(texto publicado en El Obrero, 24/4/2021)
Parecería una película sobre un escándalo económico y humanitario, pero por desgracia, es la vida real.
En plena pandemia, mientras han muerto más de 3 millones de personas, y mientras se siguen contagiando cada día más de medio millón, las grandes empresas farmacéuticas, aprovechando el monopolio de las patentes, cobran por las vacunas precios 15 veces por encima de los costes, obteniendo enormes beneficios, y limitan la producción a las fábricas que ellas deciden, en lugar de permitir que se fabriquen vacunas en todas las fábricas acreditadas en el mundo, con lo que se podría vacunar a todo el planeta en seis meses y con mucho menor gasto. El embudo de las patentes hace que, a día de hoy, se hayan vacunado un 34,2% de personas en EEUU y menos del 1% en la mayoría de los países de bajos ingresos (Bloomberg, 2021). Por su parte, los gobiernos de los países de la UE y de EEUU, no solo aceptan este trato abusivo, sino que frenan los intentos de los países de bajos ingresos para suspender las patentes. Es una injusticia inaceptable que a mi, como ciudadano de la Unión Europea, me avergüenza.
¿Cuánto cuesta fabricar una vacuna mRNA frente a la COVID?
Primer dato, el coste de elaboración: Por el análisis de Zoltan Kis y colaboradores, del Imperial College de Londres sabemos que el coste fabricación de una vacuna del tipo de la Pfizer es de 0,58 € por dosis (Kis, 2021). A ese coste se debe añadir el coste de envasado, distribución y beneficio industrial. Para estimar estos costes nos basamos en el trabajo de Andrew Hill y colaboradores, de las universidades de Liverpool y Harvard (Gotham 2019). Según ellos podemos calcular un coste de 0,35€ por dosis para rellenado, beneficio industrial y transporte. Agregándolo al coste de fabricación, sumaríamos 0,93 € por dosis.
Segundo dato, el coste de investigación: La investigación de las plataformas mRNA y su aplicación para la vacuna frente a la COVID, han tenido financiación pública. BioNTech, la empresa alemana que desarrolló la vacuna, recibió 475 millones de euros del gobierno alemán y de la Unión Europea para sus investigaciones. Según los creadores de la empresa “La financiación de la UE, y también del Estado alemán, nos permitió generar un conocimiento científico profundo sobre el reconocimiento del cáncer por el sistema inmunitario. Las ayudas también han permitido financiar las primeras fases de investigación de nuestra vacuna de ARNm. Nos ayudó a mejorar nuestras vacunas y a generar datos preclínicos y clínicos sobre nuestro método concreto de vacuna de ARNm individualizada contra el cáncer. Los resultados obtenidos de estos proyectos nos ayudaron a encontrar inversores que creyeran en nuestra idea”.
Tercer dato, el coste del desarrollo: Conocemos por un artículo publicado en JAMA en abril de 2018, que el coste medio de un ensayo clínico pivotal con grupo placebo, en 59 nuevos medicamentos aprobados por la FDA en 2015-2016 fue de 35,1 millones de dólares. Y para el desarrollo de la vacuna, mediante el primer contrato de compra anticipada con la UE, la empresa Pfizer recibió 700 millones (por los primeros 200 millones de dosis). En EEUU ocurrió otro tanto. Supongamos que por I+D pudieran acreditar un gasto de 1.000 millones de euros más. Esta cantidad se debe distribuir entre todas las dosis que se esperan vender. Según los creadores de BioNTech, sólo en 2021 tienen previsto fabricar 2.000 millones, lo que supone un coste de I+D de 0,5€ por dosis. Según el CEO de Pfizer se necesitará una tercera dosis a los 12 meses y posteriormente la población podría tener que ser vacunada contra el coronavirus de manera anual. Así, con 20 años de patente y una estimación conservadora de 1.000 millones de dosis anuales, el coste de I+D por dosis sería de 0,05€. Es decir, el precio de la vacuna oscilaría entre los 0,98€ por dosis en el escenario de una cronificación de la COVID-19 y 1,05€ por dosis si sólo se precisasen dos revacunaciones. Redondeamos a 1 €.
Celeste López y Jaume Masdeu han dado a conocer en La Vanguardia el contrato de Pfizer con la Unión Europea, por 200 millones de dosis más 100 millones adicionales (López y Masdeu, 2021). Ahí se ve cómo por los primeros 100 millones de dosis se fija un precio de 17,5 €, y por los siguientes 100 millones, el precio es de 13,50, haciendo una media de 15,5 € por dosis. Ese precio se mantiene para los 100 millones de dosis adicionales. La Unión Europea ha firmado otro contrato para 2021, por otros 200 + 100 millones de dosis, que, suponemos, tendrían un precio similar. Como vemos son precios 15,5 veces por encima del precio justo. Deberíamos haber pagado 600 millones € y vamos a pagar 9.300 millones €, 8.700 millones de sobre-precio. Aunque el coste fuera tres veces más, y pagara 3 euros por dosis, como con AstraZeneca, seguiría habiendo un desfase de 7.500 millones €.
