Con motivo de la 65ª Asamblea Mundial de la
Organización Mundial de la Salud reunida esta semana en Ginebra, se ha
analizado la situación de salud en el mundo. La conclusión es que la salud
mejora poco a poco en la mayor parte del planeta, aunque sigue habiendo
diferencias muy grandes entre los países, y dentro de los países: queda mucho
trabajo por hacer. En unos lugares la Esperanza de Vida al Nacer llega a los 83
años como en Japón, o los 82 años como en España; mientras en otros apenas se
llega a los 47, 48 o 49, como en Malawi, Chad, Zambia o Afganistán.
Los datos recogidos en el Informe Estadísticas
Sanitarias Mundiales 2012 corresponden a 2010, por lo que ya estarían
impactando los efectos de la crisis económica iniciada en 2007 con las
hipotecas basura; pero a pesar del daño causado, seguimos observando una
evolución positiva. En los últimos 20 años la Esperanza de Vida al Nacer en el
mundo ha aumentado de 64 a 68 años. La Mortalidad Infantil ha disminuido de
61/1000 nacidos vivos a 40. El número de mujeres muertas como consecuencia del
parto ha bajado de 543.000 a 287.000;
siguen siendo cifras muy altas, pero la tendencia muestra un logro muy
importante en la mejora de las condiciones de vida y en la atención sanitaria.
La vacunación antisarampionosa ha aumentado su
cobertura desde un 73% a un 85% (niños entre 12 y 23 meses) y, gracias a ello,
las muertes por sarampión se han reducido un 74%. El número de personas
afectadas de Paludismo, Tuberculosis, o VIH, ha disminuido de forma importante
(entre un 50% y un 17%), como también el número de personas fallecidas por
estas causas.
Las personas que pueden utilizar fuentes
mejoradas de abastecimiento de agua alcanzan ya el 89% de la población mundial.
Aunque las instalaciones de Saneamiento solamente llegan al 63% de la población,
también han aumentado su cobertura desde el 49% hace 20 años.
Sigue habiendo un 18% de niños menores de 5
años con insuficiencia ponderal. Pero comparando con el 29% de 1990 podemos
hacer una valoración positiva. Es injustificable que millones de niños pasen
hambre, cuando hay alimentos suficientes en el mundo, pero también es verdad
que vamos avanzando.
Al disminuir el peso de las enfermedades
infecciosas, aumenta el peso relativo de las enfermedades no transmisibles
(cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas). El 63% de las
muertes en el mundo ya se producen por estas causas. También vemos como aumenta
el número de personas fallecidas por problemas relacionados con la obesidad,
duplicándose entre 1980 y 2008, y llegando a los 2,8 millones de personas.
Estos cambios del “desarrollo” requerirán nuevas estrategias de salud globales.
En este sentido, un objetivo importante de la
OMS, compartido por la mayoría de países,
sigue siendo la cobertura sanitaria universal: la garantía de que todas
las personas tengan acceso a los servicios de salud que necesiten (de prevención,
promoción, tratamiento o rehabilitación) sin enfrentarse a la ruina económica
porque deban pagar por ellos. Cada año mueren millones de personas por falta de
atención. Pero también cada año se arruinan 100 millones de personas por el
pago de las facturas sanitarias.
El gasto sanitario total de un país depende de
su nivel de renta. Así, países con rentas per cápita entre 150 y 1.000 dólares,
pueden destinar a sanidad 11$ por persona y año, como Eritrea, o 17$ como la
República Democrática del Congo, 20$ como Paquistan, o 33$ como Mali. Otros
países, con rentas per cápita entre 1.000 y 5.000 dólares, pueden destinar 44$
como India, o 191$ como China. Países con rentas de 5.000 y 10.000 dólares
pueden dedicar a sanidad 463$ como Bulgaria, 476$ como Rusia, 521$ como
Sudáfrica, o 734$ como Brasil.
Y países con rentas más altas como España
pueden destinar 3.032$, llegando a los 7.960$ de EEUU o a los 8.262$ de
Luxemburgo. Entre los 11$ por persona y año de Eritrea y los 8.262$ de
Luxemburgo, hay una enorme desigualdad. Esa desigualdad solo se podrá reducir
con la mejora de las condiciones económicas de los países menos desarrollados y
se traduce en diferencias de recursos sanitarios, médicos, enfermeros, centros
de salud, hospitales, etc. En Mali hay 3 enfermeras cada 10.000 habitantes,
frente a las 51 de España.
Pero, además de la riqueza de un país, también
es importante la decisión política de aumentar la cobertura pública. Es decir,
con los recursos disponibles en cada momento, dar servicio a toda la población
priorizando las actuaciones: agua potable, saneamiento, medicamentos
esenciales, vacunaciones, atención primaria, atención en el parto y en la
infancia, atención especializada, etc. Un dato importante es que el porcentaje
de gasto sanitario público en relación con el gasto sanitario total ha
aumentado de 56,3% en 2000, hasta 59,1% en 2009. En ese periodo China aumentó
desde 38,3% hasta 52,5%. Pero también EEUU pasó de 43,2% a 47,7%.
Los partos atendidos por personal de salud
cualificado llegaron al 69% en todo el mundo, aunque sigue habiendo enormes
diferencias (Somalia 9%, España 100%). También aumentó la protección con
vacunas, pasando de coberturas de 20% a más del 40% en los países más pobres, y
manteniéndose en el 99% en los de ingresos altos.
Paso a paso. Queda mucho por hacer y debemos
seguir trabajando por la igualdad de todas las personas en la atención
sanitaria. Por desgracia hoy, y cada día de este año 2012, morirán 21.000 niños
menores de cinco años, y somos conscientes de que la mayor parte de ellos podrían
no haber muerto con alimento suficiente, condiciones higiénicas, y cuidados sanitarios.
Pero sabemos también que, gracias a la mejoría en estas condiciones de vida y
en la cobertura sanitaria, y gracias también al trabajo de miles de
profesionales sanitarios, entre 1990 y 2010 se han reducido estas muertes de 12
a 8 millones de niños cada año y se han añadido 4 años a la vida de de los
7.000 millones de seres humanos del planeta. Son pasos muy importantes que nos
deben dar fuerza y la convicción para seguir avanzando juntos ¡por la salud de
todos!.
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