miércoles, 30 de diciembre de 2020

Is the price we pay for the COVID-19 vaccine 1,765% above cost? Is it a fair price?

At the end of December 2020, vaccination against COVID-19 began in the European Union, as in the United Kingdom and the United States. This is good news, and we all hope that vaccines will be effective and safe. It is also very positive that, at least in all EU countries, vaccination has started simultaneously. But there are other not-so-positive aspects, such as price and the ability to scale production, that will make millions of people unable to get vaccinated in 2021.

In the SARS-CoV-2 pandemic situation, governments had a great opportunity to change the patent model as a way to finance research and set drug prices, promoting a model with open and cooperative research, non-exclusive licenses, with technology transfer between research and manufacturing centers, without monopolies, considering vaccines and medicines a public good, and guaranteeing access for all people all over the world. However, they have once again ceded power to the big pharmaceutical industry. Thus, the vaccines that are being developed and that are beginning to be used, have the price that the companies set, although it is much more expensive than their manufacturing cost, and although the research and development has been financed largely with funds and public aid.

 

Based on the work of Zoltan Kis et al, from Imperial College London (1, 2) we can estimate the production cost of the Pfizer-BioNTech vaccine (raw materials, consumables, labor, etc.) at $ 0.61 per dose. To calculate the price per dose, it would be necessary to add the allocation of research costs financed directly by the companies (which we can estimate at $ 700 million recoverable in 20 years), from which we should deduct the significant public aid (3). In addition, for a production of 1.2 billion doses per year, we can estimate the annual costs in equipment, vial preparation and packaging ($ 50 million); distribution and administration costs ($ 130 million); and a 5% industrial profit which should be added to calculate price. The total cost for 1.2 billion doses would be around $ 1 billion. The price per dose would be $ 0.83, equivalent to € 0.68. Apparently, the sale price for the EU is € 12 / dose (4), 1,765% above the fair price. At its current price, Pfizer-BioNTech would earn € 14.4 billion in the first year, when actual total costs would only amount to € 815 million, obtaining an “exceptional” profit of € 13.585 billion. It is possible that these estimates are not correct, so it would be very important that the European Commission, which must know in detail the exact data of all these costs, make them public.

 

In addition, the patent model creates a funnel and does not allow vaccines that are proven to be effective and safe, to be manufactured in all the appropriate factories all over the world, increasing production on a large scale. If governments agreed to mandatory technology transfer, vaccines could be manufactured so that the entire world population would be vaccinated by 2021, and at cost. With the current model, some countries will start vaccinating in mid-2021 and it will take several years to complete vaccination. The very insufficient COVAX mechanism expects to be able to deliver vaccines to 20% of the population of low-income countries at the end of 2021. The WHO C-TAP mechanism, which proposed voluntary sharing of technology, was neglected by large companies and the most high-income countries. As a consequence, each country is struggling to get enough vaccines for its population. But while in high-income countries we already have three vaccines reserved for each person, in low- and middle-income countries they do not know when they will be able to start vaccinating and how many people will receive vaccines. If we consider health a human right this is an unacceptable and immoral inequality.

 

It is important that European governments change their pharmaceutical policy to meet the needs of all people, at the lowest possible cost. The current model of drug and vaccine patents kills; and it's not an overstatement.

 

For this reason, a group of European citizens has promoted a European Citizens' Initiative, “Rigth2Cure”, to ask the European Commission for COVID vaccines to be universal, and for medicines to be accessible to all people who need them, all over the world. Join and support this initiative and promote its dissemination. https://noprofitonpandemic.eu/es/


 

 

(1) Zoltan Kis et al.

https://www.mdpi.com/2076-393X/9/1/3

 

(2) Zoltan Kis et al.

https://aiche.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/amp2.10060

 

(3) Fortune. Germany support R&D Pfizer vaccine

https://fortune.com/2020/11/09/pfizer-vaccine-funding-warp-speed-germany/

 

(4) The Guardian. Prices paid by the EU for COVID vaccines

https://www.theguardian.com/world/2020/dec/18/belgian-minister-accidentally-tweets-eus-covid-vaccine-price-list

 

¿Es el precio que pagamos por la vacuna frente a la COVID un 1.765% por encima del coste? ¿Es un precio justo?

A finales de diciembre de 2020 se ha comenzado a vacunar frente a la COVID-19 en la Unión Europea, al igual que en Reino Unido, en EEUU y en otros países. Es una buena noticia, y todos esperamos que las vacunas sean efectivas y seguras. También es muy positivo que, al menos en todos los países de la UE, se haya comenzado la vacunación simultáneamente. Pero hay otros aspectos no tan positivos, como son el precio y la capacidad de escalar la producción, que harán que millones de personas no puedan vacunarse en 2021.

 

En la situación de pandemia del SARS-CoV-2 los gobiernos tenían una gran oportunidad para cambiar el modelo de patentes como vía para financiar la investigación y fijar los precios de los medicamentos, promoviendo un modelo con investigación abierta y cooperativa, licencias no exclusivas, con transferencia de tecnología entre centros de investigación y fabricación, sin monopolios, considerando las vacunas y los medicamentos un bien público, y garantizando el acceso a todas las personas en todo el mundo. Sin embargo, han vuelto a ceder el poder a la gran industria farmacéutica. Así, las vacunas que se están desarrollando y que se empiezan a utilizar, tienen el precio que fijan las compañías, aunque sea mucho más caro que su coste de fabricación, y aunque la investigación y el desarrollo se haya financiado en buena parte con fondos y ayudas públicas. 

