¿Es aceptable que un medicamento tenga un día un precio de
13,5$ por pastilla y al día siguiente se cobre a 750$? ¿Qué está pasando?
Los medicamentos salvan vidas, mejoran la salud, calman el
dolor, curan. Son una herramienta preventiva y terapéutica fundamental. Los
fabricantes de medicamentos deben ser aliados. No adversarios. Los adversarios
son algunas personas y algunas empresas que abusan de una posición de fuerza
para exigir un precio exagerado por un medicamento que cuesta 50, 100 o 500
veces menos de lo que se pide. El abuso es lo que hay que impedir y corregir.
El primer hecho clave es que una empresa puede abusar de su
posición de fuerza poniendo un precio muy por encima de coste (incluyendo en
ese coste el I+D). Si , usando la posición dominante (monopolio) la empresa
farmacéutica quiere obtener un beneficio de un 5.000%, esa exigencia no es inocua. Esa
desviación de recursos, en el caso de que pueda pagarse, perjudica a los
pacientes, al detraer recursos que son necesarios para diagnosticar y tratar
adecuadamente a otros pacientes y al poner en riesgo el sistema de salud a
medio plazo para todos….
Y el segundo hecho clave es que, si bien siempre ha habido
tensiones en la fijación de precios (al menos desde que yo empecé en la gestión
sanitaria hace más de 30 años), ahora se observa una radicalización de estas
tensiones, ligada al hecho de que la propiedad de algunos laboratorios está
siendo adquirida por hedge funds, fondos de inversión de alto riesgo, que
transforman los medicamentos en productos financieros, buscando un beneficio
muy alto en muy corto plazo. Para algunas de esas empresas los medicamentos son
productos de especulación, como las hipotecas basura, etc.
El hecho de que una Administración Pública pague 20.000 por
algo que vale 300, después de negociaciones secretas, en las que no se desvela
el coste de producción de lo que se compra, ni el precio final pactado, es
insólito. No ocurre en la adquisición de ningún otro bien o servicio, sean
ordenadores, vehículos, o
edificios. Sería un delito de malversación de fondos públicos. ¿Por qué se hace
cuando se compran algunos medicamentos?
Las empresas farmacéuticas pueden exigir un pago tan
exagerado cuando existe una situación de monopolio, una posición dominante en
el mercado, donde solamente hay un producto eficaz para un determinado problema
de salud.
La protección
de patente es el mecanismo más habitual de conseguir ese monopolio. La patente
tiene un sentido, proteger la innovación. Pero a veces puede perder ese
sentido, cuando no se usa para proteger la innovación sino para obtener
beneficios exagerados. Es un abuso
de la patente.
Pero conviene señalar que la posición dominante en el
mercado, el monopolio, se puede conseguir aunque la patente haya expirado o
esté próxima a expirar (un informe de la OECD 2014 describe algunas de estas
estrategias: evergreening, licencias voluntarias, discriminación de precios,
ligeras variaciones del producto, pay for delay, cluster de patentes..). También puede haber varias empresas,
con varios productos eficaces que hacen estrategia de precios concertados
eliminando en la práctica los supuestos beneficios de esa competencia.
Estos días ha sido noticia otro caso que pone de manifiesto
cómo el sistema de fijación de precios de medicamentos no funciona.
El medicamento Daraprim, (pirimetamina) utilizado algunas
enfermedades infectocontagiosas como la malaria o la toxoplasmosis, se aprobó
en EEUU en 1953 por la FDA (regulador del Gobierno) para Glaxo Smith Kline .
Cuando GSK vendió sus derechos sobre este medicamento en EEUU a Core Pharma, el
precio por pastilla era 1$ y la nueva empresa subió el precio de 1$ a 13,5$, en sucesivos aumentos, es decir un 1.350%. de aumento en cuatro
años. En 2014 Impax Laboratorios compró el medicamento a Core y en agosto de
ese mismo año la vendieron a Turing Pharmaceuticals, empresa fundada
recientemente por el antiguo gerente de un Fondo de Inversión de riesgo.
