATENCIÓN PRIMARIA,
FAECAP: EMPODERAR, FACILITAR Y COMPARTIR, MUCHO MÁS QUE CUIDAR.
DESEQUILIBRIOS, INCERTIDUMBRES Y RETOS EN
LA SANIDAD ESPAÑOLA
Agradezco a
Francisco Javier Carrasco, presidente de FAECAP y a Sagrario Celada, Presidenta
del Comité Organizador, su amabilidad al invitarme al Congreso.
En esta
conferencia trataré de aportar unas reflexiones en torno a los desequilibrios,
incertidumbres y retos en la sanidad española y europea.
1. DESEQUILIBRIOS
- 1. LA REVOLUCIÓN DE LOS RICOS.
Se atribuye a
Plutarco, filósofo griego del siglo I, la observación de que “el desequilibrio
entre ricos y pobres es la enfermedad más antigua y más grave de todas las
Repúblicas”.
En la vida de
las personas y de las sociedades hay que encontrar un cierto equilibrio en diferentes
parámetros: tensión arterial, pulsaciones, glucosa en sangre, temperatura, hay
unos máximos y mínimos compatibles con la salud. Es necesario un equilibrio de
cada uno y de todos entre sí.
A lo largo del
siglo XX, a través de luchas y sacrificios, en España y en las sociedades de
los países que forman la Unión Europea, se logró un cierto equilibrio entre
ricos y pobres. Se aceptaba la desigual distribución de riqueza, las diferencias
en propiedad heredada, en ganancias y salarios, pero había un sistema de
redistribución, a través de impuestos y cotizaciones sociales obligatorias que
“equilibraba” las posibilidades de disfrute de la vida de las personas. El
sistema fiscal en Europa era “progresivo”, es decir, pagaba más proporción
quien más tenía o ganaba. El tipo marginal de las rentas más altas llegó a ser
en algunos países del 70%, 80%, y hasta 90%. Y con esos recursos se podía
garantizar una atención sanitaria (el “seguro obligatorio de enfermedad”), un
sistema de pensiones (el “retiro obrero”), baja laboral retribuida, educación
pública, etc.
Sin embargo, la
desigualdad ha vuelto. Y el desigual reparto de recursos vuelve a ser hoy una
enfermedad grave en España y en Europa. En los últimos años se ha roto un
equilibrio en las relaciones económicas entre los más ricos (el nuevo
capitalismo financiero) y el resto de la sociedad. Hablando en plata: nos están
robando la cartera.
En estos años se
ha producido una transferencia de rentas de los trabajadores y de las clases
medias a las grandes fortunas. Es la revolución de los ricos. Warren Buffett,
uno de los grandes financieros del mundo comentó: “Claro que sigue habiendo
lucha de clases. Pero esta la empezamos nosotros, los ricos, y la vamos
ganando”.
Sir Mervyn King,
Gobernador del Banco de Inglaterra, confesaba: “todos colectivamente permitimos
que el sistema bancario se hiciera demasiado grande, nosotros les dimos
demasiado poder en la sociedad y no lo regulamos adecuadamente”.
Y William Black,
buen conocedor de los sistemas financieros, explica claramente este atropello:
“el mejor modo de robar un banco es tener uno”.
Se ha roto el
equilibrio construido a lo largo del siglo XX.
Un reciente
informe de Oxfam muestra cómo las 3 personas más ricas de España tienen tanto
dinero como el 30% más pobre de toda la población. Solo tres personas tienen tanto
como 14 millones de compatriotas.
Otro ejemplo
sangrante de esta acumulación de riqueza por los nuevos ricos, es la pensión de
88 millones de euros concedida a un banquero. Una pensión miles de veces mayor
que la que la pensión anual que recibirán en promedio los trabajadores y que
constantemente amenazan diciendo que no se pueden sostener. Fíjense que lo
dicen los mismos que cobran esas pensiones millonarias.
Los mismos que
decidieron rescatar a los bancos con nuestro dinero, y que nos obligan a seguir
pagando este año un 25% de presupuesto público para devolver los préstamos que pidió
el gobierno para rescatar a los bancos españoles, para que estos a su vez
pudieran devolver préstamos impagables a los bancos alemanes, holandeses,
franceses e ingleses, para que no quebraran. Más de 100.000 millones de euros
del presupuesto anual. Con eso se podían pagar todos los supuestos déficits de
la sanidad y las pensiones que dicen que no se pueden sostener. Un verdadero
robo.
