Los investigadores Esther de Haan y Albert ten Kate, del Centro de Investigación en Corporaciones Multinacionales (SOMO), publicaron hoy un trabajo en el que muestran que cuatro grandes empresas tuvieron unos beneficios sobre ventas de 90.000 millones de dólares con las ventas de vacunas y medicamentos para la COVID-19 entre 2020 y 2021.
https://www.somo.nl/big-pharma-raked-in-usd-90-billion-in-profits-with-covid-19-vaccines/
Pfizer, 35.000 millones $, Moderna 20.000 millones $, BionThech 20.000 millones $ y Sinovac 15.000 millones $.
Podíamos alegrarnos de que las empresas ganen dinero. Pero no es posible compartir su alegría si vemos que esos beneficios son abusivos, provienen de dinero público, y han tenido como consecuencia la muerte prematura de millones de personas.
Los beneficios sobre ventas superan el 57% (la media industrial en beneficio sobre ventas es 5%). En algunas de estas empresas el beneficio sobre ventas superó el 76%.
El trabajo muestra cómo desde 1955 a 1995 (cuando se generalizaron las patentes y monopolios de medicamentos con el Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Relacionados con el Comercio, ADPIC), las empresas farmacéuticas ya tenían un beneficio sobre ventas del 10%, frente al 5% de la media de otras industrias. El doble. Pero desde 1995 esa tasa se multiplicó hasta un 30% de beneficios sobre ventas. Aquí se han superado esas "marcas".
Conviene recordar, como señalan los autores, que los gobiernos dieron mucho dinero público para proyectos de investigación (más de 5.800 millones $), y que gran parte de la investigación previa que sirvió para desarrollar las vacunas se había hecho en centros públicos y con financiación pública: pero los gobiernos no exigieron que los resultados fueran de propiedad pública, o no impusieron condiciones de precio, o no reclamaron licencia no exclusiva para que se pudieran fabricar en todas las empresas acreditadas, etc.
También recuerdan los autores que el desarrollo de las últimas fases de la investigación y la gestión de autorizaciones se financió con dinero público a través de compras anticipadas por valor de más de 86.000 millones $. Pero tampoco los gobiernos exigieron condiciones de precio y de transferencia de tecnologías para facilitar la producción a gran escala y precio asequible.
Los precios fijados fueron de 10-20 veces por encima de los costes de fabricación y la producción se concentró en unas pocas plantas, retrasando el acceso a las vacunas para millones de personas. Esos precios permitieron estos beneficios abusivos. Los precios se fijan porque la empresa tiene las patentes. Ese derecho se lo dan los gobiernos, con el argumento de financiar la investigación: sin embargo, aquí la investigación se ha hecho con dinero público. Sin duda las empresas se mueven por el ánimo de lucro. Pero los gobiernos deberían controlar esa pulsión en vez de acrecentarla, ya que deben velar por el interés general, y no solo el de unos pocos.
Y es que, el resultado, fue un retraso en la vacunación universal y la prolongación de la pandemia, con millones de casos que podrían haberse evitado. Todavía hoy, solamente han recibido una dosis de vacuna el 27% de la población de países de bajos ingresos.
Si las vacunas se hubieran administrado en los países de bajos ingresos al mismo ritmo que en los países ricos, se habrían podido evitar 9 millones de muertes prematuras.
https://fernandolamata.blogspot.com/2022/07/el-coste-de-la-codicia-9-millones-de.html
Por eso no es justo que los altos ejecutivos y los accionistas de estas empresas farmacéuticas obtengan esos beneficios abusivos mientras mueren personas inocentes que podrían haberse salvado, y mientras otros miles padecen secuelas físicas, psíquicas, económicas y sociales.
Los gobiernos tienen que reaccionar. Estos días van a discutir el borrador del Tratado de Pandemias en la OMS. Sería muy importante que el tratado imponga la obligación de establecer suspensión de monopolios de cualquier tecnología relacionada con la pandemia, transferencia de tecnología y know how, fijación de precios ligados al coste de fabricación, etc. Veremos.