sábado, 30 de noviembre de 2019

La reducción de los gastos en personal en el SNS coincide con el aumento del gasto farmacéutico y se traduce en aumento de la Lista de Espera

Entre junio de 2009 y junio de 2019 la Lista de Espera (LE) para ser atendido en el Sistema Nacional de Salud  (SNS) ha aumentado de forma importante. Para intervenciones quirúrgicas se ha pasado de un Tiempo Medio de Espera de 63 días a 115 días. Si en 2019 estaban en lista de espera quirúrgica 9,42 de cada 1.000 personas, ahora están esperando 14,85 /1000. Al mismo tiempo las personas que están esperando más de 6 meses para ser operados han pasado de un 4,99% del total a 15,8% del total.

Este aumento del tiempo que los pacientes deben esperar les provoca sufrimiento, pérdida de autonomía y, en algunos casos, un deterioro de la salud con consecuencias muy negativas.

La razón principal de este aumento de la LE es el desajuste entre la oferta y la demanda. Los recortes de gasto sanitario producidos en 2009 no se han recuperado. El gasto en Personal, en moneda constante, en los centros de atención especializada del SNS pasó de 24.830 millones de euros en 2010 a 22.793 millones de euros en 2017. Esto supone 2.037 millones de euros menos, un 8,2%, equivalente a los salarios de muchos profesionales sanitarios.

Sin embargo, en el mismo periodo, el gasto farmacéutico en hospitales del SNS pasó de 4.836 millones de euros a 6.376 millones, 1.540 millones más, un 31,84% más. Este aumento se debe, fundamentalmente, a los precios excesivos e injustificados de los nuevos medicamentos. Al haberse recortado el gasto sanitario público, el aumento injustificado de gasto farmacéutico resta de otras partidas, como personal, y está deteriorando la capacidad de respuesta del SNS, uno de cuyos efectos son las Listas de Espera.

Evolución de las Listas de Espera en el SNS 2009-2019

Junio 2009
Junio 2019
% variación
Tiempo Medio Espera, días
63
115
+79%
% personas que esperan + 60 días
4,99%
15,8%

Personas en Lista de Espera / 1000 h 
9,42
14,85

Fuente: Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Sistema de Información sobre Listas de Espera en el SNS.

Evolución de los Gastos de Personal y de Farmacia en Hospitales públicos del SNS. 2010-2017

2010
2017
Difer. Absol.
Difer. %
Gasto de Personal
24.830
22.793
-2.037
-8,2
Compras de Farmacia
   4.836
   6.376
+1.540
+31,84
Fuente: Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Sistema de Información de Atención Especializada. Información Estadística de Hospitales. Estadística de Centros de Atención Especializada. Millones de euros en moneda constante.

miércoles, 27 de noviembre de 2019

El presidente de los médicos de familia ingleses considera que los médicos sobre-prescriben estatinas y otros medicamentos porque están bajo presión

El doctor Martin Marshal, presidente del Royal College of General Practitioners considera que los médicos hacen sobre-diagnóstico y sobre-tratamiento (tests y medicamentos). https://amp.theguardian.com/society/2019/nov/26/rcgp-chair-martin-marshall-gps-do-less-patients-nhs-under-pressure?__twitter_impression=true

Por ejemplo, señala que se sobre-utilizan las estatinas y los antibióticos para situaciones que podían tratarse de otra forma o que no necesitan intervención farmacológica o médica.

La razón, en parte, es la falta de tiempo, la falta de condiciones para hacer un buen trabajo.

Es importante, según Marshal, reducir o eliminar el uso de tratamientos donde la evidencia sugiere que no funcionan, o no funcionan suficientemente bien para justificar el uso de recursos costosos, o pueden tener efectos adversos más perjudiciales para el paciente.

“Un Médico de Familia necesitaría 10 a 15 minutos para explicarle a un paciente que no necesita estatinas, pero como no tienen tiempo y están bajo presión, algunos médicos deciden el camino más fácil de prescribir el medicamento”.

