El próximo 10 de octubre se celebra el Día
Mundial de la Salud Mental. Ayer tuve la fortuna de participar en la Jornada Conmemorativa
organizada por la Confederación Salud Mental España en el Ateneo de Madrid.
Emocionante.
Comentaba con varios de los asistentes más
veteranos que las intervenciones de los ponentes en las mesas redondas
mostraban la evolución de la atención a la salud mental en los últimos años.
Evolución en postivo.
Empezando por el Manifiesto, cargado de buen
sentido: “Ponte en mi lugar. Conecta conmigo”. Es decir, conóceme, puedo
aportarte algo. No te pido, te ofrezco, no me quejo, te animo. Caminemos
juntos.
También es importante el lema de la OMS para
este día: dignidad en salud mental. Miles de personas con problemas de salud
mental en todo el mundo privados de sus derechos humanos, marginados,
discriminados, estigmatizados, sin atención sanitaria y social suficiente.
Dos realidades. Medio vaso lleno, medio vaso
vacío. Las dos realidades son ciertas y complementarias. Hay una visión crítica que subraya las
carencias, la falta de respeto, la falta de un trato adecuado a las personas
que padecen o padecemos problemas de salud mental y a nuestras familias, tanto
por parte de la sociedad como de las Administraciones Públicas o de los
profesionales sanitarios… Esto es verdad en muchas ocasiones y en muchos
lugares. Pero también hay otra realidad de avance en la consideración de estos
problemas, en su abordaje; una realidad de profesionales comprometidos y de
programas de atención adecuados y flexibles; una realidad de personas que antes se consideraban "enfermos incurables" que recibían tratamiento pasivamente, y hoy son personas que intentan superarse, asumen el control de su vida, toman la palabra y defienden sus derechos.
La pimrera mesa, “conocer para entender; salud
mental en primera persona” nos permitió aprender de las experiencias de tres
personas que viven las dificultades de afrontar estos problemas. La segunda
mesa “reflexión y estímulo; atención a la salud mental desde la participación y
la recuperación” debatió puntos de vista de dos psiquiatras y un profesional
que trabaja en salud mental y que es experto en primera persona. Y finalmente
una tertulia entre Damián Alcolea, autor de “Tocados” y José Manuel Cámar,
periodista. Extraordianrios.
Hace diez años esta Jornada hubiera sido imposible:
escuchar las voces de personas diagnosticadas de trastorno mental, de familaires, de personas que llevan
su vida razonablemente adelante, con dignidad y con esfuerzo. El debate fue intenso, emotivo. A veces
cuesta afinar en los matices. A veces hablamos de lo mismo con diferentes
términos. A veces no. Y el debate ayuda a encontra los puntos en común para
seguir avanzando. En todo caso, yo pienso que los debates deben darnos nuevas
rutas, no paralizarnos.
Es más fácil cuando comparamos situaciones más
claras. Por ejemplo, comparar el tratamiento con encierro de por vida en un
hospital psiquiátrico, con una estrategia de salud mental comunitaria. Yo he
conocido las dos, y prefiero la segunda. Y sabemos que en muchos lugares del
mundo sigue predominando la primera. Y sabemos que en España ha habido intentos
recientes de dar macha atrás: proyecto de reforma del Código Penal para tratamiento
involuntario obligatorio, con posibilidad de encierro continuado; o resolución
de las Autoridades Sanitarias donde se consideraba a las personas con trastorno
mental como riesgo para la salud pública, reforzando el estigma de la peligrosidad.
La Confederación peleó para que estas
disposiciones no salieran adelante y se pudieron cambiar. Pero si no hubiera peleado, se habrían
aprobado. Y es que la vida misma es compleja, con muchos planos que expresan
diferentes tensiones, distinos intereses, afectos, conflictos, miedos… La vida,
por definición, no es estática. Y los avances sociales no son irreversibles.
Los debemos defender, consolidar y mejorar día a día. Y hemos de seguir
avanzando, porque si no iremos hacia atrás. Por eso las Asociaciones son tan
importantes. La suma de esfuerzos. Solos no podemos. Las cosas no son porque
deban ser, son porque hacemos que sean. No hay derechos si no hay personas que defiendan esos
derechos.
Pero no se trata de asociarse por asociarse. Tenemos
que tener claro para qué nos unimos, qué defendemos. Se trata de asociarse para
defender unos valores humanos, unos derechos humanos, el derecho a la dignidad
de la persona, el derecho a la vida, a la libertad, a la salud. El derecho a la
salud, como base de otros derechos, porque sin salud no puede haber vida ni libertad. Y
por eso, también, derecho a la atención sanitaria y social pública de calidad. Porque
pocas personas tendrían los medios particulares para pagarse la atención
sanitaria privada, las medicinas, las consultas, el apoyo para una vivienda, … Es preciso que defendamos el derecho a la atención
sanitaria pública, como un derecho humano fundamental.
En los años 60 y 70 del pasado siglo, el
liderazgo de las reformas lo llevaron los profesionales sanitarios. En los años
90 fueron las familias quienes propiciaron nuevos cambios. Ahora son los
expertos en primera persona, las personas que tienen o han tenido enfermedad
mental, quienes toman la voz y dicen:
“Cambia la mirada porque me necsitas… Ya no
hablaremos de limitaciones ni de sufrimiento: comencemos a hablar de espíritu
de superación. Ya no hablaremos de soledad: atrevámonos a tender puentes de
amistad… La vida, la verdadera
vida, crece al otro lado de las arenas: no te quedes con las apariencias…. Atrévete, explora, contacta conmigo”.
Leyendo este precioso Manifiesto elaborado por
el Comité de Personas con Enfermedad Mental de la Confederación Salud Mental
España, recordé este poemita que escribí hace años:
Aunque no me veas
lo que a ti te ocurra
me pasa también a mi.
Aunque estés muy lejos,
incluso sin saber uno del otro,
un hilo de plata invisible
nos une
de corazón a corazón.
Si tú te apenas,
lloro.
Si tú sonries,
vivo.
Celebrando este 10 de Octubre deseo que nuestra sonrisa, nuestro espíritu de
superación y el esfuerzo de todos unidos nos permita vivir a todas y a todos con respeto
y dignidad.
Un resumen sobre el acto acontecido el pasado martes Fernando, creo que no ha podido ser mejor contado-
ResponderEliminarEra la primera vez que acudía porque desde hace poco tiempo a mis dos hijos se les ha diagnosticado trastornos mentales y me aventuré en acercarme en búsqueda de más información, sin conocer a nadie, sin embargo me parecía que nunca hubiese dejado de asistir a todas las citas anteriores, me sentí en familia y me dí cuenta donde mis hijos y yo tenemos que pertenecer.Hay que defender todos sus derechos de ciudadanos!
Sentido poema
Es importante la experiencia de cada uno, pero también el compartirlas y el apoyo mutuo. Juntos podemos defender mejor esos derechos e impulsar los cambios necesarios. Ánimo.
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