Guardo la copia de una nota manuscrita de
Ernest Lluch donde define el socialismo. Recuerdo a Lluch con mucho cariño.
Cuando fue Ministro de Sanidad y Consumo colaboré con él desde la Dirección
Provincial del Insalud de Cantabria y luego de Madrid. Luego, en su etapa de Rector de la UIMP, charlamos muchas veces y recordamos la importancia de la Ley General de
Sanidad que él impulsó. El objetivo principal de la Ley era establecer la universalización de la atención sanitaria pública, transformar la "cartilla del seguro" y la "cartilla de beneficencia" en el derecho de una atención igual para todos, según su necesidad. Hubo que vencer las resistencias de la CEOE y de Alianza Popular, hoy PP, pero se consiguió.
Ahora que se ataca ese principio y ese derecho; ahora que con la coartada de la
crisis económica, causada por la especulación financiera e inmobiliaria, se está
desmantelando pieza a pieza la sanidad pública; hoy que un jubilado al salir de la farmacia dice
llorando que no puede pagar sus medicinas; hoy que lo que eran derechos de todos se quieren transformar en limosnas para los pobres, he querido “coger fuerzas” con las
palabras de Ernest para tener claro que debemos seguir luchando.
“El socialismo es llevar la máxima
libertad, la máxima igualdad y la máxima fraternidad posibles a las personas
que viven en sociedad. Para lograrlo no basta con políticas públicas, sino que
también es preciso que la moral y la ética de las personas cambien paralelamente.
Hemos de cambiar las cosas pero también hemos de cambiar a las personas. Pienso
que hemos de hacer nuestros los valores del cristianismo primitivo y del
cristianismo humanista. Tenemos que incorporar los valores de la camaradería de los trabajadores en
el trabajo y en su organización autónoma. Nos ha de vertebrar la ética del
trabajo y de la faena bien hecha. Tenemos que luchar colectivamente para que
los flagelos y las causas de desigualdad desaparezcan: el miedo a la enfermedad
sin asistencia, a la vejez sin recursos, el no peder estudiar cuando se tienen
condiciones y ganas. Queremos también que la formación de las personas nos
permita disfrutar del ocio de una manera creativa y enriquecedora. Tenemos que
hacer esto levantando nuestra mirada más allá de nosotros mismos, mirando a
todo el planeta que queremos conservar y donde la inmensa mayoría vivan en
condiciones dignas y en una libertad que es un fin en sí misma.
Ernest Lluch i Martin
dos de enero de 1999"
(La traducción y el subrayado son míos. Comparto plenamente
lo que dice).
Una carta esclarecedora que muchos dirigentes socialistas deberían leer con detenimiento y reflexionar. La socialdemocracia ha fallado en esta crisis y también sus responsables. Hay un gran número de personas que han perdido una referencia democrática y ahora se mueven en aguas turbulentas totalmente desorientadas. Y me temo que sin esa referencia de los partidos progresistas con el paso del tiempo surgirán del subsuelo movimientos fascistas de carácter populista, como ha ocurrido en Grecia, y que encontrarán un importante respaldo popular. Se repite la historia, como bien sabes, que ante una crisis mayúscula el capitalismo alimenta los movimientos totalitarios. En nuestras manos, está en que no ganen los mismos de siempre. Un abrazo. Julio Sánchez
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo con tus palabras. En las crisis el capitalismo crea confusión y miedo. El autoritarismo y la anulación de derechos es la consecuencia. Intentaremos que no suceda. Un abrazo. Fernando
ResponderEliminarFué un privilegio haber colaborado con el gran Ernest. Como bien dices, éstas líneas suyas, tan vigentes en éstos días, nos deben de servir para coger fuerzas y seguir luchando sin bajar la guardia. Los interesados por hacer negocio a costa de los impuestos y la salud de todos son los mismos que durante aquellos años ochenta colocaban todos los palos posibles en las ruedas de la Ley General de Sanidad. Aquí en Valencia, en Madrid, etc... han tenido mayor ocasión para su puesta en práctica y los resultados han sido cláramente negativos, como en su día lo fueron también en Reino Unido.
ResponderEliminarBueno Fernando, me alegro un montón de poderme comunicar contigo a través de éste tu Blog. Quien nos lo iba a pronosticar en aquellos tiempos de Isabel II, Valdecilla, la Clínica Reinosa, el Mapa Sanitario, el concierto de las ambulancias, y tantos otros asuntos de los que fuimos aprendiendo tanto. Y qué bien nos lo pasamos ¿verdad?... Paseos por nuestra Cantabria, o los manteles de Ruiloba o los mesones del Jamón o del Oso. Estos recuerdos y esos amigos siguen con nosotros para siempre.
Besos para Pepa y los xavales.
Jorge Alonso.
Recibe un fuerte abrazo.
Querido Jorge,
ResponderEliminarRecuerdo con mucho cariño aquellos años. La ilusión, el trabajo, los primeros centros de salud, el desarrollo de la Ley General de Sanidad, ... Y desde luego la amistad y el cariño de tanta gente.
Ahora, desde otras latitudes, tenemos que seguir luchando por una sanidad universal, para todas las personas, y de máxima calidad.
La situación es muy complicada. Pero también lo era entonces, y pudimos.
Un fuerte abrazo, y hasta pronto.
Fernando