Es un círculo vicioso. También en España vemos como se han disminuido los recursos para profesionales de Atención Primaria y ha aumentado el gasto farmacéutico. Y al aumentar el gasto farmacéutico se reducen los recursos disponibles para contratar personal y ofrecer unas condiciones de trabajo estables y dignas. Es necesario romper ese círculo.

¿Por qué la Iniciativa Legislativa Popular "Medicamentos a un precio Justo"?

Varias Organizaciones de la Sociedad Civil hemos planteado una iniciativa legislativa popular con la intención de cambiar la Ley del Medicamento y facilitar al gobierno herramientas para poder frenar la escalada de precios de las medicinas.

La razón es que si no cortamos la hemorragia de los altísimos precios de los nuevos medicamentos la sanidad pública se va a desangrar (y nosotros con ella). Analicemos la situación con detalle.

1.- Los precios de los nuevos medicamentos están aumentando de forma descontrolada desde hace años

EL PROBLEMA

.- Los precios de los nuevos medicamentos son una verdadera hemorragia para el Sistema Nacional de Salud. Los últimos tratamientos aprobados en 2019 tienen un precio de más de 300.000 euros por paciente. Ahora se anuncia para el año que viene un medicamento con un precio de 2 millones de euros. El gasto en medicamentos hospitalarios ha aumentado un 31% entre 2014 y 2018 y sigue subiendo. Si continúa esta escalada de precios de medicamentos contra el cáncer, las enfermedades neuromusculares, las enfermedades reumáticas, las enfermedades cardíacas y otras, no vamos a poder pagarlas.

.- Estos precios no tendrían que ser tan caros. El coste de fabricación es mucho menor. Y el coste de investigación no tiene nada que ver con los precios. Los precios son especulativos, lo máximo que la empresa pueda cobrar: 10, 100 y en ocasiones 1.000 veces más caro que los costes de fabricación e investigación. Por ejemplo, el coste de fabricación de los nuevos medicamentos para la Hepatitis C es de 100 euros por tratamiento. El coste de investigación, repartido entre todos los tratamientos que se van a vender en 20 años sería de 200 euros por tratamiento. En total 300 euros por tratamiento. En España hemos pagado una media de 19.000 euros por tratamiento. Como hemos tratado a más de 130.000 pacientes deberíamos haber pagado 39 millones de euros y hemos pagado 2.500 millones. Es injusto. Es abusivo. Y así ocurre con el resto de los nuevos medicamentos. ¿Pagaríamos 19.000 euros por un teléfono móvil que cuesta 300?

.- Las empresas farmacéuticas, con estos precios abusivos, tienen enormes ganancias: más de un 40% sobre ventas, frente a un 5% sobre ventas de las otras empresas industriales. Y eso incluye los gastos de investigación y todos los gastos. Ese exceso de beneficio se dedica en buena parte a marketing, a propaganda, y a presión sobre políticos, médicos y opinión pública. Con esa presión consiguen mantener el actual sistema de fijación de precios. Y consiguen también que los médicos prescriban más medicamentos y más caros. También destinan parte de las ganancias a recomprar acciones y aumentar la remuneración millonaria de los altos ejecutivos.

.-La industria farmacéutica invierte un 16% en investigación pero gasta más de un 23% en marketing. Ese gasto en publicidad y lobby, más de 35.000 millones de euros en la UE es innecesario y sale de unos beneficios injustos que pagamos los pacientes y los sistemas de salud. Gran parte de la investigación innovadora (el 75%) se hace en centros de investigación públicos, con financiación pública. Muchas veces las empresas compran los resultados de investigación de los equipos públicos a precio de coste y luego ponen precios abusivos a los medicamentos desarrollados.

