domingo, 15 de marzo de 2015

Gasto Sanitario Público: 10.000 millones menos en cuatro años ¿había (hay) alternativas?


El Gasto Sanitario Público en España se ha recortado en 9.933 millones de euros entre 2009 y 2013, según datos de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE-1). En 2013 se gastaron 63.006 millones. Un recorte del 13,62% en el gasto anual. Resta y sigue…



Si en 2009 el gasto sanitario público suponía un 6,76% sobre la economía nacional (el Producto Interior Bruto), con el último dato publicado supone un 6% del PIB. Un descenso muy importante, que afecta a la disponibilidad de medios profesionales y materiales para la prestación de los servicios sanitarios a las personas que lo necesitan, y deteriora la calidad de los mismos. Unos recortes que penalizan a los más enfermos y a los más mayores (con más esperas, más camas en los pasillos, menos tiempo para las consultas, más co-pagos…). Una señora, de unos setenta años, se acercó a mi después de una charla y me dijo que el médico le había recetado un medicamento para paliar las molestias del linfedema, y al ir a la farmacia le dijeron que no estaba financiado; no lo puede pagar; tampoco puede comprar la manga de brazo; la pensión no le llega. “Es una vergüenza” me dijo un compañero médico. Detrás de estos números fríos hay personas, hay sufrimiento. Por eso no basta reflejarlos, sino que es pertinente preguntar si no había otra salida, otras alternativas. Y si las hay, empujar en esa dirección, frenando el desmontaje de la sanidad pública y aprovechando la crisis para desarrollar una sanidad pública reforzada, moderna, más eficaz y más eficiente, capaz de responder a las nuevas necesidades sociales. Dicen que no había otro remedio, pero no es verdad. Como  decía León Felipe: que no nos cuenten más cuentos. Decía el poeta: “Yo no sé muchas cosas, es verdad. Digo tan solo lo que he visto”. Pues esto es lo que yo he visto con los datos de la IGAE.


Análisis.

Se ha argumentado por el Gobierno que los recortes eran inevitables para superar el déficit. Sin embargo, analizando las cifras que ofrece la  misma IGAE en su Avance de la Actuación Económico Financiera de las Administraciones Públicas 2013 (IGAE 2), vemos que las cosas podrían haber sido de otra manera.

El gasto sanitario de un país tiene que tener en cuenta la riqueza nacional, la capacidad de ingresos y gastos totales. La capacidad económica del país, medida por el PIB en España se ha reducido un 2,27% (ver Tabla). Y el gasto sanitario se ha reducido un 13,62%. ¿Por qué esa enorme diferencia? ¿Acaso no hay más necesidades sociales y sanitarias en época de crisis? ¿Acaso la inversión en sanidad no genera riqueza, cohesión, estabilidad social y empleo? ¿No debería haber disminuido menos el gasto social que el PIB precisamente para paliar el impacto de la crisis?

Para intentar comprender si no había más remedio que recortar tanto el gasto sanitario, nos preguntamos: ¿Cuánto han ingresado las Administraciones Públicas y en qué otras cosas se han gastado estos recursos?


Ingresos.

El primer dato interesante es que los Ingresos (recursos no financieros), ascendieron a 393.468 en 2013, con un crecimiento de 17.840 millones, un 4,74% más, sobre 2009. Los ingresos públicos no bajaron, sino que aumentaron.

La fuente principal de ingresos, los Recursos Tributarios, crecieron entre 2009 y 2013 pasando de 321.012 millones de euros a 340.450. Un aumento de 19.437 millones. En relación con el PIB pasamos de unos ingresos del 29,75% a un 32,45%. Es decir, se ingresó más.

Pero lo más importante es que se pudo haber ingresado más todavía. En efecto, si vemos la distribución de esos ingresos notamos que por IRPF y por “impuestos sobre la producción y las importaciones” (IVA y otros), se aumentaron los ingresos más de un 10%. Sin embargo, los ingresos por impuesto de sociedades bajaron ¿Dónde ha ido ese dinero? Desgravaciones, bonificaciones, amortizaciones, “ayudas fiscales”…

¿Cuánto más se podría recaudar si pagaran los que no están pagando? La estimación de ingresos que no están entrando en caja (por diversas causas, modelo fiscal, ingeniería fiscal, elusión, evasión y fraude fiscal) asciende a 79.738 millones de euros. Es la cantidad de más que debíamos ingresar en relación con los países de la “Eurozona-18” (40% de PIB frente a 32,4% en España, “7,6 puntos porcentuales por debajo de la media de la Eurozona-18”, equivalentes a 79.738 millones) (página 26, IGAE-2).