Mientras tanto
el Sr Dijsselbloem, Presidente del Eurogrupo, hace unas declaraciones en las
que, aunque no quisiera decir eso, todos entendimos que “los del norte” son
trabajadores y solidarios, y que no puede ser que “los del sur” pidamos ayudas
y lo gastemos en vino y mujeres.
¿Ignora acaso que
“los del sur” trabajamos y pagamos los impuestos como “los del norte” y que
quienes evaden a los paraísos fiscales, son las grandes fortunas y las grandes
corporaciones “del norte y del sur”? ¿Ignora que en España, antes de la crisis
financiera que ellos no supieron prevenir, ni corregir, teníamos superávit
fiscal? ¿Ignora que el impacto de la crisis financiera en la economía real, y
la decisión que tomaron los dirigentes europeos de rescatar a los bancos, más
el agujero fiscal que favorecen los paraísos fiscales, son las principales
causas del déficit?
La ciudadanía de
los países del sur, igual de los trabajadores del norte, está pagando con los
recortes de sus sueldos y la precariedad de sus trabajos, con la congelación o
reducción del poder adquisitivo de las pensiones, con los recorte en sanidad,
educación y dependencia, con la pérdida de derechos sociales, y está pagando para
salvar a las entidades financieras que provocaron la crisis. Una crisis que se
produce por la desregulación financiera y el capitalismo financiero voraz. Los
reguladores, los gobiernos, permitieron y permiten que los bancos de ahorro
hagan también inversiones de riesgo. Permiten productos tóxicos y nuevas
entidades financieras con menos control y con una enorme envergadura que pueden
provocar nuevas crisis. Y cuando estalle la nueva crisis nos dirán que son
entidades “tan grandes que no se las puede dejar quebrar”, porque son “la
sangre de la economía” y tendremos que rescatarlas otra vez.
Lo más grave no
es que esta situación ocurriera, es que no la han corregido. De la misma forma,
lo más grave no es lo que dijo Dijsselbloem, es que sigue siendo presidente del
Eurogrupo y no le han cesado. Dice el primer ministro portugués, Antonio Costa,
que mientras el Sr Dijsselbloem siga siendo presidente del Eurogrupo Europa no
será creíble como proyecto común. Y lleva razón.
Los gestores
financieros son la nueva clase dominante. Los gestores de fondos de inversión
en EEUU ganaron de media 500 millones de dólares anuales. Algunos más de 1.000
millones anuales. Por especular. Por crear una supuesta riqueza virtual, de casino,
el “valor en bolsa”. Cuentan que el presidente de uno de los grandes fondos de
inversión define su filosofía empresarial diciendo: sé hiena, ataca al
antílope; le hace bien a la hiena, porque se alimenta al comer al antílope; pero
también a los antílopes les hace bien, porque les ayuda a evolucionar.
Con esta
filosofía de la ley de la selva se han destruido, o se han degradado, millones
de puestos de trabajo, y un 40% de los jóvenes españoles que quieren trabajar
están en paro. Con esta filosofía desahuciaron a 300.000 familias de sus casas
en los últimos 5 años. La misma filosofía ve con indiferencia cómo cientos de
miles de personas acuden todos los días a los comedores sociales. O cómo el año
pasado, 2.000.000 de personas no pudieron comprar las medicinas que
necesitaban. Y tampoco les importa que un 10% de los hogares no hayan podido
pagar la calefacción este invierno, afectando a su salud y a su dignidad. La
desigualdad es la enfermedad que corroe nuevamente Europa y crea dolor,
descontento, rechazo, populismo, separatismo. El caldo de cultivo para el
Brexit. Es una decisión grave: la primera vez desde que se creó la Unión
Europea en la que un país ha decidido separarse. Si no cambiamos el rumbo,
seguirán otros.
El Informe sobre
el Estado Social de la Nación, de la Asociación Estatal de Directores y
Gerentes en Servicios Sociales, profundiza en el análisis de estos problemas y
documenta con precisión esta desigualdad: no podemos mirar para otro lado
cuando más de tres millones de personas viven en situación de pobreza severa,
que es causa principal de pérdida de dignidad y autonomía, de enfermedad y de
muerte prematura.
