y sintiéndonos muy cerca.
Compartiendo una aventura incierta
en este inesperado viaje solitario
por las desconocidas aguas de la pandemia.
Y, al mismo tiempo, un viaje compartido
con millones de personas en sus casas.
Lejos pero cerca.
Un viaje en que también nos acompañan
miles de personas cuidando a los enfermos
en los hospitales y los centros de salud,
miles de policías y soldados ayudando
a que las cosas funcionen,
dependientas de supermercado enmascaradas,
conductores de metro y de autobús casi vacíos,
limpiadoras, farmacéuticas y camioneros,
periodistas e investigadores trabajando a destajo,
gentes anónimas que nos cuidan en el viaje
para lograr, entre todos, llegar a puerto seguro
y a los que aplaudimos cada noche
desde nuestras ventanas-camarote
y desde el corazón.
Todo viaje enseña muchas cosas.
En este de seguro aprenderemos
otra forma de vivir, de hablarnos
lejos pero cerca
de descubrir lo frágiles que somos
lo mucho que dependemos los unos de los otros
lo relativo de lo que parecía impostergable
y la necesidad de compartir.
Nada parece hoy seguro.
Las ciudades desiertas
las risas de los niños ausentes de los jardines
las universidades sin estudiantes
en un paisaje como de guerra, desolado.
Y, sin embargo, te siento muy cerca, aunque estés lejos,
y eso me da fuerza, me anima,
siento que vamos en el mismo barco
y sé que juntos saldremos adelante.
Fernando Lamata, 21 de marzo 2020