Gastos.

Los gastos totales han bajado un 5,89%. ¿Si ha bajado el gasto en sanidad, en educación, en personal, en inversiones, etc., más del 10%, cómo se explica la diferencia? Porque al mismo tiempo el Estado ha gastado más en otros epígrafes. Básicamente en dos:

-En ayudas a las Entidades de Crédito. En 2013 se contabilizaron ayudas por un importe de 4.897 millones de euros. En 2012 por valor de 39.068. Si hacemos una media de las ayudas anuales entre 2010 y 2012 nos sale una cantidad de 12.373 millones cada año en promedio.

-En pago de intereses. En 2009 se pagaron 18.348 millones, que en 2013 subieron hasta 34.198, es decir, 15.850 millones más.

Cuando se argumentó que había que recortar el gasto sanitario público porque “no había dinero” era, simplemente, mentira; con los datos de la IGAE se puede hacer el cálculo siguiente. Las cantidades que se han ido recortando a sanidad entre 2009 y 2013 suman 23.951 millones (1.859; 3.699; 8.460 y 9.933 respectivamente en 2010, 2011, 2012 y 2013). Entre esos mismos años sí hubo dinero del Estado (de los contribuyentes) para pagar ayudas a las Entidades de Crédito por valor de 49.497 millones (y se han concedido otra serie de ayudas que en total superan los 300.000 millones, según la Comisión Nacional de la competencia). Es decir, se podría afirmar que el dinero que se ha quitado a la sanidad (y a otras políticas sociales) sí estaba, pero se ha dado a los bancos. Se prefirió pagar a las entidades financieras nacionales y extranjeras, y recortar políticas sociales, sueldos, empleos. A eso se le llama en la neolengua “reformas estructurales” y “políticas de austeridad”. Es decir, trasvase de derechos y rentas de las clases medias y los trabajadores a las rentas altas.


¿Había y hay alternativa?

La necesidad de pedir más préstamos y de tener que pagar más intereses se debe, en buena medida, al aumento del gasto por las ayudas a las Entidades de Crédito, y sobretodo por la falta de ingresos, fundamentalmente de sociedades, grandes corporaciones, grandes patrimonios. El problema principal de la sostenibilidad es que no paga más (impuestos progresivos) el que más tiene y más gana, sino menos, o nada. Esto es lo que se debe corregir con urgencia.

Si ingresáramos la misma proporción en relación con la renta que los países de la Eurozona-18, es decir 79.739 millones millones de euros más, y no hubiéramos pagado a las Entidades Financieras esas millonarias ayudas,  no tendríamos que soportar la carga de intereses del Estado. Sin esos dos gastos, “el gasto público a finales de 2013 sería de 425.664 millones” (pág 11, IGAE-2).  Es decir, hubiéramos dispuesto de recursos suficientes con el mismo esfuerzo fiscal de los trabajadores, de las empresas productivas y de las clases medias de este país.

Además, se debe aprovechar la crisis para mejorar aspectos de gestión y evitar gastos innecesarios en todos los ámbitos, logrando un uso más eficiente de cada euro invertido en sanidad.

Con un gasto de 425.664 millones y unos ingresos de 473.205 millones, habría un superávit de 47.541millones, suficiente para recuperar y consolidar el gasto social (educación, sanidad, servicios sociales, pensiones) y fomentar la economía productiva a través de inversiones en investigación e infraestructuras. Y, desde luego, sin que los contribuyentes que están pagando religiosamente sus impuestos pagaran un euro más.

No digo que sea fácil. Pero sí digo que los datos  de la IGAE muestran que es posible otra política fiscal, otra distribución de los recursos, es decir otra política económica y social.

Tabla. Evolución del Gasto Sanitario Público y otros parámetros económicos.