Inmediatamente aumentó el precio un 5000%, de 13,5$ pastilla a 750$ pastilla. Este aumento no
tiene nada que ver con el esfuerzo investigador, es un medicamento con más de
60 años de vida y sin patente. Tiene que ver con la posición dominante: no hay
otro medicamento en el mercado con esa función. Y tiene que ver con el método
de fijación de precios ligado al “valor”, es decir, la cantidad máxima que
puede pagar el paciente o la Administración Sanitaria., y no al coste. Se puede
calificar de abuso de posición dominante.
No es el único caso. En los últimos años hay más ejemplos de subidas
injustificadas y abusivas, de 100, 1000 o 6000%. Algunas empresas dicen que
ponen los precios en línea con los precios de otros medicamentos similares. Que
es el precio por el valor. Según ese criterio los antibióticos y las aspirinas
se deberán pagar a más 10.000 euros por tratamiento. Una empresa sube el precio
de forma astronómica, y si “cuela”, las demás “se ven obligadas” a subirlo en
la misma proporción.
¿Qué puede hacer la Administración frente al abuso de
mercado?
En este caso podría autorizarse importación de India, donde
hay genéricos de este medicamento que valen 5 céntimos de dólar la pastilla
(frente a 750$ en EEUU). O podría
autorizar la importación de Europa, donde la pirimetamina se vende (todavía) a
precios “antiguos” (30 pastillas por 5€).
El tema ha llegado a la prensa general y al Congreso de los EEUU y la señora
Hillary Clinton se ha comprometido a tomar medidas contra las compañías que
aumenten los precios de forma escandalosa, frente a los beneficios abusivos…
Al mismo tiempo, un informe de la universidad de Liverpool
dirigido por Andrew Hill, presentado en el Congreso Europeo de Cancer en
Viena (25-29 sept) afirma que las
compañías cargan entre 300 y 600
veces el coste de fabricación. Los precios de TKIs (inhibidores de tirosina
quinasa) pueden ir de 159 a 4.022$ en vez de 75.000 a 100.000$ por persona y
año.
Otro informe de la Universidad de York, publicado en el
Health Technology Assessment Journal cuestiona la aprobación de precios altos
para los nuevos medicamentos (de cancer) basados en el “dossier de valor”
(precio por año de vida ajustado por calidad). Kart Claxton señala que dirigir
esas cantidades a esos precios
para determinados pacientes, perjudica a muchos más pacientes que quedan sin
atención adecuada… Hay gente que está muriendo por el uso de esos fondos en
precios exageradamente caros de algunas medicinas. Es necesario, dice, un nuevo
sistema de precios, predecible y transparente. Es necesaria una discusión sobre
el uso de recursos del SNS para financiar al sector farmacéutico multinacional.
La Unión Europea está debatiendo este asunto en distintos
foros. Mi opinión es que la fijación de precios debe hacerse por un método que
acerque el precio al coste, con un beneficio razonable. También es deseable que
la financiación de la investigación se desligue del precio. La evaluación
coste-beneficio debe realizarse para aceptar o rechazar un medicamento, pero no
para fijar los precios “por valor”, ya que las empresas tenderán a fijar el
máximo precio posible que un ciudadano esté dispuesto a pagar. Y, lógicamente,
por la vida de un hijo está dispuesto a venderlo todo.
Es preciso encontrar un equilibrio razonable. Ante estas
situaciones puestas de manifiesto en los precios de medicamentos para la Hepatitis
C, en algunos medicamentos contra el cáncer y ahora con estos medicamentos
antiinfecciosos, las Administraciones Públicas deben reaccionar. El sistema de
fijación de precios de medicamentos es un asunto de enorme importancia y su
solución no puede esperar.