 

Basándonos en los trabajos de Zoltan Kis y colaboradores, del Imperial College de Londres (1, 2) podemos estimar el coste de producción de la vacuna Pfizer-BioNTech (materias primas, consumibles, mano de obra, etc.) en 0,61 $ por dosis. Para calcular el precio por dosis habría que añadir la imputación de los costes de investigación financiados directamente por las empresas (que podemos estimar en 700 millones $ recuperables en 20 años), de los que deberíamos descontar las importantes ayudas públicas (3). Además, para una producción de 1.200 millones de dosis anuales, podemos estimar los costes anuales en equipamiento, preparación de viales y empaquetado (50 millones $); los costes de distribución y administración (130 millones $); y un 5% de beneficio industrial, que deberíamos añadir para calcular el precio. El coste total para 1.200 millones de dosis sería de alrededor de 1.000 millones $. El precio por dosis sería de 0,83 $, equivalente a 0,68 €. Al parecer, el precio de venta para la UE es de 12 € / dosis (4), un 1.765% por encima del precio justo. Con su precio actual, Pfizer-BioNTech obtendrían 14.400 millones € el primer año, cuando los costes totales reales ascenderían solamente a 815 millones €, obteniendo un beneficio “excepcional” de 13.585 millones €. Es posible que estas estimaciones no sean correctas, por eso sería muy importante que la Comisión Europea, que debe conocer en detalle los datos exactos de todos estos costes, los hiciera públicos. 

 

Además, el modelo de patentes crea un embudo y no permite que las vacunas que se demuestren eficaces y seguras, puedan elaborarse en todas las fábricas que sean adecuadas, en España, en Europa y en el mundo, aumentando la producción a gran escala. Si los gobiernos acordaran la transferencia de tecnología obligatoria, se podrían estar fabricando vacunas para que toda la población mundial estuviera vacunada en 2021, y a precio de coste. Con el modelo actual algunos países empezarán a vacunar a mitad de 2021 y tardarán varios años en completar la vacunación. El mecanismo COVAX muy insuficiente, espera poder entregar vacunas para un 20% de la población de los países de bajos ingresos a finales de 2021. El mecanismo C-TAP de la OMS, que proponía compartir la tecnología voluntariamente, fue desatendido por las grandes empresas y la mayoría de los países de altos ingresos. Como consecuencia, cada país está luchando por conseguir vacunas suficientes para su población. Pero, mientras en los países de altos ingresos tenemos ya reservadas tres vacunas para cada persona, en los países de bajos y medios ingresos no saben cuándo podrán empezar a vacunar y a cuántas personas. Una desigualdad de acceso inaceptable e inmoral, si consideramos la salud un derecho humano.

 

Es importante que los gobiernos europeos cambien su política farmacéutica para lograr atender las necesidades de todas las personas, al menor coste posible. El modelo actual de patentes de medicamentos y vacunas mata; y no es una exageración.

 

Por eso, un grupo de ciudadanas y ciudadanos europeos ha promovido una Iniciativa Ciudadana Europea, “Rigth2Cure”, para pedir al gobierno de la Unión Europea que las vacunas para la COVID sean universales, y para que los medicamentos sean accesibles a todas las personas que los necesiten, en todo el mundo. Súmate y apoya esta iniciativa y promueve su difusión. https://noprofitonpandemic.eu/es/

 

 

(1) Zoltan Kis et al.

https://www.mdpi.com/2076-393X/9/1/3

 

(2)   Zoltan Kis et al.

https://aiche.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/amp2.10060

 

(3)   Fortune. Germany support R&D Pfizer vaccine

https://fortune.com/2020/11/09/pfizer-vaccine-funding-warp-speed-germany/

 

(4)   The Guardian. Precios pagados por la UE por las vacunas COVID

https://www.theguardian.com/world/2020/dec/18/belgian-minister-accidentally-tweets-eus-covid-vaccine-price-list

 

 

lunes, 28 de diciembre de 2020

El gasto farmacéutico sigue aumentando. Es urgente revertir esta tendencia.

El gasto farmacéutico público siguió aumentando en 2020. Hasta octubre (último dato publicado por el Ministerio de Hacienda), sumó 577,4 millones € más, un 3,72% sobre el año anterior (1). Proyectando esa proporción sobre el gasto farmacéutico público total de 2019 vemos que el gasto alcanzará los 19.438,7 millones € en 2020, 697,2 millones € más. Si tenemos en cuenta que la variación del IPC entre octubre 2019 y octubre 2020, según el INE, fue de -0,8%, el gasto farmacéutico debería haberse reducido en 150 millones € para mantener el mismo volumen de gasto que en 2019 (2). Es decir, el crecimiento del gasto farmacéutico público en 2020, ajustado según el IPC, sería de 847 millones € más. Es mucho dinero. 