2009 (M€)
2013 (M€)
Variación
% Var
%PIB2009
%PIB2013
Gasto Sanit.
72.939
63.006
-9.933
-13,62
6,76
6,00
PIB
1.079.034
1.049.181
-29.859
-2,77


Ingresos
375.628
393.468
+17.840
+4,74


Gastos
493.865
464.759
-29.106
-5,89


Intereses
18.348
34.198
+15.850
+86,39


Ayudas EC

4.897




Ay EC prom

12.373




Rec. Tribu.
321.012
340.450
+19.437
+6,05
29,75
32,45
IRPF




6,73
7,46
Socied.




2,21
2,01
IVA y otros




8,67
11,12







Ingresos (con
Media EZ-18)

473.205




Gastos (sin ayud EC e Int)

425.664




Fuente: Intervención General de la Administración del Estado


IGAE 1. Intervención General de la Administración del Estado. Contabilidad Nacional. Clasificación Funcional del Gasto de las Administraciones Públicas. Información Anual, actualizada a 23 de diciembre de 2014

IGAE 2. Intervención General de la Administración del Estado. Avance de la actuación económica y financiera de las Administraciones Públicas 2013.


jueves, 12 de marzo de 2015

La sanidad: un problema (ya) para el 12% de la población


Los recortes en sanidad van haciendo mella. Y la población lo siente; y cuando le preguntan lo manifiesta. Así, en el último Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS 2015), al preguntar por los tres problemas más importantes que existen en España, un 12,1% de los encuestados contesta: “la sanidad”.





Conviene recordar que en 2011 solamente un 2,9% de la población veía la sanidad como un problema.

A mi juicio tres factores están detrás de este deterioro progresivo:

-La pérdida de derechos (reducción de la protección a los inmigrantes y a españoles que residen fuera del país; la imposición de re-pagos a los pensionistas; la retirada de 500 medicamentos de la financiación pública, etc.).

-La disminución de recursos económicos (los recortes en las plantillas, la falta de inversión en equipamiento y en el mantenimiento de los edificios, la peor calidad del material, etc.).

-La privatización de la provisión de los servicios (concesiones a largo plazo, derivaciones a conciertos privados, etc.), con la fragmentación y debilitamiento del sistema público que ello implica.

En mi opinión, para recuperar la calidad de los servicios sanitarios públicos en España, el gobierno español y los gobiernos de las Comunidades Autónomas deberán enmendar cuanto antes estos tres factores. Son tres heridas por las que se desangra la sanidad pública y es preciso parar la hemorragia.

Ahora las urnas tienen la palabra.


REFERENCIA

CIS (2015). Barómetro. Centro de Investigaciones Sociológicas, Febrero 2015.

martes, 10 de marzo de 2015

Cada día más de 10 personas se suicidan en España. "Cada suicidio es una tragedia".


Entre 2011 y 2013 el número de personas muertas por suicidio ha aumentado un 21,7% (1).


Los datos hechos públicos por el Instituto Nacional de Estadística ponen de manifiesto que, lamentablemente, los suicidios siguen aumentando en España (INE 2015). En 2013 se quitaron la vida 3.870 personas. Si cada vida perdida por suicido “son demasiadas”, como decía la Directora de la OMS, la doctora Margaret Chan, 3.870 son incalculables. Es demasiado dolor. Si el objetivo del la OMS era disminuir la tasa de suicidios progresivamente, observamos que, por el contrario, en 2013 se registró la tasa más alta desde el año 2000. Por segundo año consecutivo los suicidios han aumentado en España. Es una señal de alarma.

¿Podían haberse prevenido y evitado estas muertes? Sin duda alguna, los programas de prevención contribuyen a reducir el riesgo, detectando situaciones que pueden necesitar ayuda y ofreciendo apoyo adecuado.





¿Por qué se ha producido este aumento? ¿Ha sido en todas las edades?

Los grupos de edad donde más aumentan las personas muertas por suicidio en estos dos años (por encima de la media) son las personas de entre 10 y 24 años, un 59,40% (185 fallecidos en 2013), y las personas de entre 45 y 64 años, un 39,2% (1456 fallecidos). Los años potenciales de vida perdidos son muchos miles. No es aceptable. No podemos resignarnos.





Es posible que en estos años haya habido más factores que han agudizado o desencadenado el riesgo de suicidio (quizá ligados con la crisis económica, falta de empleo, etc.). Es posible, también, que los recortes y la reducción de programas de salud mental hayan dificultado el acceso a los servicios en el momento en que se necesitaban.