.-Los altos precios hacen que a veces los sistemas de salud no puedan pagar y retrasen la aprobación de los nuevos tratamientos. O establezcan un racionamiento (solo para los más graves). Los altos precios de los nuevos medicamentos hacen que las compañías retiren los medicamentos más baratos, que son igual de eficaces en muchos casos: se producen desabastecimientos y se fuerza a recetar los más caros. 

.-La presión sobre los médicos, con las ganancias excesivas por los altos precios, hace que a veces se recete de forma innecesaria, provocando efectos adversos innecesarios. En la Unión Europea mueren más de 100.000 personas al año por efectos adversos evitables de los medicamentos.

.-El precio excesivo de los nuevos medicamentos hace que los gobiernos pongan copagos a los pensionistas y quiten la financiación pública a muchos medicamentos útiles, para que en vez de pagar el sistema de salud se lo pague cada uno. Por este motivo más de 1.400.000 personas no pudieron comprar las medicinas que les habían recetado en la sanidad pública en 2018. Y esto no es en un país pobre. Es en España.

.-El exceso de gasto en medicamentos, por precios injustos y prescripción innecesaria, se resta al gasto en personal, en equipos médicos, en instalaciones, en servicios sociales, en dependencia, en prevención de la enfermedad, en promoción de la salud y la autonomía personal. De esta forma se deteriora la calidad de la atención sanitaria y de la los servicios sociales públicos y aumentan las listas de espera, provocando sufrimiento innecesario y muertes evitables.

.-Si se mantiene esta situación en los próximos años la sanidad pública va a quebrar o a sufrir un deterioro muy grave, con lo que cada uno, si puede, tendrá que pagarse la sanidad privada, incluyendo los medicamentos.

LA CAUSA: el monopolio de las patentes y otras “exclusividades”

.-La causa de los altos precios de los nuevos medicamentos es monopolio de las patentes y otras exclusividades, que permite a las empresas imponer su precio. Las patentes de medicamentos estuvieron prohibidas mucho tiempo para evitar que se produjera este problema. Pero en 1992 se empezaron a aplicar en España y en 1994 se generalizaron en todo el mundo, por la presión de la industria farmacéutica. A partir de entonces las empresas tienen un monopolio durante 20 años y pueden subir los precios de forma exagerada. 

.-Los gobiernos no han podido controlar el aumento de los precios. El monopolio se concedía para que con esos sobreprecios la empresa pudiera pagar los costes de investigación durante 20 años. Pero las empresas recuperan esos costes mucho antes (en uno, dos o tres años), debido a los altísimos precios, y luego todo son ganancias.

LA SOLUCIÓN: poner un precio justo a los medicamentos.

.-A medio y largo plazo es preciso alcanzar un nuevo acuerdo internacional sobre acceso justo a los medicamentos en el marco de la UE y de Naciones Unidas. Este marco debería volver a prohibir la utilización de patentes en medicamentos, quitando el monopolio que permite el abuso de la industria. La financiación de la Investigación tiene que hacerse con fondos públicos y de entidades sin ánimo de lucro, a través de un Fondo Global, con fijación de prioridades en función de necesidades de salud, y con investigación abierta y colaborativa. Las empresas deben fabricar a precio de coste, con un beneficio industrial razonable, en torno al 5%. 

.-Entre tanto es importante aumentar la capacidad de negociación de las Administraciones Públicas y de los Servicios de Salud para negociar y fijar precios justos con la máxima transparencia posible. Para ello hemos propuesto la Iniciativa Legislativa Popular “medicamentos a un precio justo”.


2.-Existen importantes conflictos de intereses en medicina que pueden influir en los altos precios y en la prescripción inapropiada.

