viernes, 19 de octubre de 2012

De los contribuyentes a los bancos: ¿una transfusión justa?



Según los últimos datos publicados por el INE, la renta disponible de los Hogares y de las Instituciones sin fines de lucro ha disminuido un 3,2% en el 2º trimestre de 2012, respecto al mismo periodo del año anterior (Contabilidad Trimestral Nacional de España, Cuentas no Financieras Trimestrales de los Sectores Institucionales, para el segundo trimestre de 2012). http://www.ine.es/daco/daco42/ctnfsi/ctnfsi0212.pdf

Esta disminución de la renta disponible de las familias se debe principalmente a una bajada de las remuneraciones de los asalariados del 3,9%.

Además de esta pérdida, se produce también una disminución de un 10% de la renta disponible de las Administraciones Públicas. Esta disminución se traduce en una bajada del gasto del Sector Público del 3,1% y una disminución de las transferencias corrientes netas pagadas de 51,4%. Como consecuencia,  en los últimos doce meses estamos viviendo un deterioro significativo de las políticas sociales (salario indirecto a través de sanidad, educación, servicios sociales, dependencia, etc.).

Entre tanto, las rentas de las empresas no financieras logran aumentar un 6,4%. Y lo que es mucho más llamativo, el Sector de las Instituciones Financieras aumenta su renta disponible en un ¡89%! respecto al mismo periodo del año anterior.





Es decir, hay una transferencia de rentas desde los trabajadores y las familias, a los bancos y a las grandes empresas. Una transfusión de  los más débiles a los más fuertes. Una transfusión injusta.

Nos dice el INE que: “La renta disponible generada este trimestre (por las Instituciones Financieras) se ha visto incrementada principalmente, por las transferencias de capital recibidas de las Administraciones Públicas (5.418 millones de euros)…”. Es decir, de los contribuyentes a los bancos.

Para valorar esa ayuda a los bancos podemos decir que una cifra similar (6.000 millones de euros) es la que se ha recortado a la sanidad pública en 2012, haciendo que paguen medicinas los pensionistas, reduciendo plantillas y rebajando los salarios de los profesionales sanitarios. O también son equivalentes a los recortes en profesorado, en trabajadores sociales, en prestaciones para personas dependientes, etc. Insisto, una transfusión muy injusta.

Se intenta explicar diciendo que las instituciones financieras son necesarias para el funcionamiento de la economía. Es verdad que hacen falta entidades financieras, pero con otras reglas, con otra regulación. Sin embargo siguen sin aprobarse las regulaciones para el sector financiero que eviten que vuelva a producir una sangría de estas dimensiones. Sigue sin separarse la banca comercial de la banca de inversión (como era antes). Siguen permitiéndose salarios y pensiones a los directivos de estas entidades 200 veces superiores a los de un profesional que hace un trabajo más complejo y más eficiente en otro sector, y se les premia por hacer inversiones de altísimo riesgo. Siguen tolerándose paraísos fiscales donde operan estas entidades. Siguen permitiéndose productos financieros tóxicos. Es un disparate.

Desde 2008 a los contribuyentes españoles nos han obligado a dar a los bancos más de 50.000 millones de euros (http://www.publico.es/444051/). A ese dinero se añaden avales por otros 72.000 millones. Y todavía esperan recibir en los próximos meses otros 40.000 millones prestados por la Unión Europea (con dinero de los contribuyentes europeos), cuya devolución garantizamos los contribuyentes españoles. Además, el BCE ya ha prestado a los bancos europeos (entre ellos los españoles) más de un billón de euros al 1%, también con dinero de los contribuyentes. Toda esa ayuda, ¿para qué le sirve a los ciudadanos? Ese dinero es para que los Bancos españoles devuelvan lo que pidieron prestado a los Bancos alemanes, franceses, etc., mientras se recortan derechos laborales y prestaciones sociales. El ciudadano tiene que pagar tres veces: por un lado la hipoteca que pidió, por otro el dinero que le coge el Gobierno para que los bancos paguen lo que deben, y en tercer lugar, porque le recortan salario y prestaciones sociales.

Es una sangría intolerable. Una transfusión injusta.

Ese dinero que pagamos todos con los impuestos no debe seguir yendo a las Instituciones Financieras, sino que debería destinarse a crear nuevo empleo con inversión pública y apoyo a industrias productivas; a mantener el poder adquisitivo de los salarios y las pensiones; a mantener y mejorar la sanidad, la educación, la investigación y los servicios sociales. 


2 comentarios:

  1. Un punto de vista muy preciso y documentado, pero el SISTEMA está así montado y sin bancos saneados parece que no puede funcionar,¿como se cambia el sistema para que no sean los de abajo los que sostengan a los de arriba, sino al revés?¿Alguien se atreve a ponerle el cascabel al gato y arriesgar una propuesta realizable?¿Es posible nacionalizar parte de la banca para garantizar la inversión en crear empleo sin que te corran a gorrazos en Europa?

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  2. El tema es complicado, sin duda.
    Con el Sistema actual, en la segunda mitad del Siglo XX, en Europa y algunos otros países se había avanzado en el proceso de distribución de la renta, vía salarial y vía prestaciones sociales financiadas con impuestos progresivos. En los últimos 20 años la des-regulación del sistema financiero cambia la relación de fuerzas. En mi Panfleto contra la codicia anlizo este tema.
    Hay dos salidas a la situación actual. Una de cambio más profundo de valores, que no veo probable en los próximos años, pero que podría darse a medio/ largo plazo. Otra de vuelta a una regulación del sistema financiero para ponerlo al servicio de la economía real (Separar banca de ahorro y de riesgo, prohibir productos tóxicos, prohibir paraísos fiscales, compra de Deuda Pública por BCE sin intermediarios, etc). En principio dentro de la UE y luego en ámbito internacional. Para ello debe haber mayorías parlamentarias que defiendan estas políticas. Desde luego no es nada fácil.

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