1. 2- LA
DESUNIVERSALIZACIÓN SANITARIA
Una de las
piezas que cobraron las hienas en la crisis financiera, uno de los antílopes
que ha caído en esta pérdida de equilibrio entre ricos y pobres que denunciaba
Plutarco, ha sido la Universalización sanitaria. En efecto, la contrarreforma
llevada en España y en otros países de la UE supuso un retroceso en la
principal conquista de nuestro sistema de salud. Menos personas con derecho,
menos derechos y de peor calidad para las que tienen cobertura, y más copagos.
La
desuniversalización significa que en los últimos años (entre 2009 y 2014,
último publicado) en España se ha recortado en 8.634 millones de euros anuales el
gasto sanitario público y se ha aumentado en más de 4.695 millones el gasto que
tenemos que gastar los pacientes
de su bolsillo, el gasto privado. El porcentaje de gasto público sobre el gasto
sanitario total, que marca el grado de solidaridad o de cobertura pública, era
del 79% y ha bajado a menos del 70%.
Se han reducido
plantillas, se han deteriorado los equipos, hay menos tiempo por paciente,
crecen las listas de espera…
Y es que ningún
derecho social es irreversible. El equilibrio logrado en un momento se puede
romper.
Ahora lo vemos
también en EEUU, donde el nuevo presidente Trump quiere derogar la Obamacare,
quitando la cobertura a 20 millones de personas pobres, mientras al mismo
tiempo rebaja los impuestos a los más ricos, como se ha hecho en España.
1. 3- OTROS
EQUILIBRIOS QUE HEMOS DE LOGRAR EN EL SISTEMA SANITARIO
Además de este
problema crucial, la universalización sanitaria, que está en permanente tensión
entre el derecho a la salud y el negocio de la economía financiera, hay otros
problemas, otros desequilibrios que podemos corregir, en los que podemos
influir, mejorando la eficiencia del sistema.
Les señalo
algunos de ellos:
-El gasto
sanitario por habitante es muy desigual entre CCAA.
-Siguen
existiendo barreras de acceso a la movilidad de los pacientes entre servicios
regionales de salud que son el mismo SNS.
-El modelo
sanitario todavía se basa más en la curación que en la prevención.
-Pesa más el
Hospital que la Atención Primaria.
-Insuficiente
cooperación e integración con los Servicios Sociales.
-Hay menos énfasis
en la atención domiciliaria que en la atención intra-institucional.
-Escaso
desarrollo de la atención telemática, on line, como complemento de la atención
presencial.
-Sigue
predominando el enfoque paternalista del paciente pasivo, receptor, frente al
enfoque de paciente activo, ciudadano activo, y el enfoque individual frente al
familiar y comunitario.
-Un tema clave
es la tensión por el control de la información (big data), la formación, la investigación,
entre las instituciones públicas y las empresas privadas. En este momento hay
un desequilibrio en el cual es la empresa privada quien está controlando el
conocimiento, incluso en las Facultades, con las nuevas cátedras de patrocinio.
-Otro tema muy
importante, crítico, es la inestabilidad y precariedad laboral. Se han empezado
a ver como normales contratos por días, situaciones donde se contrata media
jornada pero se debe trabajar bastante más. En el sector sanitario también ha
cundido la precarización laboral. Esta situación perjudica la calidad de la
atención. Dificulta la creación de equipos estables, la comunicación con los
pacientes y entre los profesionales, la formación continuada y específica para
los puestos de trabajo, etc.
Todos estos
desequilibrios, estas tensiones, pueden resolverse en una u otra dirección.
Dependerá de decisiones personales y de las que tomemos en los equipos en los
Centros de Salud, en los hospitales, en las instituciones. La suma de nuestras
decisiones ayudará a conseguir un mejor equilibrio.
2.- INCERTIDUMBRES
Por otra parte,
tenemos que hacer frente a las incertidumbres que presentan los tiempos
actuales.