EL PROBLEMA

En 2017, la industria farmacéutica gastó en España 182,5 millones de euros en pagos a profesionales sanitarios en pagos directos e indirectos, que incluyen honorarios y abonos por viajes, cuotas de inscripción a congresos y jornadas. Además, 18 profesionales sanitarios recibieron más de 50.000 euros de un único laboratorio. Sumado a lo que recibieron de otras empresas farmacéuticas, el total percibido ascendió a 1,6 millones de euros, de los que más de 1 millón de euros correspondió a honorarios. Durante ese mismo período de tiempo, la industria farmacéutica abonó 130,5 millones de euros a las sociedades científicas y médicas. En 2016, por su parte, los laboratorios gastaron casi 6 millones de euros en patrocinios, donaciones o servicios a diferentes asociaciones de pacientes del territorio español. 

La publicación de los pagos, que la industria describe con el eufemismo de "transferencias de valor", está regulada por las propias farmacéuticas. Y ello porque no existe ninguna norma que desarrolle la regulación de estos vínculos económicos por parte de las administraciones públicas. Pese a que la publicidad sobre las transferencias destinadas a viajes y congresos ya fue incluida en el artículo 78 del Real Decreto Legislativo 1/2015, de 24 de julio, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, no se ha realizado un reglamento que regule estos pagos, tal y como prevé la ley. 

Por este motivo, es la propia industria farmacéutica la que establece cómo se lleva a cabo la publicación de los pagos que ella misma realiza. La Federación Europea de las Asociaciones e Industria Farmacéutica (EFPIA, en inglés) aprobó un código en 2013 para dar a conocer las transferencias, que fue adoptado por Farmaindustria, la patronal española. En nuestro país, los pagos se publican desde el año 2016 y, desde 2018, se comenzaron a difundir los datos personales de todos los profesionales sanitarios que reciben transferencias de los laboratorios. 

De este modo, cada compañía farmacéutica publica de forma individual los pagos que realiza a organizaciones y profesionales sanitarios. Sin embargo, los laboratorios deciden cómo se realiza esta difusión y su publicación en los formatos actuales no ayuda a comprender en qué contexto se realizan las transferencias ni promueve la transparencia. Ello se debe a la falta de regulación por parte de la administración pública, al contrario de lo que sucede en otros países, como Francia, Bélgica y Estados Unidos. Allí sí existen normas que establecen cómo ha de llevarse a cabo la publicación de estos vínculos económicos. 

LA SOLUCIÓN

Que las transferencias relacionadas con la fabricación, elaboración, distribución, prescripción y dispensación de medicamentos y productos sanitarios, que engloben tanto pagos directos, en forma de honorarios, ofertas de premios y becas, como indirectos, en forma de contribuciones y subvenciones que supongan el abono de viajes, desplazamientos y cuotas de inscripción a reuniones, congresos, viajes de estudio y actos similares, se publiquen en la forma en la que se determine reglamentariamente. Además, se deberá difundir las fuentes de financiación en los artículos científicos, programas, publicaciones de trabajos y ponencias de reuniones, congresos y actos similares. 


3.-Hay opacidad en las razones para aprobar un medicamento y fijar su precio, así como en los precios reales que se pagan en la compra pública.

EL PROBLEMA

En la actualidad, la compra de productos farmacéuticos está regulada por la Ley de Contratos del Sector Público, es decir, no cuenta con una normativa específica que determine de forma específica cómo se realizan estos procedimientos. En otras palabras, la adquisición de productos farmacéuticos se rige por la misma legislación que regula cualquier contrato de suministros. Sin embargo, y pese a que existe la obligación de difundir los precios unitarios a los que se adquieren los fármacos, lo normal es que se oculte el precio real que se paga por los medicamentos. ¿El motivo? Los acuerdos de confidencialidad con las compañías farmacéuticas, que impiden que las administraciones públicas difundan los precios negociados con los laboratorios.

Otro problema importante es la opacidad existente en las negociaciones entre las administraciones públicas y la industria farmacéutica. En ese sentido, el Ministerio de Sanidad publica en la actualidad los precios máximos que está dispuesto a abonar por la compra de cada medicamento, un resumen de las sesiones donde se delibera acerca de estos precios y la composición del ente que regula estas cifras, la Comisión Interministerial de Precios de Medicamentos. Sin embargo, existe mucha opacidad sobre qué precios reales pagan los laboratorios, los documentos y los acuerdos que se alcanzan en dichas reuniones o los conflictos de intereses sobre los participantes.

