Es
doloroso ver cómo se siguen cerrando centros de día para personas con discapacidad, plazas escolares, centros de rehabilitación, y cómo se recortan ayudas a
personas en situación de dependencia, becas de investigación, plantillas de centros sanitarios, o cómo se introducen copagos o se
bajan salarios con la excusa del déficit público.
El Objetivo Principal del Gobierno de Mariano
Rajoy era crear empleo. Esa fue su promesa electoral. Pero la política
económica se ha centrado en la lucha contra el déficit público. Y para ello se
ha insistido en los recortes de salarios, de prestaciones sociales (sanidad,
educación, dependencia) y de inversión pública. El efecto ha sido que en 2012
ha continuado la destrucción de empleo: el doble de los empleos que se
destruyeron el año anterior. Y, además, el déficit ha crecido.
En lugar de intentar recuperar los ingresos
públicos, mediante una reforma fiscal en profundidad y una lucha decidida contra
el fraude y la evasión fiscal que coloque los ingresos fiscales de España en
la misma proporción del PIB que la media de la Unión Europea (8 puntos de
diferencia, como nos recuerda el Informe del CES [1]), lo que se ha hecho es
recortar el gasto público y con ello destruir empleo y aumentar las
desigualdades. Pero al destruir empresas y empleo no se consigue recuperar la
actividad económica necesaria para crear nuevo empleo y nuevos ingresos
públicos. El PIB que había crecido en
2011 un modesto 0,4%, ha vuelto a caer un 1,4%.
El duro balance económico de 2012 es que se
han destruido 787.240 puestos de trabajo en un año
(diferencia entre afiliación media mensual a la Seguridad Social en diciembre
2011 y diciembre 2012 [2]), y que el 25% de la población activa está en paro. Si el objetivo principal era el empleo, el Gobierno
ha fracasado. Pero si su herramienta para conseguirlo era la reducción del
déficit, tampoco ahí ha logrado el éxito a pesar de los enormes recortes
sociales.
El
Déficit Público en 2011 fue de 9,4% del PIB y en 2012 ha sido de 10,2% del PIB
[3]. El Gobierno se esfuerza por resaltar que si se quitan las
ayudas al sector financiero (35.000 millones de euros) el déficit se reduce al 6,7%. Pero el déficit público
global incluye esas ayudas, porque hay que pagarlas. Se aduce que las
ayudas a los bancos son “coyunturales”, pero esa coyuntura ya se ha dado en 2009, 2010, 2011
y 2012. Si esas ayudas no se hubieran dado, o se hubieran dado con otras condiciones, el déficit sería mucho menor y no
hubiera sido argumento para recortar derechos sociales.
Es un círculo vicioso. Precisamente porque ayudamos
al sector financiero hacemos déficit y hemos de pedir más dinero al mismo sector financiero. Y por eso, al mismo
tiempo, la Deuda Pública acumulada se ha
disparado: en 2011 era de 69,3% del PIB y en 2012 ha ascendido a 88,4% del PIB.
Es decir, casi 200.000 millones de euros más que deberemos pagar los españoles a
los tipos de interés que fijen los bancos.
El pago de los intereses de esa deuda
“muerden” también los presupuestos públicos. En 2013 el gobierno ha presupuestado 38.590 millones € para el pago de intereses al sector financiero. La situación resulta más dolorosa si tenemos en cuenta que ese mismo sector financiero contribuyó a calentar la
burbuja inmobiliaria ofreciendo hipotecas y préstamos sin
garantías suficientes, logrando importantes beneficios para algunos directivos y
provocando, al mismo tiempo, la enorme deuda privada del propio sector
financiero que el Gobierno está haciendo pagar a los contribuyentes, al transformarla en deuda pública.
Hemos de insistir una y otra vez: el
déficit público no lo han causado el gasto sanitario, ni el de educación, ni el
de investigación, ni el de dependencia y servicios sociales, ni los salarios de
los trabajadores. El Gasto Público en España sigue siendo bajo, 5 puntos por
debajo del de la UE. La desregulación de los sectores
financiero e inmobiliario, con la creación y el estallido de sus burbujas, y la
reforma fiscal regresiva, junto al fraude fiscal, son la causa del déficit
público. Pero el coste lo están soportando las familias, las clases medias, los
trabajadores, que están perdiendo derechos y prestaciones, que están perdiendo
empleos y salarios y están entrando en riesgo de pobreza.
INDICADORES
|
2011
|
2012
|
Tasa de Crecimiento del PIB
|
0,4
|
- 1,4
|
%Déficit Público Global./PIB
|
-
9,4
|
-10,2
|
%Deuda Pública/PIB
|
69,3
|
88,4
|
%Desempleados/pob.activa
|
21,7
|
25,0
|
Diferencia de media mensual
de Afiliados a la Seguridad Social
respecto a diciembre año anterior
|
-355.060
|
-787.240
|
Fuente: EU. European Economic Forecast. Winter
2013.
INSS 2013.
Deberíamos aprender de los errores y definir un
nuevo rumbo, una nueva estrategia. Hay otras alternativas de política
económica y de política social.
Desde luego el primer paso es una reforma fiscal en profundidad (que recaude 80.000 millones de euros adicionales, sin nos equiparamos a la UE), con el refuerzo
significativo de la capacidad inspectora de Hacienda para luchar contra el
fraude (que el CES estima en el 6% del PIB).
Se deberá recuperar la apuesta por la innovación y fortalecer el sector industrial español
y nuestra capacidad exportadora. La investigación tiene que ser una prioridad.
Y, desde luego, se deberían recuperar y fortalecer los Servicios
Públicos (servicios sociales, sanidad, educación, etc.) aprovechando su
impulso para la creación de empleo estable y para fomentar la cohesión social
garantizando los derechos que son de todos. Debe aumentar el Gasto Público
hasta la media de la UE (5 puntos más de PIB), y debemos mejorar la eficiencia
y la calidad de los servicios en todos los ámbitos, garantizando la equidad en
todas las CCAA. El argumento del déficit ha sido una coartada para recortar la sanidad y los derechos sociales. Es vital
romper ese círculo vicioso empezando por tomar conciencia de que esa política está equivocada. Y sí se puede.