Carlos Fuentes,
en su discurso de aceptación del doctorado honoris causa de la Universidad de
Castilla-La Mancha, pronunciado el 20 de abril de 2005 con motivo del V
Centenario del Quijote, y que tituló Elogio de la incertidumbre, decía:
“Miremos a
nuestro alrededor. Hay… una perversión de las agendas humanas al iniciarse el
siglo XXI. Los gastos militares rebasan con mucho los destinados a la salud, la
educación, el desarrollo. Las urgentes demandas de la condición femenina, la
tercera edad y la juventud desorientada e inconforme, son abandonadas al azar.
Las ofensas contra el medioambiente se multiplican. Conquistas internacionales
ganadas con perseverancia crítica y a veces con sacrificio humano –diplomacia,
multilateralismo, apego al orden jurídico- son avasalladas por la premura ciega
del unilateralismo y la guerra preventiva, con altísimo costo para todos….
Señoras y señores: Hay uno, dos, tres tsunamis en su futuro…”
En efecto,
¿quién predijo el tsunami de la crisis financiera de 2008? Y el año pasado ¿Quién predijo el
Brexit? O ¿Quién predijo la victoria de Trump? Crisis y cambios que se aceleran
generando incertidumbre.
Pero refiriéndonos
al sector sanitario, la “incertidumbre” que más suena en los debates sanitarios
y los discursos es:
2-1 -LA SUPUESTA
INSOSTENIBILIDAD DE LA SANIDAD PÚBLICA.
Se dice una y
otra vez: “No vamos a poder mantener la sanidad”. “No se puede dar todo a
todos”. Suelen decirlo personas que tienen intereses directos o indirectos con
fondos de pensiones y seguros privados de salud. Es un gran negocio deteriorar
la sanidad pública y abrir hueco a los servicios privados.
Que no nos
engañen. Cuando se dice que el sistema sanitario público no es sostenible, el
que lo dice, casi siempre, lo que quiere es desmantelarlo.
Si hay voluntad
de mantener el sistema sanitario público, de lo que se trata es de ver cuánto
tenemos (financiación), y cómo lo gastamos (prioridades), adecuando ingresos y
gastos públicos a la riqueza del país. Igual que en una familia: cuánto entra
en casa, y con eso, como hacemos frente a las necesidades de toda la familia,
comida, ropa, zapatos, etc. No decimos, como hay menos, el abuelo no come, o a
la niña no le compramos zapatos, solo al niño. Repartimos la comida que hay
entre todos, aunque sean patatas. Compramos la ropa para todos, según su
necesidad.
Cosa distinta es
que queramos ingresar menos dinero público no cobrando a los más ricos
(regresividad fiscal), o que gastemos en prioridades que marcan otros (por
ejemplo, gasto farmacéutico innecesario, o rescates de bancos).
Y es que la
supuesta insostenibilidad tiene dos causas principales: la falta de ingresos
públicos y los precios excesivos de las tecnologías, sobretodo de los
medicamentos.
Fiscalidad ineficiente e injusta.
La sanidad
pública española y europea se basaba en un sistema fiscal justo. Como hemos
visto este sistema se ha roto. Los ricos no pagan. Y no puede haber derechos
sociales sin impuestos justos.
Aquí hay dos
grandes cuestiones. Una es el propio modelo fiscal: si los impuestos son
progresivos o regresivos, es decir si, cumpliendo la ley, los impuestos son
justos o injustos. La otra
cuestión es el incumplimiento de la ley. El fraude y la evasión fiscal.
En el primer
aspecto, las legislaciones europeas, y desde luego la española, ha cambiado
desde la progresividad a la regresividad. Los más ricos pagan menos que las
clases medias y los trabajadores.
Entre los años
1980 y los años 2000 han aumentado los tipos impositivos de las rentas más
bajas y han disminuido los tipos de las rentas más altas. Ha disminuido
sociedades, y se ha llenado de agujeros para hacer ingeniería fiscal, y ha
aumentado el IVA, los impuestos indirectos que pagamos todos por igual.
Aquí se añade la
elusión fiscal, es decir la ingeniería fiscal o planificación fiscal agresiva:
se cumple la ley, pero se fuerza hasta el límite (por ejemplo, creando empresas
para declarar por sociedades en lugar de por renta personal, etc.). Se cambia
la ubicación de la sede social, etc. Hay que cambiar estas leyes.
