El gobierno Rajoy ha decidido retirar la
financiación pública a más de 400 medicamentos porque dice que no tienen
utilidad terapéutica.
Si no tienen utilidad terapéutica (eficacia, según la evidencia científica) lo
que debería hacer es retirar su Autorización, para que los pacientes no tomen
productos químicos que no pueden ser considerados medicamentos como si fueran
tales. Así se ha hecho en otras ocasiones y se deberá seguir haciendo cuando
proceda.
Si tienen utilidad terapéutica, pero hay otros
medicamentos con igual efecto terapéutico que son más baratos, lo razonable es
que la sanidad pública financie el más barato y retire la Financiación pública
a los más caros. Esta es la orientación que adoptó el anterior gobierno hace
varios meses, y se debe insistir en ella.
Sin embargo, lo que no es aceptable es que un
medicamento que cumple criterios para ser autorizado como tal (eficacia,
seguridad, etc.) y que no tiene otro medicamento con igual efecto cubierto por
la sanidad pública, deje de ser financiado, ya que ese gasto lo harán los
pacientes a los que su médico le aconseje dicha medicación. Esta sería una medida
injusta porque es un doble impuesto a los pacientes, y porque grava más relativamente a
los de menor renta y a los más enfermos. Algunos no podrán pagar.
Tampoco es razonable que si un medicamento
tiene una alternativa que está financiada por la sanidad pública, pero es más
cara, se quite la financiación pública a la más barata. Esta sería una medida
ineficiente.
Lamentablemente la medida anunciada por el
Ministerio parece asumir la premisa de que la atención sanitaria es un asunto “particular”.
Significa que cada uno se pague parte de la atención que necesita (en este caso 440 millones de euros,
luego los copagos, etc.). Significa más financiación de los pacientes y menos
de aquellos que no pagan sus impuestos (recordemos: 70.000 millones
de euros anuales de impuestos que deberían haberse pagado y se han defraudado; igual a todo el gasto sanitario público).
Es un paso más en la pérdida de la universalización del derecho a la atención sanitaria. Y
esto, se venda como se venda, es injusto y es ineficiente.
Certero y claro. Ayudaré a difundirlo.
ResponderEliminarEspero que sigas bien. Y, por si acaso, éste de la foto ya de niño se llamaba Pedro Pablo.
Un abrazo.