viernes, 26 de diciembre de 2025

Los que se fueron.

Los que se fueron ¿dónde están?

Estas mujeres, estos hombres tan queridos

que con su sola presencia nos daban alegría.

Sus brazos, sus corazones abiertos

te hacían sentir seguro, como en casa.

Su buen humor, su compromiso solidario,

su amor por la vida 

nos daban aire y luz.

Pero ahora que se han ido

¿dónde están?

¿acaso pueden no estar en ninguna parte?

¿acaso han dejado de ser definitivamente,

y tan solo nos queda la pena

y su recuerdo?


Sin embargo, yo siento su huella en mí.

Su sonrisa me alienta.

Su palabra (imaginada, recreada en mí)

me inspira y me conforta.

Porque lo que ha sido no puede dejar de ser

y seguirá siempre vivo en el amor

(aunque de otra manera).

Al principio el corazón no deja de llorar,

no quiere aceptar la despedida

¡es tan injusta!

Después, de a poco, el alma se sosiega

(cada cual tiene un modo de sentir)

y su presencia nos acompaña de mil formas,

porque, en realidad, no se han ido.


En el silencio

su abrazo nos acoge

nos serena:

tranquilo, que no pasa nada.

Y al día siguiente la vida continúa en mil colores

y nosotros 

seguimos vivos en ellos y con ellos

navegando unidos en el viento.


Un abrazo y mucho ánimo siempre.


Fernando Lamata, diciembre 2025.


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