 

En un artículo anterior, publicado en la Revista Temas el pasado mes de noviembre (3), señalaba que el gasto farmacéutico público debería reducirse desde el 25% del gasto sanitario público total actual hasta un 15. Pero en vez de reducirse sigue aumentando; es urgente revertir esta tendencia, porque el exceso de gasto en medicamentos no sale gratis. Este mayor gasto de alrededor de 8.000 millones €, es equivalente a más de 100.000 puestos de trabajo de profesionales sanitarios. O es equivalente a 10 veces el gasto en salud pública y podría financiar programas de prevención y promoción de la salud para evitar y enfrentar mejor una pandemia, como la de la COVID-19. O es casi el doble de todo el gasto en atención a la salud mental, cuyos presupuestos son claramente insuficientes y requieren recursos adicionales. 

 

En el artículo citado analizaba las causas del exceso de gasto farmacéutico y proponía medidas concretas para cambiar esta situación. El exceso de gasto se produce por dos causas principales: los altos precios de los nuevos medicamentos, y la prescripción inadecuada. Ambas causas están relacionadas con el actual modelo de monopolios y patentes, en el que los gobiernos dan un enorme poder a las compañías farmacéuticas, permitiendo enormes beneficios que se destinan, en parte, a perpetuar el sistema, influyendo sobre las decisiones de políticos y prescriptores.

 

(1)   Ministerio de Hacienda. Indicadores sobre Gasto Farmacéutico y Sanitario

https://www.hacienda.gob.es/es-es/CDI/Paginas/EstabilidadPresupuestaria/InformacionAAPPs/Indicadores-sobre-Gasto-Farmac%C3%A9utico-y-Sanitario.aspx

 

(2)   INE

https://www.ine.es/varipc/verVariaciones.do?idmesini=10&anyoini=2019&idmesfin=10&anyofin=2020&ntipo=1&enviar=Calcular

 

(3)   Lamata F. Política Farmacéutica para un nuevo SNS

https://fernandolamata.blogspot.com/2020/11/politica-farmaceutica-para-un-nuevo.html

 

 

sábado, 19 de diciembre de 2020

¿Pudimos hacerlo mejor? Y, sobretodo, ¿podemos hacerlo mejor? (*)

1.A 6 de diciembre de 2020 la pandemia por SARS-Cov-2, conocida como COVID-19, había contagiado a 66.561.559 personas y provocado la muerte de 1.529.134 de ellas (1). Además del daño a la salud y el sufrimiento de millones de familias, la pandemia ha causado un importante daño económico, debilitando la economía. La OCDE prevé un decrecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial de -4,18% en 2020 (2), con importante destrucción de empleo en muchos países. Un modesto virus ha puesto en jaque a la humanidad entera, recordándonos la vulnerabilidad de nuestra especie. El problema todavía no está superado y los países tratan de hacer frente con distintas medidas y con la respuesta de sus sistemas sanitarios. Los resultados de la gestión de la pandemia han variado, según las medidas adoptadas por los gobiernos. En este artículo planteo dos cuestiones: ¿pudimos hacerlo mejor en España y en la Unión Europea? Y, sobretodo, ¿podemos hacerlo mejor a partir de ahora?

 

Para evidenciar que las cosas se pueden hacer de formas distintas, mostraré los datos de dos países, España y Corea del Sur. Dos países con similar desarrollo económico y un volumen de población parecido. El número de personas afectadas y fallecidas por COVID-19 es significativamente menor en Corea del Sur que en España.

 

 

España

Corea del Sur

Población

46,9 millones

51,6 millones

PIB (2019, Banco Mundial)

29.671 $

31.761 $

Casos COVID-19 (a 6 Dic)

1.684.647

35.546

Fallecidos (a 6 Dic)

46.252

545

Previsión Variación anual PIB 2020 (OECD, Dic)

-11,63 %

-1,09 %

Datos de casos y de personas fallecidas tomados del Coronavirus Resource Center (1)

 

2.La pandemia en España, como en muchos otros países, ha presentado dos “olas”. El primer caso se confirmó el 31 de enero en La Gomera. A partir de ese momento fueron diagnosticándose más casos, hasta que el 14 de marzo el gobierno decretó el estado de alarma (RD 463/2020), que permitió establecer la unidad de mando y aplicar en toda España una medida clásica de salud pública frente a las epidemias, el confinamiento, tratando de reducir los contactos y los contagios. En la gestión de la respuesta a la primera ola podemos entender la dificultad para responder con eficacia a la nueva situación. Se puede criticar tardanza en la respuesta, pero no era fácil acertar exigiendo mayores restricciones cuando todavía no se conocía la gravedad de la pandemia. Debía ponderarse, por una parte, el riesgo para la salud y, por otra, la limitación de derechos fundamentales y el impacto inmediato del cierre de actividades sobre la economía. Hubo dificultades para comprar equipos de protección para los profesionales de los servicios sanitarios y de otros servicios esenciales. Se tuvieron que diseñar o actualizar y poner en marcha los planes de contingencia y protocolos en las diferentes instituciones. Hubo escasez de equipos de ventilación cuando se tuvieron que improvisar Unidades de Cuidados Intensivos adicionales. No se disponía de suficientes test para diagnóstico, PCR, test de antígenos, etc. Y tampoco había suficientes mascarillas para la población. Todos estos equipos y materiales tenían que importarse con no poca dificultad por el aumento de la demanda mundial. El esfuerzo de los profesionales sanitarios, trabajando en estas circunstancias, fue extraordinario.

