Sí, es posible. Y es una
exigencia ética y un derecho humano. Ese derecho humano se está violando y por
eso todos debemos reaccionar.
El pasado mes de marzo la
Organización Mundial de la Salud presentó un Informe de progreso en el acceso a
tratamientos de al Hepatitis C. En dicho informe recuerda que 71 millones de
personas viven con el virus de la hepatitis C (VHC) en el mundo. De todas esas
personas solamente han tenido tratamiento con Antivirales de Acción Directa
(AAD), 3 millones de personas. Según la información disponible, dichos
tratamientos son efectivos (reducción de la carga viral) en más del 90% de los
casos. Sin embargo, cada año mueren como consecuencia de la Hepatitis C cerca
de 400.000 personas en el mundo. Más de 1.000 personas cada día. Existiendo
tratamientos eficaces ¿no es acaso una situación inaceptable?
“La mayoría de los 71
millones de personas que viven con el VHC siguen sin tratamiento”, dice la OMS.
Y añade: “El acceso a los tratamientos debe expandirse a una velocidad mucho
mayor”.
La principal barrera de
acceso al medicamento son los altos precios. Por supuesto, el acceso a
tratamiento no es solamente cuestión del precio del AAD, también se necesita un
sistema sanitario que funcione, que pueda llevar a cabo los diagnósticos y, en
su caso, el cribado poblacional. Una sanidad, con profesionales formados, que
pueda distribuir y aplicar los tratamientos, y hacer un seguimiento apropiado.
Pero, sin duda, la principal dificultad han sido los precios exagerados e injustos.
Algunos países de altos
ingresos, como España, han aprobado la financiación pública de tratamientos con
AAD, aunque fuera a precios muy altos. La presión de la Plataforma de afectados
por hepatitis C (PlafHC) sensibilizó a la población y convenció al gobierno de
la necesidad de financiar estos tratamientos. Gracias a estas medidas se ha
podido tratar a más de 90.000 personas. Esto es muy positivo. Pero el gasto que
hemos tenido que realizar para ello es injustificadamente alto. Si queremos
ampliar los tratamientos a todas las personas que viven con el virus de la
hepatitis C, deberíamos exigir al gobierno que fije precios más justos en
España y que defienda un cambio radical en la Unión Europea para que los miles
de personas que no pueden acceder a la medicación en los países miembros y en
el resto del mundo puedan recibir el tratamiento que necesiten.
¿CUÁNTO HEMOS PAGADO PARA
LOS TRATAMIENTOS DE HEPATITIS C?
Según el último informe
del Ministerio de Sanidad, de noviembre de 2017, hasta el 31 de octubre de ese
año se había tratado a 90.254 personas con Antivirales de Acción Directa (AAD).
¿Cuánto hemos gastado en
esos tratamientos? Consultando los datos del Ministerio de Hacienda y
Administraciones Públicas vemos que hasta esa fecha se habían destinado 1.952
millones de euros para AAD. El gasto por cada persona tratada, en promedio, ha
sido de 21.627 euros.
¿CUÁNTO DEBERÍAMOS HABER PAGADO?
¿CUÁNTO DEBERÍAMOS HABER PAGADO?
En el Informe de
seguimiento de la Organización Mundial de la Salud, se recogen los precios mínimos
de medicamentos genéricos que se venden en distintos países. Quiere decir que a
esos precios las empresas pueden cubrir los costes de fabricación más un
beneficio industrial.
Ahí vemos los precios
mínimos, por tratamiento de 12 semanas, de los genéricos de diferentes
medicamentos: Sofosbubir, 48,6 €; Daclastavir, 19,44 €; Sofosbuvir +
Ledipasvir, 225 €; Sofosbuvir + Velpatasvir, 304 €.
La estimación de los Precios
de Venta de Laboratorio en España para el SNS, a marzo 2018, es: Sofosbuvir
(Sovaldi): 9.812 €; Daclastavir (Kaklinza): 10.296 €; Sofosbuvir + Ledipasvir
(Harvoni): 11.962 €; Elbasvir + Grazoprevir (Zepatier): 11.063 €; Sofosbuvir +
Velpatasvir (Epclusa): 7.215 €; Sofosbuvir + Velpatasvir + Voxilaprevir
(Vosevi): 13.651 €. El sobre-precio de estos medicamentos por encima del precio
de coste, es inaceptable.
El gasto del tratamiento
de 90.254 personas con Sofosbuvir + Velpatasvir, es decir, lo que deberíamos haber pagado habría sido de 27,4 millones de
€, es decir 1.924,6 millones menos de lo que hemos pagado.