En cuanto al
fraude fiscal, aquellos que, además, incumplen las leyes vigentes, la economía
sumergida se ha duplicado desde 1980: del 12,3% al 26,9% del PIB. El fraude y la evasión fiscal
representan un grave problema que no reconoce fronteras y solo puede ser
resuelto eficazmente con un esfuerzo conjunto, concertado de todos los países.
Perdemos cada año enormes sumas de dinero por la evasión y la elusión fiscal,
dinero que es de todos y se llevan unos aprovechados. En Europa se estima en
más de un billón de euros. Los ricos y las grandes corporaciones no pagan. El
agujero fiscal en España es de 70.000 millones, más que todo el gasto sanitario
público. Es una enorme ineficiencia y una enorme injusticia.
Gasto farmacéutico ineficiente.
En el gasto
farmacéutico también se da otra enorme ineficiencia. En efecto, en España hay
un gasto innecesario en medicamentos en torno a 7-8.000 millones de euros. Este
gasto innecesario se debe al precio abusivo de los medicamentos y a un exceso
de prescripción.
El argumento
habitual de la industria para fijar precios muy altos es el coste de la
investigación; pero ese coste, que es importante, no justifica de ninguna
manera los elevadísimos precios fijados: Es un 16%-17% del total de ventas. La
fabricación es otros 21%. Queda más de un 60% que va a beneficios, gastos de
marketing, recompra de acciones, … Dinero que no beneficia al conjunto de la
sociedad.
Como el gasto en
investigación no es suficiente para justificar esta ineficiencia se habla de
precio por valor. El valor del medicamento que salva vidas. Pero también salva
vidas la cura de una herida abierta que podría desangrar al paciente, o gangrenar
una pierna. El valor es la vida. ¿Habría que pagar por esa cura de herida 1
millón de euros, por haber añadido 30 años de vida, a 30.000 euros por año? No
parece lógico.
Es preciso
cambiar el modelo de fijación de precios. Para ello hemos de suprimir los
monopolios de las patentes, que se han transformado en un mecanismo perverso
que, por un lado limita el acceso a miles de pacientes y por otro estimula un
exceso de consumo innecesario.
3.- LOS RETOS
Estos
desequilibrios y estas incertidumbres nos obligan a buscar soluciones. Nos
plantean retos apasionantes.
Amigas y amigos:
en España y en Europa, durante más de 70 años, hemos conseguido la paz, una
razonable justicia, y unas libertades democráticas para todos. En el conjunto
del planeta la humanidad avanza, con crisis y retrocesos, pero avanza. La
humanidad ha mejorado en educación, en condiciones económicas, en salud. Un
dato lo resume todo, la esperanza de vida al nacer se duplicó entre 1900 y
2000: de 40 a 80 años. Es impresionante. Y es fruto del esfuerzo de todas
nosotras y todos nosotros y de las generaciones que nos precedieron.
Pero no es
suficiente, porque como hemos visto hay amenazas y tensiones que ponen en
riesgo lo conseguido para nuestros hijos y las futuras generaciones. Hemos de seguir
avanzando para lograr una gobernanza global y justa. Hemos de trabajar juntos para
corregir los desequilibrios y las injusticias actuales, y combatir la cultura
del descarte que denuncia el Papa Francisco, la que descarta a los jóvenes en
paro, a los ancianos, a los pobres, a los enfermos…
Tenemos que
reorientar la economía del sálvese quien pueda y para eso se deben fortalecer
las instituciones políticas y ampliar su ámbito de decisión.
3.1- EL RETO DE
EUROPA: UNA UE FEDERAL FUERTE Y PROGRESISTA
En primer lugar
se debe recuperar el equilibrio entre poder económico y sociedad, entre
ejecutivos financieros y gente normal. En todo caso hay que intentarlo. Tenemos
que reforzar la Unión Europea para poder gobernar los procesos económicos y
políticos que hoy tienen una dimensión global. Tenemos que superar los estados
nacionales y crear una gobernanza primero europea y después mundial, justa y
democrática.
Pero no se trata solamente de fortalecer las estructuras de
gobierno globales, se trata también de ver para qué, de la dirección del
gobierno. Porque precisamente para que los europeos acepten apostar por esta
opción, para que se fíen, tienen que sentir que los gobiernos de los países y
el de la Unión reforzada orientan sus decisiones a favor de las personas y no a
favor de las grandes corporaciones financieras. La gente tiene que estar segura
de que los gobiernos van a reforzar los valores de la solidaridad, la equidad y
la justicia, como una base necesaria para la libertad y la paz.