 

La primera ola (considerando los datos desde el 10 de marzo hasta el 21 de mayo) provocó un balance desolador: 250.287 personas contagiadas por SARS-CoV-2, 90.087 ingresos hospitalarios y 7.691 ingresos en UCI (3). La sobremortalidad, respecto a la mortalidad esperada en ese periodo, fue de 44.599 personas (se incluyen aquí muertes por COVID y muertes por otras causas, como infartos, cáncer u otros procesos que no pudieron ser atendidos adecuadamente) (4). Los servicios de atención primaria y los hospitales se volcaron en la atención a los pacientes COVID, debiendo demorar la atención a los otros pacientes, salvo las urgencias. Poco a poco se fueron organizando los circuitos COVID y se fueron incorporando EPIs y test de diagnóstico. Los profesionales sanitarios fueron ensayando medicaciones, reduciendo síntomas y mortalidad. En los meses de mayo y junio, después del esfuerzo que supuso el confinamiento domiciliario, se consiguió que los nuevos contagios diarios estuvieran por debajo de 500.

 

3.Las mayores dudas en la gestión de la pandemia se refieren a la desescalada después de la primera ola. El 21 de junio terminó el estado de alarma, y no habíamos preparado adecuadamente la desescalada. El 9 de junio se aprobaron unas medidas urgentes de prevención, contención y coordinación, mediante RDL 21/2020, y el 16 de julio el Consejo Interterritorial del SNS aprobó un Plan de respuesta temprana en un escenario de control de la pandemia por COVID-19, en la que se detallan muchas recomendaciones oportunas (5). Pero no se establecieron mecanismos para asegurar y controlar su cumplimiento en todas las Comunidades Autónomas (CCAA). Las medidas de contención y supresión no se aplicaron de manera suficiente y homogénea, permitiendo una segunda ola de contagios, que llegaron hasta más de 20.000 nuevos casos diarios en octubre. El Gobierno de España aprobó un Fondo COVID, con 9.000 millones de euros para sanidad; esa cantidad es más que suficiente para contratar profesionales de atención primaria, salud pública, rastreadores, etc., y desarrollar todas las medidas necesarias; pero no se fijó el destino de esos fondos, con lo que cada CCAA los ha invertido en lo ha considerado conveniente.

 

La revista The Lancet publicó en septiembre un artículo donde se comparan las estrategias de diferentes países en la desescalada (6). La diferencia clave es un sistema eficaz de diagnóstico y aislamiento de casos, y búsqueda, rastreo y aislamiento de contactos, con sistemas de apoyo (alojamiento alternativo, ayuda económica, etc.) y de control (sistemas informáticos, apps, pulseras de localización, etc.), para asegurar el cumplimiento. Todo ello con la coordinación de salud pública y un potente sistema de información y monitorización. Además, es clave la implicación y compromiso de la ciudadanía, facilitadas por una información clara, rigurosa y coherente, que genera confianza. En España, como en la mayoría de países europeos y en EEUU, se optó por una estrategia de contención y “mitigación”, para evitar el colapso hospitalario, frente a la estrategia de “supresión” (COVID cero), que adoptaron países como Corea del Sur, Taiwan, Singapur, Nueva Zelanda, o Vietnam, que obtuvieron mejores resultados (7). En nuestro país se añadió, en esta segunda etapa, la falta de coherencia en las mediadas adoptadas por algunas CCAA, llevando a contradicciones y falta de eficacia en sus decisiones (8). Como consecuencia, en la segunda ola, hasta el 6 de diciembre, se registraron 1.434.360 casos, 5,7 veces más que en la primera ola. El número de personas ingresadas en hospitales fue algo mayor, 103.875. Lo mismo ocurre con el número de personas ingresadas en UCI, que fueron 8.882. En cuanto a la sobremortalidad, en este periodo fallecieron 23.883 personas más que las esperadas para esas mismas semanas en otros años. 

 

¿Podían haberse evitado esas muertes y el sufrimiento de las personas afectadas?  

Seguramente la segunda ola de la pandemia se podría haber evitado, y la tercera ola se debería evitar. El sistema sanitario se va desgastando progresivamente y no se le está reforzando de la forma debida, y los profesionales sanitarios no aguantan mucho más. La ciudadanía también va sufriendo el desgaste y el impacto económico negativo.

Por eso, a mi juicio, el Gobierno de España y los de las CCAA deberían adoptar una estrategia de “supresión”, reduciendo los contagios drásticamente mediante un confinamiento riguroso, durante el tiempo suficiente y, entretanto, asegurar la capacidad para identificar, trazar y cortar las cadenas de transmisión, así como disponer de medidas de apoyo social y económico. Al mismo tiempo se debe completar un sistema de información sólido, así como un mecanismo más eficaz de coordinación para adoptar medidas ejecutivas homogéneas, garantizando también que los mensajes hacia la población sean coherentes y confiables. Hacen falta, además, mecanismos de control y sanción más eficaces, que se deben combinar con la asignación de fondos finalistas para dotar los recursos precisos y lograr dotaciones adecuadas de plantilla de atención primaria, salud pública, rastreadores, UCIs, etc.

