La privatización sanitaria en el Reino Unido anticipa los
problemas que se están planteando y se podrían plantear en España cuando se
siguen las mismas estrategias (más mercado, más “competencia”, el dinero sigue
al paciente, concesiones a largo plazo, etc., etc.).
Ayer Allyson Pollock publicaba un interesante
artículo en The Guardian sobre los efectos de la privatización de la sanidad en
el Reino Unido (1). La profesora se salud pública de la Universidad Queen Mary
de Londres viene denunciando los desastrosos efectos de la privatización de la
prestación sanitaria en su país. En esta ocasión resalta la noticia aparecida en el mismo
periódico según la cual el Servicio Nacional de Salud se vería obligado a pagar
las reclamaciones por fallos en la atención sanitaria prestada en centros privados a pacientes derivados por la sanidad pública (2).
La profesora Pollock recuerda que los profesionales
sanitarios vienen advirtiendo repetidamente a los gobiernos que la privatización
genera importantes problemas, entre otros:
-Pérdida de calidad y seguridad en la atención
-Pérdida de la continuidad del cuidado a los pacientes e imposibilidad de una atención integral
-Selección de procedimientos menos complejos por los centros
privados
-Obligación de los pacientes a desplazarse grandes distancias
a centros privados teniendo un centro público más próximo
-Infrautilización en centros públicos mientras se deriva a
privados
-Menor contratación de profesionales en centros públicos (no
renovar contratación, no sustitución de jubilaciones, etc.), menor actividad en
el servicio público llegando incluso al cierre de unidades
-Pérdida de calidad en la formación de Residentes por menor
dotación y menor casuística
-Pagos por prestaciones no realizadas efectivamente
-Pagos desde la sanidad pública por fallos en la sanidad
privada, argumentando la responsabilidad subsidiaria.
También en España hemos advertido de los riesgos y las
consecuencias de una privatización de los servicios que pretende sustituir
progresivamente la gestión sanitaria pública, una sistema sanitario que ha demostrado durante años
mayor calidad y eficiencia que la media de los países más avanzados.
El deterioro de la sanidad en el Reino Unido hace que sus
indicadores de resultados en salud muestren una peor calidad relativa respecto
a los demás países europeos en los últimos 10 años (3).
La población está preocupada por ese deterioro y, cuando le
preguntan si estaría dispuesta a pagar más a través de impuestos para recuperar la
calidad de la sanidad pública, responde afirmativamente (4).
Una buena sanidad pública, financiada a través de
unos impuestos progresivos y justos y con una gestión mayoritariamente pública, es la manera más eficiente y segura de ofrecer un servicio sanitario de alta
calidad y para todos.
(1) http://www.theguardian.com/commentisfree/2014/aug/15/nhs-privatisation-failing-patients-warnings
(3) Murray
Ch et al. UK health performance: findings of the Global Burden of Disease Study
2010. Lancet 2013; 381:997-1020
Estoy totalmente de acuerdo con tus reflexiones. Sería bueno que los problemas identificados por la profesora Pollock se difundieran no sólo en el sector sanitario sino en los medios de comunicación nacionales, con el fin de conseguir una mayor sensibilización de los ciudadanos con los costes de la privatización de la sanidad
ResponderEliminarAsí es Marta, en la medida en que podamos debemos discutir estos temas en medios de comunicación y foros sociales para que la gente tenga más información y argumentos sobre un tema tan importante como su sanidad y su salud.
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