LA SOLUCIÓN

En primer lugar, que el Ministerio publique una fuente pública de información, de la forma en la que se determine reglamentariamente, donde se den a conocer los datos sobre la adquisición de medicamentos por parte de las diferentes Administraciones públicas. Esta base de datos debe publicarse en formato abierto y reutilizable e incluirá de forma específica los precios unitarios por los que se han licitado y adjudicado los medicamentos, además de los datos relativos a su identificación, como código nacional, principio activo, forma farmacéutica y empresa farmacéutica, junto con la información adicional que se determine reglamentariamente.

En segundo lugar, que se dé a conocer la información exhaustiva acerca de las negociaciones y los acuerdos establecidos en la Comisión Interministerial de Precios de Medicamentos. Así, se deberá publicar el orden del día de las reuniones, las actas completas de las sesiones, el listado de asistentes y la relación completa de conflictos de intereses, los documentos aportados de cada producto farmacéutico para el debate y la decisión de financiación o no financiación del mismo, el debate sobre la fijación de precio y la relación de este precio con los costes reales (auditados) de fabricación y de investigación, así como los resultados de las votaciones sobre la decisión de financiar o no cada medicamento, y sobre el precio.


LA ILP PROPONE CAMBIAR LA LEY DEL MEDICAMENTO PARA LOGRAR

            1.Que los precios se fijen en relación con el coste de fabricación y los costes de investigación debidamente auditados.

            2.Que la negociación sea transparente. Las empresas deberán facilitar toda la información sobre estos costes al gobierno y el gobierno deberá publicar esta información, así como la deliberación seguida para fijar el precio. La información es poder. Y la transparencia en asuntos tan importantes es un derecho de ciudadanía. 

            3.Que se publiquen los pagos realizados a profesionales sanitarios, tanto directos como indirectos, para prevenir y evitar conflictos de interés.

            3.Que se cree un fondo para financiar investigación y formación independiente, para que ni los médicos ni las asociaciones de pacientes tengan que ser patrocinados “por las empresas” (con el dinero que les damos los pacientes y los sistemas de salud a través de los sobreprecios). Este fondo se financiará con el dinero ahorrado al fijar precios más justos, y con aportaciones por volumen de ventas de medicamentos al Sistema Nacional de Salud. 


EN DEFINITIVA

.-La ILP pretende lograr un debate social importante, que permita movilizar un apoyo a las medidas que los gobiernos adopten para fijar precios justos. Solo de esta manera podremos mantener y mejorar una sanidad pública de calidad y para todos.

.-Para que se discuta la ILP en el Congreso de los Diputados es preciso reunir 500.000 firmas entre ahora y finales de junio de 2020.

.-Gracias a la ILP se podrían destinar 1.500 millones de euros anuales al fondo de investigación y formación independiente. En el medio y largo plazo, el ahorro en el gasto excesivo en medicamentos alcanzaría los 8.000 millones de euros anuales respecto al gasto actual.

Los precios abusivos de los medicamentos se explican por la “necesidad” de aumentar las ganancias, no por los costes de la Investigación ni de fabricación.

La revista Neurology publica un interesante estudio de la Oregon Health & Science University (OSHU), titulado “Estudio cualitativo sobre el precio de los medicamentos para la Esclerosis Múltiple”. El estudio está realizado por Daniel Hartung, L Alley, K Johnston y Dennis Bourdette (1).

Se realizaron entrevistas estructuradas a cuatro ejecutivos de la industria farmacéutica responsables de la fijación de precios de nuevos medicamentos para la Esclerosis Múltiple. Preguntados por cuáles eran las razones del crecimiento de los precios, comprobaron, en palabras de Dennis Bourdette, director del Centro para Esclerosis Múltiple de la OSHU y coautor del artículo, que “lo que está provocando el aumento de los precios de los medicamentos es la carrera para ganar más dinero y nada más”.