 

4.Otro aspecto importante en la respuesta a la pandemia es el de las vacunas y los medicamentos frente a la COVID-19. La Unión Europea (UE), no apoyó la propuesta que planteaban muchas organizaciones de la sociedad civil, ex jefes de estado y premios nobel, pidiendo que las tecnologías frente a la COVID estuvieran libres de patente. La Organización Mundial de la Salud sí impulsó un mecanismo, el C-TAP, para reunir todas las tecnologías, vacunas, medicamentos, equipos, etc., frente a la COVID, pero no tuvo respuesta positiva. En cambio, la UE y los países miembros, apostaron por actuar en el marco de las patentes y realizar compra anticipada de vacunas y compra de medicamentos a precios abusivos (9). Así, la UE compró medio millón de tratamientos de remdesivir, a 2.000 euros por tratamiento, siendo su coste real de fabricación menor de 10 euros. Un producto que, además, según el ensayo clínico multi-céntrico Solidarity de la OMS, no es eficaz frente a la COVID y puede tener efectos secundarios importantes. Por otro lado, la UE ha hecho compra anticipada de 1.500 millones de dosis de vacunas, mientras, debido a los monopolios de las patentes, millones de personas en el mundo no podrán acceder a ellas. El precio lo fijarán las empresas, aunque gran parte de la investigación se haya realizado con fondos públicos. La asignación del orden de distribución entre países también lo harán las empresas, y la cantidad total y ritmo de fabricación estará, asimismo, en sus manos, creando cuellos de botella. En una situación de pandemia esta política farmacéutica es inmoral e ineficaz. Pero también es insegura. El proceso acelerado de aprobación de estas vacunas deja no pocas dudas sobre su efectividad y seguridad. Y no ayuda a calmar la desconfianza el hecho de que las empresas hayan exigido a los gobiernos que, si hay reclamaciones por efectos secundarios, las pagarán los países. Quizá por esta desconfianza más del 40% de la población española dice que no se vacunará inmediatamente frente a la COVID (10). Todavía es momento de rectificar esta política en relación con las vacunas y los medicamentos. En este sentido, una Iniciativa Ciudadana Europea, lanzada el 30 de noviembre, pretende lograr que la UE modifique su política farmacéutica para favorecer el acceso a vacunas y medicamentos seguros, eficaces y a precios justos, para todos, en todo el mundo (11).

 

5.En definitiva, tanto en España como en la Unión Europea, podemos y debemos hacerlo mejor en los próximos meses, adoptando una estrategia de “supresión” de la transmisión del SARS-CoV-2, e impulsando una política de vacunas y medicamentos como bienes públicos y sin monopolios. Merece la pena el cambio de enfoque, no solo para esta pandemia sino para otros problemas sanitarios globales que vendrán.


(*) Artículo publicado en Fundación Quaes, 18/12/2020

 

(1)   Johns Hopkins University. Coronavirus Resource Center.

https://coronavirus.jhu.edu/map.html

(2)   OECD, STAT. Economic Outlook nº108, December 2020

https://stats.oecd.org/Index.aspx?DataSetCode=EO

(3)   Instituto de Salud Carlos III. Centro Nacional de Epidemiología. Informe sobre la situación de COVID-19 en España. Nº32, 21 mayo 2020.

(4)   Instituto de Salud Carlos III. Centro Nacional de Epidemiología. Exceso de  mortalidad por todas las causas. Sistema de Vigilancia de la mortalidad diaria MoMo

https://momo.isciii.es/public/momo/dashboard/momo_dashboard.html

(5)   Ministerio de Sanidad. Plan de respuesta temprana en un escenario de control de la pandemia, 13 julio 2020

https://www.mscbs.gob.es/gabinetePrensa/notaPrensa/pdf/13.07130720131534059.pdf

(6)   Han E et al. Lessons learnt form easing COVID-19 restrictions: an analysis of  countries and regions in Asia Pacific and Europe. The Lancet, 7 Nov 2020

https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(20)32007-9/fulltext

(7)   Llupià A et al. ¿Qué es una estrategia de COVID Cero y cómo puede ayudar a minimizar el impacto de la pandemia? ISGlobal 27 Nov 2020

https://www.isglobal.org/-/-que-es-una-estrategia-de-covid-cero-y-como-puede-ayudarnos-a-minimizar-el-impacto-de-la-pandemia-

(8)   Observatorio Actuar Covid. Quinto Informe, 24-30 Nov 2020

https://actuarcovid.com/2020/11/10/observar-para-actuar-observatorio-covid-2/

(9)   Lamata F. Vacunas para todos o ¿sálvese quien pueda?. Blogspot.com 8 Ago 2020

https://fernandolamata.blogspot.com/2020/08/vacuna-para-todos-o-salvese-quien-pueda.html

(10)                 Centro de Investigaciones Sociológicas. Barómetro de Octubre 2020. Estudio 3296. http://datos.cis.es/pdf/Es3296marMT_A.pdf

(11)                 Iniciativa Ciudadana Europea Rigth2Cure

            https://noprofitonpandemic.eu/es/

martes, 1 de diciembre de 2020

Talleres EAPN: La sanidad en la lucha contra la pobreza y la desigualdad

(Texto comentado en el Taller “Reconstruyendo” de la EAPN-ES, Red Europea de la Lucha contra la Pobreza).

 

POBREZA, DESIGUALDADES Y SALUD.

