El Ministerio de
Sanidad ha publicado las Listas de Espera del SNS a diciembre de 2016 (1). En
ese momento 614.101 pacientes esperaban para ser operados en algún hospital del
Sistema Nacional de Salud. El problema no es que sean muchos pacientes, sino
que esperen demasiado tiempo. En efecto, si la actividad de los centros
sanitarios permitiera atender a estas personas en un tiempo adecuado (pongamos
una media de espera de 45 días desde que un médico les indicó que debían
operarse y aceptaron incluirse en la lista de espera) no importaría que fueran
600.000 o un millón. La clave es el tiempo espera para ser atendidos. Y aquí la
noticia no es buena, porque desde el año pasado el Tiempo Medio de Espera ha
subido de 89 a 115 días: un aumento del 29,2%. Este es el tiempo medio; quiere
decir que hay personas que esperan mucho más.
La calidad de la
atención sanitaria depende de unos buenos profesionales, que trabajan con
medios adecuados (equipamiento e instalaciones). Pero también la calidad
depende de que la atención se lleve a cabo en el momento adecuado. Una espera
demasiado prolongada puede empeorar un proceso patológico y, entre tanto, puede
causar discapacidad, dolor, baja laboral, etc. El tiempo de atención importa. Y
ese tiempo depende de contar con un número suficiente de profesionales, y con
presupuesto para poder poner en funcionamiento quirófanos, servicios
diagnósticos, servicios de reanimación, y habitaciones de hospitalización con
el personal de enfermería adecuado. Y esto cuesta dinero.
Los recortes
llevados a cabo en el Sistema Nacional de Salud se están pagando en un
deterioro de la atención sanitaria que se puede medir en el aumento de las
listas de espera, o en la peor percepción de la calidad en los barómetros
sanitarios.
En diciembre de 2010
el Tiempo Medio de Espera para intervención quirúrgica era de 65 días. En
diciembre de 2016 es de 115. Un 77% de aumento; casi dos meses más. Demasiado
tiempo. Es preciso recuperar el gasto sanitario público y orientarlo en la
buena dirección. El Gasto Sanitario Público, que es hoy en torno 6% del PIB
debería ser de 7,5%. Es preciso dotar adecuadamente las plantillas en atención
primaria y atención especializada. Y es importante reforzar todos los programas
de Salud Pública.
El aumento de la
Lista de Espera es un síntoma muy preocupante del deterioro de la sanidad pública
y todos debemos reaccionar para que ese deterioro no se agrave.
(1)
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