Hemos pagado un 7.114% por encima del precio mínimo (precio de coste).
Se debe señalar que el
grueso de los gastos de investigación ya están cubiertos. En el caso de Sovaldi
(Sofosbuvir) se cubrieron en el primer año de ventas. Y, como el dinero público
es limitado, el sobre-gasto que se hace en una partida, por culpa de precios
abusivos, es un dinero que no se puede destinar a prevención de esta y otras
enfermedades, a promoción de la salud, a la atención primaria, a reducir los
tiempos de espera para diagnóstico y tratamiento del cáncer, a mejorar los
servicios de salud mental en toda España, etc., etc.
¿ES POSIBLE LOGRAR ESTOS
PRECIOS EN ESPAÑA?
Sí que es posible. El informe de la OMS nos señala varios ejemplos.
En Egipto se han tratado
a 1.000.000 de pacientes. Egipto es un país con una renta per cápita (RPC)
mucho menor que la española. España tiene 26.528 dólares de RPC, mientras que Egipto
tiene 763 $ de RPC.
En aquel país no se
concedió la patente a Gilead por el sofosbuvir, con lo que se pueden fabricar
genéricos a 60€ por tratamiento de 12 semanas. En España, el precio actual para
el SNS que publica el Ministerio de Sanidad es de 9.812 € por tratamiento. Un
16.353 % más alto que el genérico.
Otro país, Malasia, con
una RPC de 9.502 euros, ha sido el primero en aplicar la licencia obligatoria
para fabricar medicamentos genéricos de sofosbuvir. El precio que tenía que
pagar hasta hace unos meses era de 9.841 euros por tratamiento de 12 semanas.
Ahora dispone de genéricos entre 81 y 192 euros / tratamiento. Con estos precios sí podrá
afrontar el tratamiento de las 500.000 personas que viven con el VHC en aquel
país.
La OMS describe cómo, por
la barrera de los precios, muchos países de medianos y altos ingresos no están
pudiendo acceder a los tratamientos con AAD. Y recuerda que estos países pueden
utilizar los mecanismos establecidos en los Acuerdos de la Organización Mundial
de Comercio referidos a las patentes. En efecto, en dichos Acuerdos, al mismo
tiempo que se aprobó la aplicación de las patentes a los medicamentos, se
incluyeron cláusulas que permiten a los países “suspender” la patente por
razones de salud pública; las llamadas “flexibilidades”. Entendemos que la
atención a las personas con hepatitis C es un problema de salud pública y que,
en este caso, está justificada la utilización de esas flexibilidades, como la
“licencia obligatoria”.
El gobierno de España
puede aprobar una licencia obligatoria por Decreto, lo que significa que,
aunque una empresa tenga la patente de un medicamento en nuestro país, se puede
autorizar a otras empresas a que fabriquen genéricos en España, o se puede
autorizar la importación de genéricos de otros países. Algunos argumentan que,
además, sería necesario modificar la legislación de la UE sobre exclusividad de
datos. Si así fuera, debería impulsarse esa modificación. ¡No olvidemos que en
la mitad de los países de la Unión Europea los pacientes con viremia del VHC no
están accediendo a los tratamientos!
A España no le sobran
recursos. Los presupuestos públicos son limitados. Se han aplicado recortes en
personal y en medios diagnósticos, en programas preventivos y en
infraestructuras. El dinero, los 2.000 millones de euros de más que se gastan
en unos medicamentos cuyo coste es mucho menor, es totalmente injustificable.
El gobierno de España
debe adoptar medidas urgentes para reducir el precio de los AAD. Si no se
alcanza un precio justo en la negociación, cercano al precio de coste (precio
de los genéricos menos caros), se debería aplicar la licencia obligatoria y
comenzar a utilizar genéricos de forma inmediata con un coste asumible. Es
posible hacerlo. En otros casos han sido aplicadas en EEUU, en Canadá, en Reino
Unido, y recientemente en Alemania. Y, como hemos señalado, Malasia ha aplicado
ya licencia obligatoria en el caso de sofosbuvir.
La aplicación de tratamientos adecuados debe ser una exigencia de las personas con viremia de VHC, de los profesionales sanitarios y de toda la sociedad. Pero también hemos de exigir que se paguen precios justos y no se pierdan recursos muy necesarios para la atención sanitaria de estas y otras personas en sus diferentes problemas de salud.
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