 

“Más le temo a la pobreza que al bacilo de Koch”, decía el médico alemán Rudolf Virchow cuando la tuberculosis azotaba a Europa a finales del siglo XIX. Desde bien antiguo se sabe que la pobreza es cuna de enfermedades, y que la enfermedad es cuna de pobreza. Una persona pobre no come bien, no tiene defensas. Esa persona vive en ambiente menos saludable, hacinado a veces, y su trabajo suele ser más precario y penoso, con más riesgo, y contrae enfermedades, infecciones... A su vez, una persona enferma pierde la capacidad de estudiar o trabajar, se pierden o disminuyen los ingresos familiares, se ven desahuciados de sus viviendas… se empobrecen.

 

LA REVOLUCIÓN DE LOS POBRES Y LA SALUD.

 

A finales del siglo XIX y primera mitad del Siglo XX se produjo la revolución de los pobres en la Salud.

 

En España desde 1900 hasta hoy. Se pasó de 37 años de EVN en 1900 a 83,5 años en 2020. Más del doble. Fijémonos: En toda la historia de la humanidad hasta 1900, la EVN no llegaba a los 40 años. En un solo siglo, 40 años más de EVN. ¿Cómo fue posible?

 

Mejoras en las condiciones laborales, reducción de jornadas (12 h, sábados y domingos, sin vacaciones, a 8 horas, domingos libres y a veces los sábados, vacaciones pagadas), mejoras en los salarios (algo más que el mantenimiento y reproducción de la fuerza del trabajo), incluyendo el “retiro obrero”, la baja laboral, el seguro de desempleo, que mantenía los ingresos familiares, lo que permitió mejoras en la alimentación y en las viviendas y la posibilidad de que los niños y las niñas estudiaran. Los determinantes intermedios de la salud. Y, además, la implantación progresiva, a lo largo del siglo XX, de la atención sanitaria pública, el seguro de salud (vacunaciones, antibióticos, atención primaria, cirugía, etc.).

 

¿Pero por qué se desarrollaron estas políticas públicas y cómo pudieron financiarse? Porque hubo un cambio de equilibrio en los determinantes estructurales de la salud, el marco socio-económico. Una reforma fiscal en los países europeos y en EEUU. De recaudar un 10% del PIB, para defensa, justicia y policía, a recaudar el 40 o 50% del PIB, para pagar la seguridad social, la educación pública y la sanidad pública. El tipo marginal de las rentas más altas llegó al 80 y 90%. 

 

Estos cambios fueron posibles por cambios sociológicos, por el sufrimiento brutal de las guerras, y también por las luchas del movimiento obrero, por el papel de las organizaciones de trabajadores, por la amenaza de la revolución. La lucha de clases del Siglo XIX y principios del XX la ganaron los pobres, los trabajadores. Y su fruto fue el Estado del Bienestar y la Democracia.

 

 

LA REVOLUCIÓN DE LOS RICOS Y LA SALUD.

 

Pero ninguna conquista social es irreversible. En los años 80 del pasado siglo se formó un movimiento neo-liberal capitaneado por las grandes fortunas. Fueron ganando el discurso. Cambiando leyes fiscales. Cambiando regulaciones financieras. Cambiaron el equilibrio de los “determinantes estructurales de la salud” a su favor. Hasta que en 2008 explotó la burbuja financiera de EEUU iniciando una crisis económica que arrasó el planeta. Las hipotecas basura y los productos financieros tóxicos permitieron ganar enormes sumas de dinero a los ejecutivos de los bancos y los fondos de inversión y arruinaron a millones de familias. Es la nueva economía financiera global. Una lucha de clases que habían empezado los ricos a finales de los años 80, y que estaban ganando (como afirmaba Warren Buffet en 2004) y se tradujo en empleo precario, bajos salarios, reducción de servicios públicos y “sálvese quien pueda”. Entonces, en lugar de reformar el sector financiero y controlar los movimientos de capitales, fortaleciendo el sistema fiscal internacional y eliminando los paraísos fiscales, lo que vimos es el refuerzo de los culpables de la catástrofe. Los gobiernos decidieron rescatar a los bancos con el dinero de los contribuyentes, y, al mismo tiempo, acordaron no aumentar la deuda pública. ¿Solución?: recortar el gasto social. Frente a la ofensiva de los ricos, los sindicatos y los partidos que defendían políticas sociales no tuvieron capacidad de reaccionar. El Estado de Bienestar se debilitó y también la democracia, por efecto del poder de los lobbies sobre los gobiernos.

 

Así, entre 2009 y 2018 los recursos dedicados a la Sanidad Pública, ajustado por edad en euros constantes, se redujo en un 20% anual, en euros constantes ajustados por población. En salud mental, la reducción fue todavía mayor. Lo mismo en equipamiento e instalaciones (-60%) y en salud pública y prevención (-50%). Los gastos en personal se redujeron y congelaron. Precariedad laboral. Desmotivación. Abandono de la sanidad pública por los jóvenes profesionales. En definitiva, deterioro del Sistema público de salud.

 

EL IMPACTO DE LA PANDEMIA DE LA COVID-19 EN 2020.

 

En ese contexto de deterioro del SNS, al que se sumaban algunos defectos estructurales que necesitaban una profunda Reforma, llegó la pandemia.

 

La COVID-19 ha afectado a la Salud de todos, pero más a los pobres, a los trabajadores temporeros que viven hacinados, a los barrios más humildes con viviendas más pequeñas, peor ventiladas, donde no se puede aislar a una persona enferma, a los trabajadores de residencias, con bajos salarios y contratos precarios, que no se pueden permitir hacerse los tests porque si dan positivo pierden su trabajo… La pobreza genera enfermedad y la enfermedad genera pobreza.

