Tirado, en medio de la acera,
la cara estampada contra el suelo,
inconsciente,
mientras a tu lado pasaba la gente
con miradas furtivas,
abrigándose bien porque apretaba el frío.
Vagabundo, deshecho de la vida,
embotada tu mente de alcohol
con los huesos helados y la tripa vacía.
En cada uno de esos estoy yo, dijo Jesús.
En ese vagabundo estoy yo,
en el migrante, la prostituta, el condenado…
Ese era yo.
Y, ciertamente,
podíamos haber sido cualquiera de nosotros:
una mala carambola de la vida,
una enfermedad, un despido improcedente,
alguna decisión equivocada, y de repente
estamos en el hoyo, marginados,
perdidos.
Por eso, siempre,
tenemos que echarnos una mano,
cada cual en lo que sepa
y a quien lo necesite,
impulsando políticas sociales,
medidas justas y gestos solidarios
que ayuden
a levantar del suelo al descartado.
Y es que, aunque no lo conozcas,
es tu hermano. Tu propio hermano.
¡Que no le falte nunca una palabra amiga
y un abrazo fraterno
para aliviar la herida en su costado!
FELIZ NAVIDAD
Diciembre 2021
Fernando Lamata
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