Para poder
mantener y mejorar una Europa más fuerte debemos construir un nuevo modelo
fiscal europeo, que reparta las cargas de forma más justa.
Se debe llevar a
cabo una nueva regulación del Sistema Financiero, separando la banca de ahorros
de banca de inversión; regulando de forma eficaz las nuevas entidades
financieras que están “en la sombra”; creando agencias de calificación europea,
etc.
Es preciso
impulsar un nuevo modelo económico inclusivo, fundamentado en la sociedad del
conocimiento; promover un modelo compatible con el medio ambiente a largo
plazo; apostar por las nuevas tecnologías al servicio de las personas y con
control democrático; reducir el consumo de energía; desarrollar un nuevo
urbanismo, apoyado en transportes públicos y servicios públicos eficientes y de
calidad. Fomentar el consumo responsable, respetuoso con el medio ambiente y
con los derechos humanos.
Esto requiere nuevas
mayorías sociales con la unidad de todas las personas que defiendan unos
valores comunes: la dignidad del ser humano, la justicia, la libertad, la
igualdad.
Por eso les
animo a tener presencia en las instituciones europeas e internacionales, a
participar con sus ideas y sus propuestas, y sobretodo, con sus valores.
3.2 - RETOS EN
SANIDAD
En sanidad
tenemos retos importantes que abordar, para recuperar y mantener la sanidad que
queremos:
Una sanidad universal. Recuperar y consolidar la
universalización sanitaria, el 100% de cobertura para todas las personas que
residan en España.
Acceso a unas prestaciones comunes para
todo el SNS y financiadas públicamente. Garantía de que cualquier persona puede ser atendida en
cualquier Servicio Regional de Salud (tarjeta sanitaria igual en toda España).
Unos servicios sanitarios seguros, de
calidad y a tiempo.
Hacer bien lo que se deba hacer. Evitar el daño evitable. Cero muertes por
errores en la atención sanitaria evitables. Garantía de tiempos de espera
máximos. Evaluación continua y transparencia.
Una sanidad solidaria con una
financiación pública adecuada.
Eso pasa por una Reforma Fiscal que aumente la eficiencia y la equidad
recaudatoria. Impuestos suficientes (en la media de UE-15, 45% de PIB), y de
carácter progresivo. Lucha rotunda y eficaz contra el fraude, la evasión y la
elusión fiscal. Y, desde luego, revertir los copagos. Que no pague el paciente.
El porcentaje de gasto sanitario público sobre el total debería ser mayor del
80% (ahora ha bajado al 69%).
Una sanidad equitativa. Nuevo acuerdo de financiación
autonómica y sanitaria: Renegociar la cuantía. Financiación finalista, igual en
toda España, a partir del cálculo del gasto per cápita posible. El gasto
sanitario público se debe situar en 7,5%-8% PIB. Reponer los Fondos de Cohesión
y de Garantía Asistencial. Orientar los presupuestos a las necesidades de
salud.
Una sanidad eficiente y responsable, que implica:
Frenar
el aumento de los precios de los nuevos medicamentos. Revisar las decisiones de
financiación pública (solo financiar los más efectivos y seguros). Negociación
y reducción de precios en función del coste de fabricación y de I+D. Revisar
costes y mecanismos de distribución de los medicamentos.
De-prescribir
intervenciones sanitarias injustificadas. No hacer lo que no se deba hacer.
Revisar continuamente las prestaciones incluidas, revisar inercias. Estudiar la
variabilidad injustificada de la práctica médica. Des-medicalizar la vida
cotidiana.
Potenciar
la Salud Pública. Salud en Todas las Políticas: trabajo digno y salud en el
trabajo; cuidado del ambiente (usos del agua, energías renovables, residuos);
modelo productivo (basado en el equilibrio y la inclusión, no en el crecimiento
infinito); modelo de consumo (frenar el hiperconsumismo); alimentación
equilibrada y suficiente; actividad física adecuada; crear condiciones para un
trabajo y una vida digna.