 

La sobremortalidad por covid de personas en residencias de mayores y en sus casas, por falta de atención adecuada a otros problemas de salud, afecta más a los más pobres y pone en evidencia la necesidad de reforzar el sistema sanitario de forma urgente.

 

En el documento base de EAPN para este evento, se muestra también el impacto de la COVID en el SNS: más listas de espera en atención primaria y hospitales para problemas de salud no-covid.Desbordamiento de los servicios. Agotamiento de los profesionales. Dificultades de acceso por vía telefónica o internet para muchos pacientes.

Además, la gestión de la pandemia ha mostrado desigualdades entre CCAA, descoordinación, falta de sistema de información homogénea y actualizada (contaje de personas ingresadas en UCI, fallecidos, etc.), contradicciones en los mensajes de salud pública (confinamientos, test de antígeno, etc.), perdiendo credibilidad las autoridades sanitarias y eficacia el SNS. Aunque el Gobierno de España aprobó un Fondo Covid extraordinario con 16.000 M €, de los cuales 9.000 M € para sanidad, no está claro en qué se ha gastado y cuáles han sido las prioridades de cada CCAA. 

La Pandemia era una oportunidad para el cambio. ¿La aprovecharemos?

 

PROBLEMAS DE DESIGUALDADES Y SALUD

 

A día de hoy, todavía queda mucho por hacer. Tenemos que frenar y revertir el retroceso en desigualdades sociales y salud. La diferencia de EVN entre ricos y pobres en España es de 6 años. Y esa diferencia en el mundo es de 30 años. No es justo.

 

La equidad en salud requiere actuar sobre los determinantes económicos y los determinantes intermedios. Yo me referiré a los aspectos relacionados más directamente con los Servicios de Salud y la igualdad. Se necesita un SNS fuerte y bien orientado.

 

DEBILITAMIENTO DEL SNS

 

1.No reconocimiento del Derecho a la salud como Derecho fundamental. Barrera burocrática para personas inmigrantes (empadronamiento, etc., en coordinación con organizaciones del tercer sector). Diferente aseguramiento: Muface, Isfas, Mugeju; desgravación seguros empresa.

 

2.Falta de RecursosPrivatización de la financiación. Debilidad del Sistema. Descapitalización. Sistema fiscal ineficiente e injusto y deuda pública injusta: 80.000 + 100.000 M. Polémica de Ayuso (dumping fiscal, presumir de bajar impuestos). Copagos: 1,5 millones no pueden comprar. Distribución no equitativa entre CCAA. Financiación del 30% a cargo del bolsillo de pacientes. Falta de personal, desmotivación, inseguridad. Según el informe EAPN un 5% de la población de menor renta tuvo dificultades de acceso a la atención sanitaria por problemas económicos, frente a un 1,3% de las personas de renta más alta.

 

3.Falta de Coordinación. Se ha visto en la pandemia. No hay Sistema de Información (informe anual sobre desigualdades en salud). No hay mecanismo federal de toma de decisiones ejecutivas. Dificultades para recibir servicios entre CCAA.

 

4.Privatización de la gestión. Concesiones, externalizaciones. … Muface, Mutuas…

 

5.Exceso de gasto farmacéutico. Colonización de la industria sobre el SNS. Una especie de cáncer, que va ocupando espacio y desplazando recursos, líderes de opinión, docencia… con sesgos ligados al ánimo de lucro. 9.000 M€ de más. 

 

PÉRDIDA DE ORIENTACIÓN DE LA LGS: PREVENCIÓN, PROMOCIÓN DE SALUD, EQUIDAD

 

6.Falta de prioridad en Salud PúblicaDebilitamiento en Atención PrimariaRetrocesos en Salud Mental.

 

7.Falta de coordinación con Servicios Sociales. Inadecuada aplicación de la Ley de promoción de autonomía personal y atención a personas en situación de dependencia.

 

8.Retroceso en equidad. Prestaciones no cubiertas: Bucodental, prótesis, ayudas a la visión, medicamentos… Prestaciones distintas en CCAA. Listas de espera crecientes, en atención hospitalaria y también en primaria. No hay Estrategias nacionales financiadas que respondan a desigualdades en salud. Falta de investigación en desigualdades en salud. Comisión sobre desigualdades en salud en el CISNS.

 

9.Insuficientes cauces de participación social.

 

 

RECOMENDACIONES Y PROPUESTAS, POSIBLES SOLUCIONES.

 

Para luchar contra la pobreza se debe impulsar la salud en todas las políticas, actuando sobre los determinantes estructurales (condiciones socioeconómicas globales), y los determinantes intermedios (ingresos, alimentación, vivienda, educación, servicios sanitarios…). En otros talleres se han tratado los demás temas. Aquí analizaremos cómo mejorar la igualdad y reducir la pobreza fortaleciendo una buena sanidad pública.

 

FORTALECER LA SANIDAD PÚBLICA. SIN ELLA NO HAY IGUALDAD EN SALUD.

 

1.Reconocimiento del derecho. Personas que viven en España. Tema de migrantes. Reconocimiento del derecho en la Constitución, como derecho fundamental.