Uno de los ejecutivos explica: “Yo diría que la razón para los precios altos es puramente maximizar las ganancias” y procurar el crecimiento de la empresa que nos reclaman los accionistas. Los costes de fabricación y de investigación no tienen una influencia significativa en los precios.

Según estos ejecutivos, los altos precios iniciales se fijan teniendo en cuenta los altos precios que ya se están pagando por otros medicamentos. Señalan que si ponen un precio menor parecería que su medicamento es de inferior calidad. 

De esta forma se consolida la escalada imparable de precios, basándose en precios existentes que ya eran abusivos e injustificados y cuya única justificación era también maximizar las ganancias.

Como señala Erik Robinson, al comentar este artículo en la página web de OSHU: lo que impulsa el crecimiento de los precios de los medicamentos para la Esclerosis Múltiple es aumento de los beneficios (2).

Ya era algo conocido, pero es conveniente que los profesionales sanitarios y la sociedad sean conscientes de ello para animar a los gobiernos a cambiar esta dinámica.

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lunes, 11 de noviembre de 2019

El PSOE ha ganado las elecciones. Ahora debe buscar los acuerdos para el mejor gobierno del país.

Después de que las fuerzas políticas no fueran capaces de formar gobierno con los resultados de las elecciones de abril, pareciera mucho más difícil que ahora se logre alcanzar un acuerdo. Sin embargo, la ciudadanía ha votado nuevamente expresando su voluntad. 24.365.850 personas han votado a diferentes partidos, sin otorgar mayorías claras, mostrando la diversidad de opiniones y visiones de la realidad que existe en nuestro país. Al mismo tiempo, 10.506.203 personas que podían votar se han abstenido. 2,1 millones más que en abril. Estos son los resultados que debemos gestionar.

En un análisis simple vemos que el PSOE ha perdido 728.000 votos que han ido sobretodo a esa abstención. Ciudadanos ha perdido 2,5 millones de votos de los que un millón y medio han ido a PP (662.000) y Vox (962.000) y otro millón a la abstención. Y Unidas Podemos ha perdido 636.000 votos que han ido, sobretodo a Más País (554.000) y a la abstención.

Podíamos pensar que parte del electorado de PSOE y UP se vio decepcionado por no ser capaces de formar un gobierno progresista sobre la base de las políticas sociales dibujadas en el fallido proyecto de Presupuestos Generales del Estado, que no llegó a aprobarse, pero que apuntaba en la buena dirección.

En cuanto a Ciudadanos, pareciera que su electorado le ha castigado por el giro a la derecha extrema, apoyando a Vox para formar gobiernos en Andalucía y en Madrid, aprobando iniciativas regresivas, en lugar de apoyar a la lista más votada en esas CCAA, que fue el PSOE, con el que podían haber impulsado políticas progresistas.

Ahora, el PSOE, como partido más votado, tiene la responsabilidad de intentar formar gobierno. Un gobierno de España liderado por Pedro Sánchez debería plantear, al menos, tres objetivos. Por un lado, afrontar la crisis catalana y la cohesión territorial del Estado. Por otro lado, gestionar una situación de inestabilidad económica, afectada por las tensiones mundiales, preparando a nuestro país para una posible crisis y fortaleciendo su capacidad de respuesta. En tercer lugar, impulsar las políticas sociales que se vieron recortadas en la crisis económica de 2009 y que debemos recuperar para ahormar la cohesión social y garantizar los derechos de todas las personas. Es fundamental invertir decididamente en sanidad, educación y ciencia, y servicios sociales, consolidar el sistema de pensiones, y recuperar derechos laborales, entre ellos unos salarios dignos y unos empleos estables. 