La
Atención Primaria tiene que fortalecerse. Con equipos bien dotados, con una
asignación poblacional razonable, que permita llevar a cabo toda la cartera de
servicios así como la colaboración con otras entidades e instituciones.
Necesitamos más enfermería familiar y comunitaria.
Coordinación
/ Integración de programas y redes, sanitarias y sociales. Reactivar la Ley de
Dependencia y lanzar una verdadera Ley General de Servicios Sociales.
Envejecimiento activo, prevención de la fragilidad. Estrategia de Salud y
Servicios Sociales.
Telemedicina
y telecuidado. Informatización de datos clínicos. Interoperabilidad en el SNS y
la UE. Gestión pública del Big-Data. Apps de salud con garantía de la autoridad
sanitaria. Atención domiciliaria y en el lugar de trabajo o de ocio. Los
sistemas de información deben estar gestionados y controlados por las
Administraciones Sanitarias.
Hospital
abierto. Redes de servicios. Coordinar las grandes inversiones.
Nuevo
impulso a la salud mental comunitaria. Mejorar la calidad de los servicios en
salud mental y la equidad en el acceso.
Participación
del ciudadano / paciente en la promoción de su salud y su autonomía personal, y
en la prevención de la enfermedad y la discapacidad. Autogestión del proceso de
salud y enfermedad. Mejora en la utilización de los servicios: reducir demanda
injustificada y uso inapropiado. Escuelas de Salud (red española, escuelas
autonómicas, etc.).
Mejorar
el Gobierno del Sistema reforzando la capacidad del Consejo Interterritorial
para afrontar temas que afectan a todos. Mecanismos de acuerdo vinculante.
Gestión
directa, provisión pública, de forma principal (80/20). Paralizar y revertir
las concesiones. En gestión concertada primar acuerdos con instituciones sin
ánimo de lucro. Integrar la atención sanitaria de las mutualidades y las
mutuas.
Dotación
adecuada de profesionales. Medios suficientes en el trabajo. Formación y apoyo
institucional (financiar desde sector público, no desde empresas privadas con
ánimo de lucro). Evaluación del desempeño. Participación de los profesionales
en la gestión de los servicios sanitarios.
Investigación:
recuperar la financiación que se deriva a la industria a través del
sobre-precio de los medicamentos. Crear / potenciar Plataformas Públicas de
Investigación con: prioridades según las necesidades de salud; investigación
abierta; resultados accesibles a todos; medicamento como bien público, no como
objeto de negocio. Recuperar el Instituto de Salud Carlos III para el SNS.
Participación
de la ciudadanía en la planificación, la gestión y la evaluación de los
servicios de salud. Se debe articular la participación constructiva en los
procesos de desarrollo de los servicios de salud.
Ética
en la toma de decisiones, del profesional, del paciente, de las instituciones.
Cooperación
Internacional reforzada. Colaborar en la consecución de los Objetivos de
Desarrollo Sostenible. Reforzar las políticas de salud en la UE.
4. A MODO DE CONCLUSIÓN. EL BARCO Y LA
ENFERMERÍA FAMILAR Y COMUNITARIA
Señoras y
Señores, amigas y amigos,
La enfermería
familiar y comunitaria, todas y cada una de ustedes, pueden y deben aportar su
experiencia y su capacidad para afrontar y resolver estos retos, para corregir
los desequilibrios que ponen en riesgo la salud, la equidad, la vida de las
personas.
Según el
programa de su especialidad, los valores que fundamentan su profesión son,
precisamente, el compromiso con las personas, las familias y la comunidad; el
compromiso con la sociedad, la equidad y la eficiente gestión de los recursos;
el compromiso con la mejora continua de la calidad; y el especial compromiso
con los sectores sociales más desfavorecidos por razones de clase social,
género, etnia, edad, discapacidad o enfermedad.
Esos valores son
los que deben animarnos a mejorar día a día la sanidad española, y animarnos a
lograr que todas las personas en España y en el mundo tengan derecho a una
atención sanitaria pública y de calidad.
Recordaba José
Múgica, que fue presidente de Uruguay, que hay mucha humanidad pospuesta,
anhelando subirse en el tren de la civilización que hemos inventado” sobretodo
por “los defectos del egoísmo de nuestra propia humanidad”.