En la presentación del documento “Prevención del Suicidio, un imperativo global” (WHO 2014), la Dra Margaret Chan denunciaba que "cada suicidio es una tragedia". “El impacto en las familias, amigos y comunidades, es devastador y perdura mucho después de que la persona querida decidiera acabar con su propia vida”. En este documento, así como en el Plan de Acción sobre salud mental 2013-2015, la Organización Mundial de la Salud insta a los gobiernos a situar la prevención del suicidio como una prioridad.

El Pacto Europeo por la Salud Mental y el Bienestar también incluía entre sus áreas prioritarias la prevención del suicidio. Y, desde luego, la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud recogía entre sus líneas estratégicas la necesidad de trabajar en la prevención de la depresión y el suicidio (MSPSI 2011).
En el documento de la OMS citado, se presentan las siguientes conclusiones:

-Los suicidios se cobran un precio demasiado alto.
-Los suicidios se pueden prevenir.
-Se debe limitar en lo posible el acceso a medios para suicidarse (pesticidas, medicamentos, armas, etc.)
-Los servicios sanitarios tienen que incorporar la prevención del suicidio como un componente principal de sus actuaciones. La identificación temprana del riesgo y la atención necesaria adecuada.
-El refuerzo del papel de la comunidad en la lucha con el estigma y en el apoyo y acompañamiento a las personas en situación de riesgo son claves.

Es importante que en España todos los gobiernos y todos los Servicios de Salud vuelvan a situar la prevención del suicidio como una prioridad. Es urgente que se frenen los recortes en los programas de salud mental y que se recuperen y desarrollen los recursos humanos y materiales necesarios para una correcta atención a las personas afectadas y a sus familias. Estos datos son una señal de alarma a la que no podemos dejar de responder.

Nota
(1) El INE advierte que en los datos de 2013 se han incorporado mejoras en la recogida y clasificación de muertes producidas por causas externas, donde están incluidos los suicidios. En todo caso, para valorar la importancia y el impacto del aumento registrado, nos hemos fijado en el aumento por grupos de edad.

Referencias
INE (2015). Defunciones según la causa de muerte. Instituto Nacional de Estadística, 27-2-2015.
MSPSI (2011). Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud 2009-2013. Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, 2011.
WHO (2014). Preventing suicide. A global imperative. World Health Organization, 2014.


lunes, 2 de marzo de 2015

18, 24 y hasta 34 meses de espera para ser atendidos.


El Gobierno de Castilla-La Mancha dice que ha reducido las listas de espera. Informes de organismos oficiales se encargan de desmentirle. Hace unos meses fue el Barómetro Sanitario del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, donde Castilla-La Mancha, junto con Baleares, presentaba la peor evolución de las listas de espera entre 2010 y 2013.

Ahora es el Informe del Defensor del Pueblo correspondiente a 2014 y presentado en las Cortes el pasado 26 de febrero, que muestra en un apartado diversas quejas relativas a las listas de espera quirúrgicas.

En ellas se observa cómo, lamentablemente, Castilla-La Mancha es la región sobre la que se denuncian más quejas de listas de espera de toda España. Es decir, teniendo en cuenta el número de quejas que describe el Informe, Castilla-La Mancha con una población del 4,4% sobre la media nacional, tiene el 36% de las quejas que presenta el Informe del Defensor del Pueblo. Las esperas denunciadas llegan a 16, 24 y hasta 34 meses desde que se indicó la intervención. Inaceptable.

Pacientes, familiares de pacientes y profesionales sanitarios han denunciado esta situación en reiteradas ocasiones, sin que el Gobierno corrija la causa (aumento de personal y de medios, mejora de organización, participación de los profesionales). Por el contrario, la única respuesta del Gobierno es seguir recortando servicios en los centros públicos y seguir derivando cientos de pacientes a centros privados de otras regiones españolas.

Esto es lo que padecen los ciudadanos de Castilla-La Mancha, aunque el Gobierno se empeñe en decir que es de día, cuando es de noche. El nuevo gobierno que surja de las urnas el 24 de mayo deberá realizar una auditoría en profundidad de este problema y potenciar una sanidad pública malherida para recuperar la atención sanitaria de calidad que necesitan los pacientes y se merecen los castellanomanchegos.

Defensor del Pueblo. Informe 2014. Madrid, 2015
Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad. Barómetro Sanitario. Principales variables. Serie histórica 1995-2013. MSSSI, 29 julio 2014.