Siempre que se van a hacer recortes en sanidad, servicios
sociales, educación, etc., se saca el argumento del Déficit Público. Se dice: tenemos que reducir el déficit y para eso no hay más remedio que reducir el gasto público.
Pero la cuestión es que el déficit no es solamente gastos, sino que es igual a ingresos menos gastos. Y en España lo que se han desplomado son
los ingresos públicos, por el aumento del fraude fiscal y por una política fiscal que favorece a las rentas más
altas y que recauda mucho menos que otros países de nuestro entorno en
relación con nuestra renta. La revisión de Eurostat publicada el pasado 8 de enero vuelve a recordarnos esta cuestión clave.
Los ingresos por impuestos y cotizaciones sociales en España fueron en 2011 el
equivalente al 32,4% del PIB. Dentro de la Europa de los 15 solamente Irlanda
recauda menor proporción. En el otro extremo, Dinamarca tiene unos ingresos del 48,6% del
PIB; si España tuviera la misma proporción ingresaría160.000 millones de euros más cada año y tendría un superávit de 60.000 millones .
Si nos fijamos en la media de la Euro Área (EA-17) el promedio de los ingresos por impuestos y cotizaciones sociales fue de 40,8%. Si España hubiera recaudado la misma proporción que la media de
la EA-17, supondría unos ingresos de más de 80.000 millones de euros anuales adicionales.
Y ¿cuánto déficit tuvimos en 2011? Un 9,4% del PIB, menos de 100.000 millones.
Quiere decir que si aumentáramos los ingresos públicos,
reduciendo el fraude fiscal y haciendo que paguen las grandes empresas y las
grandes fortunas lo mismo que en el resto de la EA-17, entonces el déficit se hubiera situado en el 1% del PIB y no habría ninguna razón para recortar
derechos sociales.
Es verdad que la crisis ha afectado a los ingresos. Durante
la crisis, desde 2007 a 2011, los ingresos públicos en la EA-17 bajaron desde 41,2% del PIB a 40,8% del PIB, 0,4 puntos. Pero la diferencia (ver gráfico) es que en
España la caída ha sido mucho mayor, desde el 38,0% del PIB al 32,4% del PIB, 5,6 puntos. Un boquete injustificable de cerca de 60.000 millones.
Toda la energía que los gobiernos dedican a implantar nuevos recortes sociales debería dirigirse a aproximar nuestro nivel de ingresos fiscales a la media de los países de la Eurozona reforzando los servicios de inspección fiscal y corrigiendo las legislación tributaria.
Toda la energía que los gobiernos dedican a implantar nuevos recortes sociales debería dirigirse a aproximar nuestro nivel de ingresos fiscales a la media de los países de la Eurozona reforzando los servicios de inspección fiscal y corrigiendo las legislación tributaria.
El problema del déficit en España no es de gasto social, que
es cinco puntos menor que el de la UE en relación con el PIB. El problema es de ingresos fiscales, y lo urgente es
reformar el sistema para evitar los agujeros por los que se defrauda, se evade,
y se aplica ingeniería fiscal sobre una legislación que permite que las
rentas más altas paguen menos que los trabajadores y la gente normal. Y,
además, los gobiernos neo-liberales tienen así la excusa para recortar los
servicios públicos y ampliar el negocio de las grandes empresas y los fondos de
inversión con la privatización de la sanidad. La excusa para las recortes es el déficit; la consecuencia es que se hace hueco al negocio privado de la sanidad, los fondos de pensiones, la educación concertada, etc. etc., favoreciendo a unos pocos en detrimento de la mayoría.
(http://blogs.publico.es/otrasmiradas/259/dame-hueco/)
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