Así, vimos cómo
el pasado 11 de enero la lancha hinchable en la que Verónica y su hijo Samuel,
de seis años de edad, trataban de cruzar el estrecho se hundió y ambos murieron
ahogados. Él padecía una enfermedad pulmonar y ella tenía cáncer. Trataban de
cruzar a Europa para lograr un tratamiento que en su país no tenían. Su periplo
empezó en la República Democrática del Congo, muy lejos de aquí. El cuerpo sin
vida de Samuel apareció en la playa de Barbate, en Cádiz. El cadáver de
Verónica fue devuelto por el mar a las playas de Argelia unos días después.
Imaginémonos por un momento ser ellos, que fuera nuestro hijo… recorrer miles
de kilómetros, afrontar tantos peligros, intentar cruzar el estrecho para tener
atención sanitaria y morir con la puerta cerrada.
No debería haber
sido así. No debería seguir siendo así. Ni aquí, ni en ninguna parte del mundo.
El gran poeta
Neruda, en su poema El Barco, dejó dicho:
Pero si ya pagamos
nuestros pasajes en este mundo
por qué, por qué no nos dejan sentarnos y comer?
por qué, por qué no nos dejan sentarnos y comer?
Queremos mirar las nubes,
queremos tomar el sol y oler la sal,
francamente no se trata de molestar a nadie,
es tan sencillo: somos pasajeros.
Todos vamos pasando y el tiempo con nosotros:
pasa el mar, se despide la rosa,
pasa la tierra por la sombra y por la luz,
y ustedes y nosotros pasamos, pasajeros.
Entonces qué les pasa?
Por qué andan tan furiosos?
A quién andan buscando con revólver?
Nosotros no sabíamos
que todo lo tenían ocupado,
las copas, los asientos,
las camas, los espejos,
el mar, el vino, el cielo.
Ahora resulta
que no tenemos mesa.
No puede ser, pensamos.
No pueden convencernos.
Estaba oscuro cuando llegamos al barco.
Estábamos desnudos.
Todos llegábamos del mismo sitio,
Todos veníamos de mujer y de hombre.
Todos tuvimos hambre y pronto dientes.
A todos nos crecieron las manos y los ojos
para trabajar y desear lo que existe.
Y ahora nos salen
con que no podemos,
que no hay sitio en el barco,
no quieren saludarnos,
no quieren jugar con nosotros.
Por qué tantas ventajas para ustedes?
Quién les dio la cuchara cuando no habían nacido?
No me gusta en el viaje
hallar, en los rincones, la tristeza,
los ojos sin amor o la boca con hambre.
No hay ropa para este creciente otoño
y menos, menos para el próximo invierno.
Y sin zapatos cómo vamos a dar la vuelta
al mundo, a tanta piedra en los caminos?
Sin mesa dónde vamos a comer,
dónde nos sentaremos si no tenemos silla?
Si es una broma triste, decídanse, señores,
a terminarla pronto,
a hablar en serio ahora.
Después el mar es duro.
Y llueve sangre.
que no hay sitio en el barco,
no quieren saludarnos,
no quieren jugar con nosotros.
Por qué tantas ventajas para ustedes?
Quién les dio la cuchara cuando no habían nacido?
No me gusta en el viaje
hallar, en los rincones, la tristeza,
los ojos sin amor o la boca con hambre.
No hay ropa para este creciente otoño
y menos, menos para el próximo invierno.
Y sin zapatos cómo vamos a dar la vuelta
al mundo, a tanta piedra en los caminos?
Sin mesa dónde vamos a comer,
dónde nos sentaremos si no tenemos silla?
Si es una broma triste, decídanse, señores,
a terminarla pronto,
a hablar en serio ahora.
Después el mar es duro.
Y llueve sangre.
…
Señoras y
Señores,
Amigas y amigos
de la enfermería familiar y comunitaria, les agradezco de corazón que ustedes,
cada día, con su trabajo, empoderando,
facilitando y compartiendo, traten de lograr que este barco en el que
viajamos tenga mesa, camarote, y
una sanidad pública y de calidad, para todas y todos, donde nadie se quede sin
el cuidado, la atención o el medicamento que necesite. Donde nadie se quede
atrás.
Podemos
lograrlo. Y debemos lograrlo.
Muchas gracias
por su atención.