Ley de Sanidad donde se reconozca el derecho a la atención sanitaria a todas las personas que vivan en España. Simplificación burocrática para personas inmigrantes (empadronamiento, etc., en coordinación con organizaciones del tercer sector). Integrar progresivamente la atención sanitaria de Muface, Isfas, Mugeju.

 

2.Recursos públicos suficientes

-Falta un 29% de presupuesto: 22.596 M€ anuales más. Gasto sanitario público actual: 77.404 M€ (2018); presupuesto necesario: 100.000 M€ (8,5% de PIB, media de la UE).

-Distribución equitativa entre CCAA (modelo de financiación / Constitución).

-Quitar copagos

-Reequilibrar público / privado, 80-20. 

-Con impuestos justos y progresivos (pedagogía potente, legislación, inspección…). 80.000 M€; fraude fiscal; deuda injusta (100.000 M€ anuales, renegociar). 

-Apoyo a los profesionales sanitarios. Estabilidad, número suficiente, motivación, …

 

3.Reforzar la Coordinación del SNS. CISNS carácter ejecutivo. Sistema de Información único potente. Misma TSI, misma Historia Clínica…

 

4.Revertir proceso de Privatizaciones de gestión con financiación pública. Concesiones, externalizacioines. … Muface, Mutuas…

 

5.Tapar el agujero del gasto farmacéutico. Nueva política farmacéutica. Reducción del gasto farmacéutico en un 50%. Des-colonización de la industria sobre el SNS.

 

REENFOCAR LA SANIDAD PÚBLICA

 

6.Prioridad en Salud Pública. Promoción de salud y autonomía. Prevención. Presupuesto x 10. Aplicación y desarrollo de la Ley General de Salud Pública 33/2011.

Fortalecer Atención Primaria. Presupuesto x 30%. Estrategia de AP 21 y el Marco estratégico para Atención Primaria y Comunitaria 2019.

Nuevo impulso en Salud Mental. Presupuesto x 2. Nueva Estrategia con presupuesto específico.

 

7.Asegurar la coordinación con Servicios Sociales. Adecuada aplicación de la Ley de promoción de autonomía personal y atención a personas en situación de dependencia.

 

8.Orientación hacia la equidad en salud.

-Informe anual sobe desigualdades en salud, considerando los ejes de clase social, género, edad, etnia, discapacidad, etc. 

-Estrategias nacionales financiadas que respondan a desigualdades en salud, definidas y supervisadas por una Comisión sobre desigualdades en salud en el CISNS. Atender a personas en situaciones más vulnerables, niños, personas migrantes, etnia gitana, personas sin empleo, personas con discapacidad, personas privadas de libertad, etc.   

- Programa de investigación en desigualdades en salud.

- Completar prestaciones no cubiertas. Bucodental, prótesis, ayudas a la visión, medicamentos, etc. Todos los servicios y productos sanitarios necesarios para mantener o recuperar la salud y evitar el sufrimiento. 

- Unificar carteras de servicios de CCAA, garantizar calidad alta en todas ellas. 

- Mejorar el acceso de forma homogénea. Reducir drásticamente tiempos de espera. Ley de garantías.

 

12.Participación social efectiva… Cuidado con la participación patrocinada: asociaciones de pacientes, sociedades científicas y otros grupos que participan en los planes de salud, en comisiones asesoras, pero actúan sabiéndolo o sin saber, como agentes comerciales…

 

 

EL PAPEL DEL TERCER SECTOR 

 

Las elecciones parlamentarias son importantes, y un gobierno progresista es importante, pero no basta. El gobierno recibe presiones de lobbies. La sociedad tiene que presionar también en la otra dirección.

 

Por ejemplo, en el tema de vacunas y medicamentos para la COVID, el lobby farmacéutico presiona para mantener los monopolios (patentes y otras exclusividades) que les permiten poner precios abusivos. En el caso del Remdesivir, autorizado para la COVID, vemos que cuesta 10 euros su fabricación, pero pagamos un precio de 2.000 euros y además, según la OMS, no vale para mejorar la enfermedad.

Hemos de apoyar movilizaciones sociales, como la Iniciativa Ciudadana Europea "Rigth2Cure", que comienza hoy, para que los medicamentos y vacunas frente a la COVID no tengan patente y sean accesibles a todos, en todo el mundo, en cantidad suficiente y a precios de coste.

 

En el siglo XIX y XX fueron las organizaciones de trabajadores. Hoy no lo están logrando, aunque su papel sigue siendo clave. Es preciso sumar otras fuerzas. Tiene que haber otros movimientos ciudadanos capaces de galvanizar las aspiraciones sociales y luchar por los derechos humanos. Sin una movilización social potente la sanidad pública no se mantendrá, aumentando la pobreza y las desigualdades sociales. Generar conciencia. Generar organización. Luchar. Ámbitos local, autonómico, nacional, europeo, mundial.

 

Cambios en determinantes estructurales. Cambio en el sistema económico, en la atribución de rentas primarias (salarios / capital), en la política fiscal. Cambios en política internacional, cooperación. Cambios en política nacional: equidad, co-gobernanza, estado federal… Solidaridad mundial.

 

Hace un tiempo escribí:

 

…Cuando la cosa se ponga fea, baja el ritmo, aguanta un poco, porque hasta la peor de las rachas tiene un final. No tires la toalla, porque aunque muchas cosas no te gusten, no puedes parar el mundo para bajarte, pero sí puedes luchar día a día para cambiarlo…