Durante los últimos años los precios de los
nuevos medicamentos se han incrementado de forma significativa. Las compañías
farmacéuticas no fijan los precios basados en los costes de manufactura e investigación
y desarrollo, sino que los fijan en el máximo que pueden demandar a los países
o a los pacientes. Este modelo provoca que muchos pacientes no puedan comprar o
recibir las medicinas que necesitan y pone en riesgo la viabilidad de los
sistemas sanitarios, desviando recursos necesarios hacia beneficios excesivos
de las grandes corporaciones. Se ha roto un equilibrio y es preciso repensar el
modelo.
Con estas reflexiones comienza el análisis de
un trabajo sobre los precios de los medicamentos que han desarrollado el Centro
Belga de Conocimiento en Atención Sanitaria, y el Instituto Nacional de
Atención Sanitaria holandés. Ellos han coordinado los debates de un grupo de
expertos internacionales para imaginar cuatro escenarios posibles para lograr
que todas las personas tengan acceso a los medicamentos que necesitan. Es un
documento interesantísimo (1).
En la presentación del documento, las
Ministras de Salud de Bélgica y de Holanda señalan que los instrumentos que
tenemos para poder controlar el aumento de precios de los nuevos medicamentos y
el gasto sanitario son insuficientes. Entienden que es preciso trabajar
conjuntamente, varios países, o el conjunto de la Unión Europea. Pero aún así,
indican, no sería eficaz el esfuerzo, si no se cambia el marco de análisis. Si continuamos buscando las soluciones en el
actual marco de la política farmacéutica, marcada por el modelo de negocio de
la industria farmacéutica, no conseguiremos soluciones adecuadas. Hemos de
mirar “fuera de la caja”, hemos de buscar nuevos marcos de análisis y nuevos
escenarios. Un nuevo discurso. Esta reflexión es clave.
El actual modelo de fijación de precios se
basa en el enorme poder de negociación de las corporaciones farmacéuticas
basado en las patentes que conceden los gobiernos. Este modelo estaba pensado
para financiar y estimular la I+D. Pero, con el tiempo, se ha comprobado que
este modelo no funciona. Se ha desequilibrado y no es posible gobernarlo. Además
de los altos precios impuestos con el monopolio, se producen varios efectos
adversos. Por un lado se privatiza la I+D con financiación pública (realizada a
través de institutos, universidades, becas, etc.). La industria aprovecha esas
inversiones y luego desarrolla las fases finales, patenta y obtiene los
beneficios. Por otro lado, las patentes incentivan la investigación incremental
en los campos que dan más ganancias, en vez de en innovación. También produce
el efecto de que algunos laboratorios retiren medicamentos eficaces menos caros
y los sustituyan por nuevos, más caros, sin valor terapéutico añadido. Además,
la investigación promovida por patentes no fija sus prioridades en las
necesidades de salud, y se producen duplicaciones y retrasos, con desperdicio
de recursos.
El documento propone cuatro escenarios como
posibles alternativas.
Escenario
1: Iniciativas Público Privadas orientadas a las necesidades.
El gobierno de esta iniciativa es público. Las
prioridades de investigación las fijan las autoridades sanitarias, con expertos
independientes. Las autoridades definen los criterios de calidad. Se negocia
precio y volumen. Los procesos son transparentes. En cuanto a la patente y
exclusividad de datos se decide caso a caso: sin patente / patente compartida /
patente privada.
Escenario
2: Desarrollo de medicamentos en una vía paralela.
La UE constituye una vía de desarrollo paralela
para desarrollar medicamentos asequibles. Las autoridades sanitarias definen
las prioridades. La investigación se desarrolla en institutos públicos y el
desarrollo hasta la comercialización se lleva a cabo por esos institutos o se
contrata con otras entidades como iniciativas sin ánimo de lucro (plataformas
públicas). La investigación es abierta. El medicamento se considera bien
público, por lo tanto no hay protección de patente privada. Se puede empezar por
campos prioritarios: medicamentos antibióticos, para enfermedades poco
frecuentes, etc.
Escenario
3: Compra de patentes.
La UE constituye un consorcio para gestionar
un Fondo Público para medicamentos asequibles. El fondo busca medicamentos en
desarrollo y compra las patentes. El fondo financia la finalización de las fases
de desarrollo hasta la comercialización. Los medicamentos son bienes públicos.
Escenario
4: Bienes públicos desde la A a la Z.
El desarrollo de los medicamentos es una
actividad pública. Las prioridades de investigación se fijan en función de las
necesidades de salud. Los gobiernos financian y organizan la investigación y el
desarrollo. No hay patentes ni precios de monopolio. Los precios se basan en
los costes de fabricación.
Para llegar a esta fase se puede avanzar con
varios pasos. Aumentar la fuerza de negociación sumando varios países o toda la
UE. Modificar la legislación de patentes para que no afecte a los medicamentos.
Favorecer la entrada de medicamentos genéricos. Utilizar licencias
obligatorias. Crear un Instituto Europeo de Medicofarmacología, con
financiación pública, prioridades de investigación en función de necesidades,
investigación abierta, precios a coste de fabricación.
Los tres primeros escenarios pueden ser
complementarios y su desarrollo podría conducir progresivamente al cuarto
escenario, que es, desde mi punto de vista, el más sólido a medio y largo
plazo.
El valor de este documento es que muestra la
necesidad de un nuevo marco de análisis para la discusión de los precios de los
medicamentos, cuestionando el modelo actual basado en las patentes y el
beneficio de las grandes corporaciones.
El marco conceptual de estos cuatro escenarios, en cambio, es que la salud es un derecho humano, que los
medicamentos necesarios para el paciente son un derecho humano, y por lo tanto,
el medicamento es un bien público, que
debe ser accesible a las personas que lo necesiten. Es tarea de los
gobiernos regionales y nacionales, responsables de la fijación de precios de
los medicamentos y de la gestión sanitaria, profundizar en estos escenarios, y
poner en marcha los mecanismos jurídicos, técnicos y logísticos, que permitan
construir la alternativa que resulte más válida.
Muy ilustrativo y acertado pero mucho me temo que falta mucho camino por recorrer para conseguirlo. Triste pero es una realidad. Un saludo amigo Fernando.
ResponderEliminarAsí es, queda mucho camino. Pero como tú sabes bien cualquier recorrido empieza con un primer paso y requiere mucha voluntad para seguir avanzando contra viento y marea. Abrazos
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