En el contrato también se comprueba que la UE ha cedido en otro aspecto importante. Si ocurre cualquier reclamación por efectos adversos, será la UE (el cliente), y no la empresa (el fabricante), el que pague las indemnizaciones. ¿Es eso justo?
Las grandes empresas farmacéuticas quieren más.
Aunque, como hemos visto, los precios de las vacunas son abusivos, al parecer Pfizer está negociando con la UE un aumento de precios para sus próximos pedidos. El primer ministro búlgaro, Boyko Borisov, informó que Pfizer proponía un precio de 19,5 euros para un pedido de 900 millones de dosis en 2022 y otros 900 millones en 2023 (ABC, 2021; European Commission, 2021). No solo no hay una disminución de precio, para acercarlo al precio de coste, sino que se añaden otros 4 euros más por dosis. Pfizer lograría 7.200 millones de euros más, sin ningún esfuerzo adicional. Pero si comparamos el gasto por la compra prevista, de 35.100 millones €, con el coste real, de 1.800 millones €, el exceso de gasto en que incurriría la UE con el dinero de los contribuyentes es de 33.300 millones €. Un verdadero escándalo.
¿Por qué la UE pide otros 1.800 millones de dosis para 2022 y 2023?
En un anterior artículo ya advertíamos la posibilidad de que tuviéramos que recibir dosis de refuerzo, o bien hacer frente a nuevas variantes. En este sentido, el CEO de Pfizer confirmó que, seguramente, se necesitaría una tercera dosis dentro de 6 y 12 meses, y a partir de ahí, habría una revacunación anual (Lovelace Jr, 2021). “Y, además -añadió- las variantes jugarán un papel determinante”, pudiendo requerir nuevas vacunas.
La Comisión Europea debe estar previendo estas circunstancias, y quiere encargar 2 dosis por habitante en 2022 y otras tantas en 2023. Lo terrible es que siga manteniendo los monopolios, limitando la producción a unas pocas empresas, y aceptando precios abusivos, que detraen recursos esenciales para otras necesidades, y que muchos países de bajos ingresos no podrán pagar, acumulando, además, las dosis disponibles para el mundo rico, lo que retrasará todavía más la llegada de vacunas países en desarrollo, perpetuando la injusticia.
La Comisión Europea dice que los sobre-precios de las patentes son para “incentivar” la investigación. Pero no es así. Si estudia los datos de los balances de las empresas verá que a investigación destinan un 16%-17% sobre ventas, en promedio, incluyendo la investigación que no ha funcionado y la investigación no innovadora. Si se añade a esa cantidad los costes de fabricación, otros gastos generales y un beneficio industrial similar a las empresas no farmacéuticas, el total asciende a un 65% sobre ventas. El resto, un 35% sobre ventas es beneficio abusivo por sobre-precios injustificados: alrededor de 400.000 millones € anuales en el mundo.
Parte de esos beneficios injustificados se destinan a marketing, incluyendo acciones de lobby para influir sobre la UE, los gobiernos, los parlamentos, las agencias, los tomadores de decisión en las administraciones, etc., etc. Además, la UE y los gobiernos de los países miembros saben que los accionistas institucionales principales de algunas de estas empresas farmacéuticas son grandes empresas de gestión de inversiones, como BlackRock, Vanguard, State Street, etc., que tienen unos activos bajo gestión mayores que el PIB de la mayoría de los países y una capacidad de presión muy importante. Quizá por eso los gobiernos no se atreven a plantear la suspensión de patentes de las vacunas y de los medicamentos; no quieren disgustar a un poder tan fuerte como varios gobiernos juntos y más poderoso que cada gobierno solo.
La consecuencia es una enorme injusticia: la desigualdad en el acceso a los medicamentos en todo el mundo. 1 de cada 4 personas no pueden comprar el medicamento que necesitan: Y 10 millones de personas mueren cada año por no tener acceso al medicamento que le podría haber salvado la vida. Pensemos por un momento que fueran nuestros hijos, o nuestros padres…
Antes de que se empezaran a autorizar las primeras vacunas, el año pasado, el Papa Francisco dijo: “¡Sería triste si, para la vacuna frente a la COVID-19 se diera prioridad a los más ricos! ¡Sería triste si esta vacuna fuera a ser propiedad de esta nación o esta otra, en vez de universal y para todos!”. Pues así ha sucedido, querido Francisco, y es verdaderamente triste: en EEUU y en la EU, al ritmo de vacunación actual, estaremos vacunados todos antes de final de 2021. Mientras tanto, en muchos países de África, América Latina y Asia, no se podrá vacunar a toda su población hasta finales de 2022 o en 2023. Imaginemos que hubiera sido al revés ¿Qué diríamos los europeos? ¿Lo aceptaríamos?