Para poder formar un gobierno en torno a esos objetivos todos los partidos que quieran contribuir a la estabilidad del país tienen que ser conscientes de que no será posible alcanzar el máximo que propone cada uno en sus respectivos programas. Y que ceder para lograr un acuerdo no será traicionar a su electorado, siempre que la orientación del gobierno permita avanzar en aspectos en los que todos coincidan. Se trata de encontrar un mínimo común denominador que permita sumar para formar un gobierno estable que trabaje por todos los españoles.

No parece posible en esta legislatura resolver el problema de la cohesión territorial y la crisis catalana, porque las posiciones están muy encendidas, las heridas están muy abiertas. Es preciso abrir nuevos puentes, nuevas perspectivas, con plazos realistas. Cualquier solución tiene que estar dentro de la ley y de la Constitución. Y si la solución acordada requiere modificar una Ley, se puede hacer cuando se tenga el grado de apoyo social y parlamentario suficiente. Pero ningún gobierno podrá actuar incumpliendo la Constitución vigente. Los partidos independistas catalanes tienen que asumir este mínimo. Y ahora eso es muy complicado, con líderes políticos presos, un expresidente fugado y con unas elecciones catalanas a la vista.

Por eso creo que el acuerdo para el gobierno de España debe venir de la suma de los partidos progresistas y moderados. Los números salen si se suman los escaños de PSOE (120), UP (35), Más País (3), PNV (7), PRC (1), CCA-P (1) y Ciudadanos (10): 178 diputados. Con el acuerdo de estos partidos para votar sí a la investidura (apoyo parlamentario, o incorporación al ejecutivo en algún caso), se podría formar gobierno sin necesidad de contar con el apoyo o la abstención de partidos independentistas catalanes. En otros momentos, el apoyo de ERC hubiera sido interesante para un gobierno progresista. Ahora no me parece aconsejable por la coyuntura política en Cataluña.

El cambio de posición de Ciudadanos, que pasaría de rechazar el acuerdo con el PSOE a facilitar el gobierno de la lista más votada, supondría volver a su antigua filosofía de partido moderado, que promovía la regeneración democrática, y que fue capaz de ponerse de acuerdo con el PSOE en Andalucía. De hecho, podría volver a hacerlo también en esa Comunidad Autónoma y en la Comunidad de Madrid, ya que la lista más votada en las dos CCAA en las últimas elecciones fue la del PSOE.

También sería complicado para muchos votantes del PSOE y de Unidas Podemos aceptar un acuerdo parlamentario con Ciudadanos después de sus últimos posicionamientos. Pero todo depende del programa de gobierno que sean capaces de pactar. Un programa progresista, de mínimo común denominador, no de máximos, puede ser razonable. Sobretodo, sabiendo que no hay muchas más alternativas.

¿Cabría la posibilidad de la abstención de Ciudadanos y de ERC en aras a la estabilidad política y sin contrapartidas (logrando 168 votos a favor, 159 en contra y 23 abstenciones)? La veo más difícil que la posibilidad anterior.

Y si no se lograran esos acuerdos, la otra alternativa sería buscar el apoyo del PP para su abstención, o para formar la “gran coalición” que piden algunos. Me parece una solución peor. Y la política no es hacer lo que a uno le gustaría, la política es el arte de lo posible. Y desde luego, repetir elecciones sería inaceptable.

Los resultados de las elecciones han sido complicados. Pero han sido los mejores, es decir los que han querido los españoles. No nos echemos la culpa de que no nos ha gustado y hagamos esfuerzos de entendimiento para construir un futuro común. Si nos decimos demócratas, hemos de ser conscientes de que esta es la democracia, votar en elecciones libres y participativas. La ciudadanía ha hablado. Ahora, los representantes políticos tienen la responsabilidad de defender esa democracia logrando acuerdos de gobierno, para que España mantenga y mejore la convivencia y el bienestar de todos y contribuya a resolver los grandes retos europeos y mundiales.