A finales de diciembre de 2020 se ha comenzado a vacunar frente a la COVID-19 en la Unión Europea, al igual que en Reino Unido, en EEUU y en otros países. Es una buena noticia, y todos esperamos que las vacunas sean efectivas y seguras. También es muy positivo que, al menos en todos los países de la UE, se haya comenzado la vacunación simultáneamente. Pero hay otros aspectos no tan positivos, como son el precio y la capacidad de escalar la producción, que harán que millones de personas no puedan vacunarse en 2021.
En la situación de pandemia del SARS-CoV-2 los gobiernos tenían una gran oportunidad para cambiar el modelo de patentes como vía para financiar la investigación y fijar los precios de los medicamentos, promoviendo un modelo con investigación abierta y cooperativa, licencias no exclusivas, con transferencia de tecnología entre centros de investigación y fabricación, sin monopolios, considerando las vacunas y los medicamentos un bien público, y garantizando el acceso a todas las personas en todo el mundo. Sin embargo, han vuelto a ceder el poder a la gran industria farmacéutica. Así, las vacunas que se están desarrollando y que se empiezan a utilizar, tienen el precio que fijan las compañías, aunque sea mucho más caro que su coste de fabricación, y aunque la investigación y el desarrollo se haya financiado en buena parte con fondos y ayudas públicas.
Basándonos en los trabajos de Zoltan Kis y colaboradores, del Imperial College de Londres (1, 2) podemos estimar el coste de producción de la vacuna Pfizer-BioNTech (materias primas, consumibles, mano de obra, etc.) en 0,61 $ por dosis. Para calcular el precio por dosis habría que añadir la imputación de los costes de investigación financiados directamente por las empresas (que podemos estimar en 700 millones $ recuperables en 20 años), de los que deberíamos descontar las importantes ayudas públicas (3). Además, para una producción de 1.200 millones de dosis anuales, podemos estimar los costes anuales en equipamiento, preparación de viales y empaquetado (50 millones $); los costes de distribución y administración (130 millones $); y un 5% de beneficio industrial, que deberíamos añadir para calcular el precio. El coste total para 1.200 millones de dosis sería de alrededor de 1.000 millones $. El precio por dosis sería de 0,83 $, equivalente a 0,68 €. Al parecer, el precio de venta para la UE es de 12 € / dosis (4), un 1.765% por encima del precio justo. Con su precio actual, Pfizer-BioNTech obtendrían 14.400 millones € el primer año, cuando los costes totales reales ascenderían solamente a 815 millones €, obteniendo un beneficio “excepcional” de 13.585 millones €. Es posible que estas estimaciones no sean correctas, por eso sería muy importante que la Comisión Europea, que debe conocer en detalle los datos exactos de todos estos costes, los hiciera públicos.
Además, el modelo de patentes crea un embudo y no permite que las vacunas que se demuestren eficaces y seguras, puedan elaborarse en todas las fábricas que sean adecuadas, en España, en Europa y en el mundo, aumentando la producción a gran escala. Si los gobiernos acordaran la transferencia de tecnología obligatoria, se podrían estar fabricando vacunas para que toda la población mundial estuviera vacunada en 2021, y a precio de coste. Con el modelo actual algunos países empezarán a vacunar a mitad de 2021 y tardarán varios años en completar la vacunación. El mecanismo COVAX muy insuficiente, espera poder entregar vacunas para un 20% de la población de los países de bajos ingresos a finales de 2021. El mecanismo C-TAP de la OMS, que proponía compartir la tecnología voluntariamente, fue desatendido por las grandes empresas y la mayoría de los países de altos ingresos. Como consecuencia, cada país está luchando por conseguir vacunas suficientes para su población. Pero, mientras en los países de altos ingresos tenemos ya reservadas tres vacunas para cada persona, en los países de bajos y medios ingresos no saben cuándo podrán empezar a vacunar y a cuántas personas. Una desigualdad de acceso inaceptable e inmoral, si consideramos la salud un derecho humano.
Es importante que los gobiernos europeos cambien su política farmacéutica para lograr atender las necesidades de todas las personas, al menor coste posible. El modelo actual de patentes de medicamentos y vacunas mata; y no es una exageración.
Por eso, un grupo de ciudadanas y ciudadanos europeos ha promovido una Iniciativa Ciudadana Europea, “Rigth2Cure”, para pedir al gobierno de la Unión Europea que las vacunas para la COVID sean universales, y para que los medicamentos sean accesibles a todas las personas que los necesiten, en todo el mundo. Súmate y apoya esta iniciativa y promueve su difusión. https://noprofitonpandemic.eu/es/
(1) Zoltan Kis et al.
https://www.mdpi.com/2076-393X/9/1/3
(2) Zoltan Kis et al.
https://aiche.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/amp2.10060
(3) Fortune. Germany support R&D Pfizer vaccine
https://fortune.com/2020/11/09/pfizer-vaccine-funding-warp-speed-germany/
(4) The Guardian. Precios pagados por la UE por las vacunas COVID
No hay comentarios:
Publicar un comentario