Los tiempos están cambiando, que cantaba Bob Dylan.
El pasado 14 de abril 175 personalidades, antiguos Jefes de Estado y primeros ministros, así como premios Nobel, dirigieron una carta al presidente de los EEUU pidiendo que apoyara la suspensión de las patentes de vacunas COVID, la transferencia de tecnología y conocimiento y la fabricación a gran escala, para poder llegar a toda la población mundial en el menor tiempo posible (Agre, 2021). De la misma manera, el 21 de abril, en la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, el presidente Pedro Sánchez señaló: “Por otro lado, quisiera hacer alusión a un tema que está cobrando especial relevancia y es el de la eliminación de las patentes de las vacunas. Y quiero decir que los derechos de propiedad intelectual deben ayudar y no ser un freno en la lucha contra el COVID-19. Y en este sentido, España está dispuesta a impulsar esta discusión, especialmente entre nuestros socios europeos, también en el marco de la Organización Mundial del Comercio, para analizar las opciones que nos permitan avanzar de la manera más eficaz y equitativa posible en la lucha contra la COVID-19”. Es la primera vez que el Gobierno de España se manifiesta así.
Ahora bien, si se pone el tema de las patentes sobre la mesa y se discute seriamente, las empresas y sus lobbies tratarán de bloquear cualquier modificación de la situación actual, porque se juegan medio billón de euros anuales. Haría falta un clamor ciudadano que diera fuerza a los gobiernos, que les animara, que les hiciera imposible mirar para otro lado y no ver la injusticia que están cometiendo, que no tolerara que se quedaran en fórmulas retóricas. Por eso hace falta que millones de personas, en todo el mundo, exijan la suspensión de las patentes de las vacunas y un acceso justo a todos los medicamentos.
Una de estas acciones ha tomado la forma de la Iniciativa Ciudadana Europea “Derecho al tratamiento”, para que “nadie se lucre con la pandemia”. Cientos de asociaciones y organizaciones sociales, como sindicatos, o asociaciones vecinales, grupos estudiantiles y profesionales, apoyan esta iniciativa para pedir al Parlamento Europeo que cambie las reglas de juego, evite el bloqueo de las patentes, y logre un acceso justo a los medicamentos en Europa y en el Mundo. Tú puedes sumarte a este clamor y puedes pedir a tus amigos que se sumen también. Cumplimentar la firma en la base de datos de la Unión Europea cuesta solo cinco minutos, pero su valor es enorme: https://noprofitonpandemic.eu/es/
Ánimo y suerte.
ABC (2021). El primer ministro búlgaro desvela la subida de precios de Pfizer: de los 12 euros iniciales a los 19,5. ABC, 20 abril 2021.
Agre, Peter et al (2021). Open letter: Former Heads of State and Nobel Laureates Call on President Biden to Waive Intellectual Property Rules for COVID Vaccines. People’s Vaccine Alliance.
Bloomberg (2021). Vaccine Tracker.
https://www.bloomberg.com/graphics/covid-vaccine-tracker-global-distribution/
European Commission (2021). Timeline of EU action
https://ec.europa.eu/info/live-work-travel-eu/coronavirus-response/timeline-eu-action_en
Gotham D, Barber M, Hill A (2019) Estimation of cost-based prices for injectable medicines in the WHO essential medicines list. BMJ Open, 2019; 9:e027780
https://bmjopen.bmj.com/content/9/9/e027780
Kis Z et al. (2021) Resources, Production Scales and Time Required for Producing RNA Vaccines for the Global Pandemic Demand. Vaccines 2021, 9, 3.
https://www.mdpi.com/2076-393X/9/1/3
López, Celeste y Masdeu, Jaume (2021). La Vanguardia 21 abril 2021
Lovelace Jr, Berkeley (2021) Pfizer CEO says third COVID vaccine dose likely needed within 12 months. CNBC, 15 abril 2021.
Sánchez, Pedro (2021). Intervención del presidente en la Reunión Plenaria de la XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, Andorra la Vella, miércoles 21 de abril de 2021
https://www.lamoncloa.gob.es/presidente/intervenciones/Paginas/2021/prsp21042021.aspx