Con tu maleta
de vendedor ambulante de sueños
has recorrido España
abriendo caminos
a la libertad y la justicia.
Pero de pronto esta noche
te han partido la cabeza con dos balas.
Y yo no quiero creerlo
aferrándome al eco de tu voz
mientras los puños apretados
encierran toda mi amargura.
Ya lo sabe Cataluña,
ya el País Vasco y toda España han despertado
y salen a la calle llorando tu memoria
buscando su memoria en la tuya.
Y entonces tú te yergues y dices
que hay que seguir creyendo en la concordia,
y nosotros no queremos oir
porque la rabia tapona todos los sentidos.
Pero tú avanzas con paso firme
y dices más fuerte todavía:
Hemos de abrir espacios a un futuro
donde las fronteras que matan y dividen
nada más sean un vestigio triste del pasado.
Dicen que te han matado Ernest
pero yo veo
que tu palabra se ensancha
por todo el horizonte
pidiendo que sigamos trabajando duro
para hacer un mundo más libre,
más humano.
A través de la pena
resurge tu sonrisa,
tu eterna sonrisa irreverente,
y entonces tu flequillo
se transforma en bandera
que el viento acaricia y enarbola
gritando contigo,
gritando con todos nosotros
¡Viva la Libertad!
En memoria de Ernest Lluch, asesinado por ETA el 21 de noviembre de 2000.
Un gran ministro de Sanidad que impulsó la Ley General de Sanidad, con el objetivo principal de que nadie que necesitara asistencia quedara desprotegido: la universalización sanitaria. Una persona extraordinaria, con enorme capacidad de trabajo y de construir consensos. Su memoria sigue animándonos a tratar de mejorar las condiciones de vida de todas las personas.
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